“Vamos a ir hasta el final y aquéllos que incitan a continuar la huelga, están enviando a la gente a un callejón sin salida”, declaró este domingo en la televisión pública el primer ministro francés Edouard Philippe. Este mismo fin de semana, el gobierno intentó acabar con la protesta anunciando que retira provisionalmente una de las medidas, incluida en la reforma tardíamente. Se trata de retrasar la jubilación de los 62 a los 64 años de edad para cobrar una pensión completa.
Uno de los sindicatos más importantes de Francia, la CFDT, se mostraba satisfecho y llamaba a seguir negociando. Sin embargo, queda por ver qué harán las bases de este sindicato, que en las últimas semanas habían desoído las consignas de sus dirigentes. “A ver qué dicen los ferroviarios afiliados a la CFDT”, lanzó desafiante Philippe Martinez, secretario general de la CGT, que junto a FO, FSU, Solidaires y otros sindicatos estudiantiles siguen más motivados que nunca a seguir con la huelga.
El fin de los regímenes especiales y una jubilación por puntos
La edad oficial de jubilación en Francia es de 62 años y para tener una pensión completa se tiene que haber cotizado al menos 172 trimestres, es decir, 43 años para los nacidos después de 1971. Es ligeramente menor, de algunos trimestres, para los nacidos anteriormente.
Actualmente hay 42 regímenes especiales que permiten una jubilación anticipada y otras ventajas sociales para sectores determinados como los maquinistas o los empleados del metro. La mayoría se establecieron en la postguerra para reconocer las duras condiciones de trabajo.
La reforma de Macron prevé la fusión de los 42 regímenes actuales en un sistema único y la instauración de un nuevo sistema de cálculo por puntos. Para sus detractores, este nuevo sistema supondrá una disminución significativa de las pensiones porque consideran que los puntos pueden perder valor y temen una privatización del sistema de pensiones. “El objetivo de esta reforma es forzar a la población a poner su dinero en los bancos para garantizar su jubilación, es la desaparición del financiamiento solidario de la jubilación”, dice a RFI Mireille, una maestra jubilada de 67 años de la ciudad de Toulon, en el sur de Francia.
Además, el cálculo se hará sobre toda la vida laboral y no en base a los mejores 25 años cuando se trata del sector privado y a los seis últimos meses en el caso de los funcionarios, cuyos sueldos teóricamente son más bajos que los del sector privado. La gente que tenga altibajos en sus carreras profesionales como periodos de desempleo largos o trabajos precarios, saldrá perdiendo con la reforma, según denuncian los sindicatos.
El simulador para calcular la pensión no está disponible
En la práctica, los franceses no pueden comprobar en qué se quedarán sus pensiones porque el Gobierno no ha puesto en marcha el simulador en línea para todos los casos, solo están disponibles algunos. En la página web oficial se anuncia que se irá poniendo en marcha a medida que se vayan aprobando las disposiciones de la ley y que estará activo en alguna fecha sin determinar del año 2020.
Demasiadas incógnitas para los sindicatos más opositores al gobierno, para los que la renuncia por parte de Macron a fijar la edad de jubilación a los 64 años no es nada más que una cortina de humo.