Por muchos años la Plaza Baquedano ha sido el principal punto de convergencia, en Santiago, de las distintas manifestaciones sociales, lo que a partir del 18 de octubre se ha intensificado, con presencia de manifestantes en ese lugar prácticamente todos los días.
Testigo privilegiada de todo ello ha sido la estatua del general Manuel Baquedano, ubicada en el centro de la rotonda y que le da nombre a ese emblemático lugar. El mismo monumento que en más de alguna ocasión ha estado a punto de caer, cuando en las últimas semanas manifestantes han intentado derribarla, tal como ha ocurrido con algunas estatuas en otras ciudades del país, en un deseo de resignificación de los símbolos que por tantos años han ocupado espacios públicos.
Es por ello que los integrantes del Consejo de Monumentos Nacionales (CMN), reunidos en la Biblioteca Nacional, analizaron este miércoles la situación y resolvieron, de manera unánime, mantener el monumento en su lugar, reforzando algunos elementos con riesgo de caída, tal como lo sugiere un informe técnico. Así lo detalló el subsecretario del Patrimonio Cultural, Emilio de la Cerda.
“Se mantiene el monumento en el lugar, cautelando el retiro o el refuerzo de ciertos elementos que puedan representar algún riesgo”, detalla la autoridad, agregando que un Comité realizará un estudio sobre la necesidad o no de reforzar el empotramiento.
“También se mantendrá el monitoreo que hemos tenido desde el comienzo de la crisis, así como se evaluará en su mérito las propuestas que puedan ser ingresadas al Consejo de Monumentos Nacional, no sólo de manera pasiva, sino que de manera activa”, añadió.
Participación ciudadana
La resignificación de espacios públicos es uno de los principales rasgos de la actual movilización social. En el caso del monumento de Manuel Baquedano, se trata de un símbolo al que también habría que sumar los espacios aledaños, que componen esa gran unidad territorial, como espacio de algarabía, de celebración popular y de convergencia de clases sociales. Todo ello, de gran significado especialmente desde la década de los años ochenta.
Así lo analiza el historiador y Doctor en Estudios Urbanos Simón Castillo, académico de la Universidad Diego Portales, para quien “los usos sociales del espacio público han sido determinantes a lo largo de nuestra historia política, con y sin violencia, donde la ciudadanía ha legitimado ese actuar a través del tiempo y a través de prácticas concretas”.
En ese sentido, afirma que “la ocupación que se ha hecho de Plaza Baquedano el 2019 y 2020 es una muestra más de esa larga expresión, que es posible historizar a través del tiempo, especialmente a partir del siglo XX”.
Desde el ámbito de las agrupaciones vinculadas a la defensa del patrimonio, sin duda que los últimos meses han constituido un gran remezón, especialmente respecto de los espacios públicos, con el objetivo de lograr resignificar y generar procesos en los que la ciudadanía pueda incidir de manera activa.
Es así como el presidente de la Asociación Chilena de Barrios y Zonas Patrimoniales, José Osorio, advierte sobre la urgencia de que al Consejo de Monumentos Nacionales se sume el consejero número 22, pendiente aún de que el Presidente de la República firme el reglamento que permita su elección, como un representante de las distintas asociaciones relacionadas con la defensa del patrimonio.
Igualmente, no duda en destacar que, al contrario de lo ocurrido con el monumento del general Manuel Baquedano, “hemos visto cómo otros monumentos no han tenido mayor intervención, como por ejemplo, en el Barrio Yungay, donde el Monumento al Roto Chileno está intacto y a nadie se le ocurriría derribarlo, en el contexto de este estallido social”.
Esto, como explica el dirigente social, “porque existe una apropiación de la propia comunidad, a propósito de la lucha que ha dado por defender el patrimonio de su barrio, y donde este monumento conecta con esa lucha y ese mundo popular que está ahí presente”.
Cabe destacar también la declaración emitida durante este miércoles por una serie de agrupaciones como Fundación Aldea, Fundación Proyecta Memoria, Glaciar Films, Monumentos Incómodos, Casagrande, Escuela Fidel Sepúlveda, Colectivo Vamos al Museo y Fundación Basura, las que plantean que “es la ciudadanía junto a las autoridades quienes deben decidir el futuro del Monumento a Manuel de Baquedano. Y así mismo, la ciudadanía debe tener espacio para participar en las definiciones y diseño de los espacios comunes”.