La filósofa argentina Diana Maffía sostuvo que la crisis provocada por el Covid-19 ha dejado en evidencia problemas que el feminismo ha advertido “durante décadas”, como la importancia del trabajo doméstico y de cuidado.
En el programa Cuestión de Gustos de Radio Universidad de Chile, la académica de la Universidad de Buenos Aires (UBA) sostuvo que “parte de lo que el feminismo viene tratando de iluminar durante décadas, con muy poco éxito, quedó a la vista con la pandemia: la importancia del trabajo doméstico, del trabajo de cuidado, concebido no como algo que instintivamente hacemos las mujeres, sino como un imperativo arbitrario, que cae sobre las mujeres y limita sus posibilidades en la vida pública”.
“Al tener que quedarnos varones y mujeres en casa, queda a la vista la enorme cantidad de tareas cotidianas que implica mantener la fuerza de trabajo. Es un problema económico que tiene que ver con la acumulación capitalista”, señaló.
En esa línea, explicó que “la reproducción de la fuerza de trabajo, la hagamos gratuitamente las mujeres como una expresión de amor maternal y conyugal, hace que quienes acumulan puedan dar sueldos mucho más bajos. Total, todo ese trabajo lo hacemos gratis en el hogar. Incluso cuando nosotras somos las trabajadoras, nadie lo hace por nosotras”.
“Estando en este encierro doméstico varones y mujeres, o las parejas que fueren, queda más visible todo lo que implican las tareas de cuidado, queda esta delegación mucho más difícil de ocultar y queda también más legitimada la demanda de que haya una preocupación pública por el cuidado”, añadió.
Por otra parte, Maffía analizó cómo ha sido enfrentada la emergencia en el país trasandino: “Lo que está pasando en Argentina tiene matices diferentes a lo internacional, la pandemia llegó cuando recién había asumido un nuevo gobierno”, advirtió.
“En muchos trabajos se ha bajado el salario para mantener la relación laboral y el impacto es enormemente mayor en las mujeres, de una manera muy extraña. Por ejemplo: se comentó mucho una nota que decía ‘científicos argentinos descubrieron’ y los ‘científicos’, salvo uno, eran mujeres. Esta cuestión del lenguaje y el imaginario de la ciencia como algo hecho por caballeros en un laboratorio”, relató.
“El personal de salud está absolutamente feminizado en Argentina, sin embargo son ‘los médicos’. Ni hablar de la docencia, totalmente feminizada, que ha tenido que reconvertirse rápidamente a un modo de educación a través de medios electrónicos y no es algo para lo que hubieran recibido apoyo. Una enorme mayoría de mujeres lo están haciendo en sus casas, con lo que tengan, a veces yendo a la computadora de otra persona para dar clases y tener contacto con alumnos y alumnas”, agregó.
Asimismo, Maffía valoró la creación de un Ministerio de las Mujeres, Géneros y Diversidad en el país trasandino, del cual forma parte a través de un comité asesor, pero señaló que “todavía no hay una inteligencia por parte del mismo gobierno que creó el ministerio para proponer esa mirada en toda política pública”.
Del mismo modo, comparó la conducta que han tenido autoridades de diferentes países para enfrentar la crisis del coronavirus: “¿Qué distingue el liderazgo de las mujeres? Lo que se puso en juego, y ellas mismas lo manifiestan de esta manera, es una suerte de empatía con la ciudadanía, un compromiso emocional y no solamente un análisis de números y estadísticas, de variables; ponerse en el lugar de las personas y cómo podrían sentirse con determinado tipo de medidas”, señaló.
“Creo que los economistas están descubriendo lentamente que la economía es una ciencia social. Esto que parece una verdad de perogrullo, en realidad los sorprende. No podés hacerlo en un escritorio, abstrayéndote de todo y siguiendo a un autor (…) Creo que estas mujeres, por su socialización, han podido ofrecer soluciones más complejas y equilibradas”, dijo.
Finalmente, Diana Maffía consideró que hay paradigmas que “se están resquebrajando hace mucho tiempo”, pero que la crisis ha aumentado su cuestionamiento: “Cuando esas cosas que nos parecían tan ciertas, que nadie discutía, el sobrentendido con el que nos manejábamos, empieza a fallar y los expertos de esos paradigmas empiezan a fracasar en sus predicciones, lo que ocurre es que empezamos a escuchar otras voces”.
Foto: INAP U. de Chile.