“Ponen unas monedas en tu mano para dejar un bebé en ti”. Esto le dijo una mujer haitiana al equipo de investigadores que, esta semana, publica un nuevo estudio demoledor sobre el comportamiento sexual de los soldados de la misión de la ONU para la estabilización en Haití, la Minustah.
Según los académicos, que entrevistaron a 2.500 personas que vivían cerca de las bases de los cascos azules, soldados y empleados civiles de la misión de la ONU engendraron y abandonaron a cientos de niños en el país más pobre de las Américas. En Haití se conoce a estos niños como los “pequeños Minustah”.
Los autores no cifran la cantidad de mujeres fecundadas – en algunos casos cuando niñas – o de niños abandonados pero describen un fenómeno generalizado de abusos y explotación sexual. 265 de las personas entrevistadas por el equipo hablaron de niños engendrados por miembros de la Minustah.
Si bien algunas mujeres haitianas relataron hechos de violencia sexual por parte del personal de la ONU, la mayoría de los testimonios apuntan a “formas más sutiles de coerción”, escribe el diario The New York Times que se hizo eco del estudio. Los soldados ofrecían un poco de dinero o de comida por sexo a mujeres extremadamente pobres. Otras contaron relaciones consentidas que terminaron cuando los soldados dejaron Haití.
En su mayoría, soldados uruguayos y brasileños
Los soldados acusados de haber engendrado niños en Haití venían de 13 países distintos, pero principalmente de Uruguay y de Brasil, explica el periódico.
Consultado por The New York Times, el departamento de operaciones de mantenimiento de la paz de la ONU aseguró que toma el estudio en serio y que el combate de la explotación sexual y de los abusos cometidos por cascos azules son una prioridad del secretario general Antonio Guterres.
Sin embargo, los autores del estudio denuncian que la ONU falló en ayudar a las mujeres. “Niñas de 11 años fueron abusadas sexualmente o fecundadas” por soldados presentes en Haití entre 2004 y 2017 y “algunas de estas mujeres fueron “dejadas en la miseria” para criar a su hijo, reza el informe.
Para Sabine Lee, profesora de historia de la Universidad de Birmingham y autora del informe, la ONU debe dejar de repatriar su personal implicado en abusos en vez de entregarlos a las autoridades locales.
En el pasado, Naciones Unidas reconoció que más de 100 soldados, oriundos de Sri Lanka y desplegados en Haití, abusaron de nueve niños en una red sexual entre 2004 y 2007. Pero no los castigó, solo los mandó a casa.
Para la historiadora, la ONU debe educar a sus empleados para que estén conscientes de las dificultades económicas y sociales en las que dejan a madres y niños. Y la responsabilidad también es de los Estados que envían contingentes. “No es un problema de la ONU, sino un problema militar brasileño, un problema militar uruguayo”, dijo Lee al diario estadounidense.
Además señaló que la ONU no ha encontrado una forma de que sus tropas rindan cuentas.