Este jueves 25 de junio se desarrolló, a través de plataformas digitales, el seminario “Bases para la discusión tributaria en el Chile que viene”, donde los participantes analizaron las bases para el debate tributario en el futuro escenario del país una vez superada la emergencia sanitaria por la pandemia de COVID-19.
La conversación fue iniciada por el ex Presidente Ricardo Lagos, quien presentó algunas ideas y consideraciones respecto al sistema tributario chileno y en qué dirección se deberían enfocar sus eventuales modificaciones, abordando parte de las demandas presentadas por ciudadanos y ciudadanas en el estallido social de octubre de 2019, y planteando que es central “debatir el sistema tributario que hemos tenido en este tiempo, porque ese sistema nos ha impedido satisfacer las demandas crecientes”, expresando que si Chile quiere avanzar en mejorar las condiciones de sus habitantes debe recaudar más de 20 por ciento en materia de impuestos, como lo hace actualmente, argumentando que países de la OCDE recaudan entre 35 y 40 por ciento.
“Tenemos que dar un salto muy grande porque el sistema tributario actual es tremendamente injusto. No conozco ningún país donde prácticamente la mitad de sus ingresos sea el IVA. ¿Cómo es posible que el obrero, trabajador con el salario mínimo, gaste más de la mitad de su salario en impuestos? Por eso planteé devolver los impuestos de valor agregado a los más modestos, eso tiene que ver con la dignidad del ser humano”, agregó Lagos.
El expresidente explicó la importancia de tener un sistema con capacidad de “mirar a largo plazo”, plantando que con el estallido social “la ciudadanía dijo ‘no me gusta’. Hay que escuchar eso, si escuchamos de buena fe tenemos posibilidad de hacer un acuerdo a largo plazo”.
Posteriormente vino el turno del Rector de la U. de Chile, quien centró sus palabras en la necesidad de relevar el concepto de bien común y dar una nueva valoración a lo público, planteando que si esto pone en peligro también “estamos poniendo riesgo la posibilidad de formación de especialistas, de mantener una investigación científica relevante y tener una salud que como país nos merecemos”, y que esta discusión va más allá de dimensiones subjetivas o valóricas, ya que al perder de vista la perspectiva del bien común, se ha puesto en entredicho el bienestar y salud de las personas.
“El sistema privado en Chile, extremadamente exagerado, no ha podido dar respuesta a los problemas del país, y lo hemos podido observar en los últimos meses de manera perentoria. Es la razón por la que tenemos los resultados que tenemos en salud, es cuestión de ver todas las falencias que devela la situación que estamos viviendo a raíz de la pandemia (…) ¿Dónde está la capacidad de pensar como país y decir que existe un bien común, una responsabilidad de tomar decisiones por este bien común, donde se reivindique lo público como representante de ese bien común, donde se reivindique la idea de pensar en el contexto?”, expuso el Rector Ennio Vivaldi.
La máxima autoridad de la Casa de Bello advirtió a su vez que dejar de lado la perspectiva del bien común provoca que ante situaciones extremas, o “cuando llegan pandemias perdemos todo. En otras palabras, si no pensamos como sociedad y en el bien común, perdemos todos. Esa es la convocatoria que hay que hacer hoy. ¿Hay que empezar pagando impuestos? Por supuesto, inevitablemente”.
Luego fue el turno del decano de la Facultad de Economía y Negocios de la U. de Chile y expresidente del Banco Central, José De Gregorio, que -desde una perspectiva más técnica- enfocó su presentación en la entrega de datos relevantes que para el análisis del sistema tributario, mostrando por ejemplo, como los gastos del gobierno han ido en aumento desde la crisis del 2008.
Asimismo, el economista dio algunas claves para entender la estructura tributaria chilena, planteando que para generar un sistema que pueda recaudar y distribuir, quienes tienen más ingresos deberán hacer una contribución proporcionalmente mayor. También explicó que en Chile la recaudación a las empresas es más bien baja, cercana a 3 o 4 por ciento del PIB, mientras que el impuesto a bienes y servicios, es decir, el IVA representa aproximadamente 10 por ciento del PIB, aspecto que, si bien no dista mucho de las cifras de la media y la mediana de los países de la OCDE, a nivel de personas es casi “5 puntos menos del PIB que otros países”.
Para De Gregorio esto se explica por dos fenómenos ocurridos en Chile; por un lado “el tramo exento es aproximadamente 80 por ciento del PIB promedio, cuando en la OCDE es cercano a 40 por ciento. Es decir, gente con el mismo ingreso, traducido a euro o dólares, en otros países está pagando y en Chile no paga nada, porque tenemos un sistema bastante estrecho. Y el segundo tema es que 1 por ciento de los chilenos paga la tasa máxima de 35 por ciento. Esta tasa máxima la pagan las personas que ganan cerca de los 6 millones de pesos de ingreso, y creo que en Chile personas con ese ingreso son más que 1 por ciento (…) hay bastantes más altos ingresos que no están pagando”.
Finalmente, para el expresidente del Banco Central la solución debe ser con mayor integración. “Tenemos que construir. Se ha venido viendo desde el estallido social, con esta sensación de un país tan dual, donde hay una sensación de país desarrollado y otro país donde hay hacinamiento, contagios, donde la gente tiene que salir a la calle para trabajar. Lo dijo la prensa internacional, tratamos de ser país desarrollado y vimos que tenemos muchos grupos no incluidos en el progreso, por lo tanto, vamos a tener que hacer un esfuerzo en cómo gastamos y cómo recaudamos más de manera eficiente y, antes de entrar en nuestras legitimas preferencias ideológicas, ver los datos y decir dónde podemos mejorar la eficiencia de nuestro sistema recaudatorio y, sin duda, el impuesto a las perdonas es una cosa de primer orden”, explicó José De Gregorio.