En la noche del domingo, el presidente Sebastián Piñera realizó una nueva cadena nacional en la que se destacaron cinco medidas que anunció, como la entrega de 2,5 millones de canastas de alimentos y elementos esenciales, acceso a financiamiento para mipymes, un programa de salud mental, el fortalecimiento de red de residencias sanitarias y la entrega de información desagregada a nivel comunal.

Pero el discurso del mandatario develó más información de la que habló. Así lo expresó la investigadora de la Fundación Sol, Valentina Doniez, quien consideró que el tono del discurso fue “totalmente contradictorio”.

“Con cada frase, lo que hacía era desdecirse. Dijo que los países no estaban preparados, pero después que desde el primer caso de Wuhan estábamos resolviendo qué hacer. Personalmente pienso que el discurso fue contradictorio y no lo que mucha gente reconoció como un cambio de tono”, expresó.

Para la experta, estas nuevas medidas van en un sentido más empresarial, puesto que se suplirán ciertos elementos de sus medidas anteriores, aludiendo a la falta de recursos existentes. Según su interpretación, el discurso y las medidas del Gobierno vienen a reconocer “que no se había hecho lo suficiente”.

“Parece que lo que el Gobierno está jugando a estirar el elástico lo más posible, con medidas pequeñas, de tipo bono y focalizados, viendo hasta qué punto la sociedad y los ciudadanos aguantan con sus propios medios”, puntualizó Doniez.

Respecto a las medidas insuficientes, el Ingreso Familiar de Emergencia (IFE), que otorga 65 mil pesos por persona al mes de forma decreciente, tendrá una proyección negativa en el mes de julio según la antropóloga, pues las familias vivirían, en promedio, con cerca de 100 mil pesos.

“Para el tercer mes tendremos que este ingreso va a cubrir entre el 27% y el 40% de la línea de la pobreza a nivel de todos los tramos. El ingreso familiar de emergencia solo va a cubrir como máximo un 40% de la línea de la pobreza. O sea, las familias chilenas van a tener que batírsela con un monto que ni siquiera cubre los estándares mínimos que el Gobierno ha querido dar”, explicó.

Para Doniez, el argumento de que no hay dinero para las medidas es falaz. Para esto, ejemplifica sobre los activos del tesoro público por 31 mil 500 millones de dólares, incluyendo el Fondo de Estabilización Económica Social, de los cuales solo se ha gastado el 10%. Por lo tanto, el Estado podría endeudarse más para paliar la crisis, pues todos los países están realizando estas gestiones para resguardar a la ciudadanía. De una manera más estructural, la investigadora considera que, tras la pandemia, se hace urgente un cambio en el sistema impositivo actual.

“¿Por qué no pagan más las empresas mineras? Que además siguen funcionando por ser consideradas esenciales. Tenemos un sistema impositivo que se financia básicamente del IVA y que tiene problemas de recaudación, pues el consumo se detuvo”, dijo.