Era una bomba de tiempo. La mecha estaba encendida hace ya un par de años, pero fue el lunes 30 de septiembre que el artefacto detonó. Aquel día, el presidente de Ecuador, Lenín Moreno, anunciaba las nuevas medidas económicas que incluían, entre otras, una fuerte alza en el precio de los combustibles. La gente se echó a las calles.
Fueron los transportistas quienes iniciaron las protestas. Los buses se transformaron en barricadas, se suspendieron las clases en todo el territorio y, ante tal, el mandatario ecuatoriano declaró estado de excepción.
De nada sirvió. Pues la población se mantuvo en las calles, desatándose, de esta manera, serios incidentes entre las fuerzas de orden y los manifestantes.
Lenín Moreno sacó a los militares a la calle, cercó el centro histórico de la ciudad de Quito, pero la presión ciudadana, lejos de apagarse, se acrecienta.
Es más, la comunidad indígena de Ecuador avanza hacia la capital y descartó cualquier diálogo con el Ejecutivo mientras no lleguen a Quito. En el camino, han bloqueado carreteras y retuvieron a casi medio centenar de uniformados, quienes ya fueron liberados. Se espera que el martes 8, el pueblo originario llegue a Quito.
La situación es grave. En conversación con nuestro medio, el analista internacional Guillermo Holzmann recordó que la última vez que los indígenas se dirigieron a la capital, el presidente cayó. Fue el 21 de enero del 2000 cuando el entonces presidente Jamil Mahuad se auto exilió en la embajada chilena.
Pero más allá de la situación puntual del “paquetazo” implementado por Lenín Moreno, Holzmann recordó que las tensiones políticas en aquella nación vienen desde que el actual mandatario se desmarcó de la Revolución Ciudadana que comenzara el ex presidente Rafael Correa. Y no solo se desmarcó, sino que comenzó a implementar medidas neoliberales totalmente contrarias a lo que predicó mientras era candidato.
Para Holzmann, la actual situación se ha convertido en una nueva batalla entre el actual mandatario, y el ex presidente Correa.
“Esto se ha ido convirtiendo, poco a poco, en una nueva batalla de la pugna que lleva Lenín Moreno con Rafael Correa, quien sigue manteniendo redes en Ecuador y que ha desafiado a Moreno para poder establecer quién es el que tiene la legitimidad, con vista ya a las elecciones que se acercan dentro de un par de años más. Y en esa perspectiva las protestas deben entenderse como parte de un duelo político ideológico al interior de Ecuador, con un Lenín Moreno que se alejó del correísmo y se ha acercado a Estados Unidos con compromisos bastante concretos. Ha tomado la bandera del Fondo Monetario Internacional y, con ello, Ecuador se suma en plenitud al proceso de globalización en el que están muchos otros países, Chile entre ellos”.
El también académico de la Universidad de Valparaíso puntualizó en que la actual crisis de Ecuador es compleja y si Moreno sigue con su posición de intransigencia, incluso su gobernabilidad está amenazada.
“El hecho de que los pueblos originarios hayan anunciado su traslado hacia las capitales, da cuenta de una situación que es mucho más compleja y donde la gobernabilidad democrática de Ecuador está en riesgo si es que Lenín Moreno no abre un espacio de diálogo para poder construir nuevamente una mesa de acercamiento”.
De todas formas, el mandatario ecuatoriano aseguró estar disponible para conversar, eso sí, no con quienes “buscan el caos”, solo con los que para él son “gente decente”.
“Pero siempre también estoy decidido a dialogar, a tender la mano a la gente decente, a la gente honesta que quiere realmente cambiar el país, estoy decidido a dialogar con ustedes hermanos indígenas”
Sin embargo el diálogo, por ahora, no se vislumbra. Las tanquetas militares se encuentran en Quito, y no precisamente para ayudar a los manifestantes. De hecho, fue la Comisión Interamericana de Derechos Humanos la que alertó el uso “excesivo de la fuerza”.
Pese a que gran parte de la población se opone a las medidas, el “paquetazo” de Moreno no se retrotrae. Además del alza del combustible, se anunció la reducción vacacional para los empleados públicos nada menos que de 30 a 15 días. Todo esto obedece a las exigencias del Fondo Monetario Internacional que prestó diez mil millones de dólares al gobierno de Moreno.
Este video, para mí, lo dice todo, y demuestra lo que está en juego: un país para las elites de siempre, o una Patria para todos.
Es momento de una gran unidad, con todos, menos los cómplices de Moreno.#ConTodosMenosLosComplicesDeMoreno#YoTambienSoyZangano pic.twitter.com/sPQsVWuvg5— Rafael Correa (@MashiRafael) October 7, 2019
Ecuador vuelve a la inestabilidad. Después de años de calma, un presidente nuevamente se ve amenazado por el descontento ciudadano. De lejos, en Bélgica, el ex mandatario Rafael Correa mira atento lo que está sucediendo, pues es una inmejorable oportunidad para que su ex vicepresidente Lenín Moreno -a quien tanto apoyó durante su campaña- por fin caiga y la llamada Revolución Ciudadana pueda retomar su curso.
El pueblo de Ecuador tiene la última palabra.