Desde octubre del año pasado, el centro cultural GAM ha debido enfrentar una de sus etapas más críticas. Funcionando de manera intermitente y transformándose en un espacio de diálogo ante las movilizaciones del año pasado, el espacio inició su 2020 en medio de una importante incertidumbre. Sin embargo, producto del contexto dado por la pandemia del coronavirus, las inquietudes se profundizaron.
Sin posibilidades de convocar a actividades masivas, sin estrenos ni conciertos, la ex sede de la UNCTAD III debió adaptarse, modificando su programación y trasladando su contenido a la Web: actualmente, en esta cartelera destacan talleres, una producción teatral y una serie de conciertos vía streaming.
“Se está bajando lo que se tiene que bajar, porque hay mucha gente que ya tenía sus compromisos. También estaban los fondos concursables que tienen sus fechas, por lo tanto, estamos tratando de reagendar todo y pasando, la gran mayoría de la programación, para 2021”, dice Felipe Mella, director ejecutivo de GAM.
“Estamos reinventándonos, viendo cómo salir adelante, pero nuestra preocupación mayor está centrada en ver cómo el sector artístico se ha visto mermado por esta situación”, comenta.
¿Cuál es el diagnóstico que existe en el centro cultural luego del estallido social de octubre y ahora de la pandemia?
GAM no se ha visto afectada solamente por la pandemia. Luego del estallido del 18 de octubre hemos reestructurado nuestra forma de trabajo y la forma de programar. Ha sido súper complejo, porque no hemos podido generar actividades comerciales durante 2019 y tampoco durante 2020. Por lo tanto, eso se va a ver reflejado en nuestro presupuesto, pero estamos viendo todas las alternativas para generar planes de ahorros. Esto, no sólo por los espacios que se arriendan a privados, sino que también por las tiendas, cafeterías que no han podido pagarnos los arriendos, ya que han estado cerrados y no ha existido público.
¿Cómo se traduce esa situación?
El gran problema que tenemos es que no vamos a poder cumplir con la meta que nos exige el Ministerio de las Culturas. GAM levantaba cerca de mil millones al año y, por lo que hemos analizado y proyectando, vamos a llegar casi a los 300 millones de pesos. Es un tema muy complejo, porque una de las exigencias que tenemos con el Ministerio es que parte importante de los recursos deben generarse a través de nuestras unidades comerciales y esas unidades comerciales se generan a través de arriendos de espacios y actividades.
¿Hacia qué escenario podría avanzar económicamente, GAM?
GAM tiene la ventaja de que tiene un aporte directo del Estado, que representa casi el 70 por ciento de su presupuesto. También tenemos la suerte de que durante los últimos cuatro años, le ha ido muy bien económicamente. No teníamos saldos negativos en nuestros balances y en nuestros números finales, sino que íbamos con números positivos. El estallido social no nos afectó mucho a nivel de presupuesto. Hoy la preocupación mayor está centrada en poder apoyar a otros espacios que están pasando situaciones muy complejas. GAM es parte de la Red de Salas de artes escénicas de la ciudad de Santiago y vemos que hay otros espacios que no tienen subvención ni del Estado ni de las Universidades y que están cerrando.
¿Ustedes se ha visto beneficiado por el plan de emergencia del Ministerio?
Como recibimos aporte del Estado, no podemos acogernos a ese plan de emergencia. Por lo tanto, estamos apostando y luchando para que durante 2021 no se le haga un recorte a las instituciones. Sabemos que el Ministerio tiene ya proyectado un recorte para 2021, pero lo que hemos tratado de hablar es que ojalá no vengan recortes para estos espacios, porque los centros culturales que recibimos financiamiento directo del Estado somos generadores muy importantes de empleo, es decir, generamos casi 10 mil empleos. En GAM tenemos más de 100 trabajadores que son del sector artístico, por lo que si se hace un recorte por parte del Estado, estaremos frente a una cesantía futura para el sector artístico.
¿Han visto la posibilidad de abrir las puertas de GAM de forma paulatina?
Hemos analizado mucho esa posibilidad. Pero creemos que es bien difícil poder dar una fecha exacta hoy, porque no tenemos muy claro cómo va ir evolucionando esta crisis sanitaria. Tenemos claro que durante todo mayo GAM estará cerrado. También estamos evaluando cómo se viene junio, porque sabemos que los meses fríos son más complejos. Sabemos que al momento de reabrir las salas hay que hacer un proyecto paulatino: no hay que llegar y abrir para que entre toda la gente. Estamos viendo todo un protocolo de apertura, con planes de sanitización de los espacios, como se puede trabajar con público. Hemos trabajado con la mayoría de los centros culturales grandes del país, como el Teatro Municipal, el Centro Cultural Palacio La Moneda, el Museo Chileno de Arte Precolombino, el Teatro Biobío y hemos estado pensando que, quizás y si es que se puede, podríamos abrir en noviembre-diciembre, sino pasar al 2021.
Considerando todo este tiempo de puertas cerradas, ¿cuál es el rol que deben cumplir los espacios culturales como el GAM frente a esta contingencia?
Lo principal es tratar de ver cómo nos reinventamos, cómo logramos generar nuevas propuestas atractivas para el sector. Creemos que es muy fundamental lo que estamos haciendo casi todos los espacios: las actividades online, GAM en Casa, el Municipal Delivery. Vemos que es fundamental esta reinvención. Sabemos que también hay mucha gente que no está muy de acuerdo con este formato, pero creo que es la única forma que tenemos para fidelizar nuestros públicos y generar apoyo y recursos para un sector que se ha visto debilitado en este último tiempo.