Ministro de Economía, Minería y ministro presidente de la Comisión Nacional de Energía durante el gobierno de Ricardo Lagos, José de Gregorio tiene una larga trayectoria en el ámbito público. Profesor titular y actual decano de la Facultad de Economía y Negocios de nuestra casa de estudios, el también ex presidente del Banco Central analizó en Radioanálisis la gestión del Gobierno en la crisis de la pandemia de COVID-19 y, en conversación con Patricio López, director de Diario y Radio Universidad de Chile, se refirió a las propuestas realizadas por instituciones como el Colegio Médico y las Universidades Católica y de Chile para enfrentar la actual situación.
“El punto central siempre fue tener un paraguas bajo el cual se discutieran las políticas públicas aplicables. Por eso se habló de 12 mil millones y, a partir de eso, cómo se asigna ese monto que es de gasto adicional en el presupuesto. La discusión fue bastante interesante y, según mi perspectiva, el acuerdo es muy bueno, sin embargo después salieron parlamentarios proponiendo el retiro de los fondos de pensiones con un bono de reconocimiento posterior, sin darse cuenta que eso debe estar dentro del acuerdo que ellos mismos aprobaron”.
Para el decano de la FEN, el Gobierno ha carecido de una conducción eficaz y ello ha impedido avanzar en la discusión pública y en la entrega de soluciones a la población. “Creo es un problema de nuestro sistema político global que, por un lado, exista este paraguas de gasto y por otro falte el liderazgo para empujar y acotar la agenda. La creatividad parlamentaria no tiene límite y, efectivamente, lo que empieza a pasar es que para cada problema se propone una solución, sin que exista una mirada de conjunto, conforme a un presupuesto y a las prioridades”.
“Lo que me llama la atención es que en vez de enfrentar los debates, algunos incluso bastante absurdos, se dejan en el congelador, no interesan, no se discuten y cada uno, Gobierno y oposición, siguen su agenda por su lado. No forzamos el ponernos de acuerdo y discutir las cosas en serio”, agregó el economista.
En cuanto a su evaluación sobre la evolución política del acuerdo entre el Gobierno y parte de la oposición, De Gregorio señala que la propuesta técnica realizada por los economistas fue razonable, pero la capacidad de desplegar la ayuda ha sido más lenta de lo debido. “Si yo hubiese estado en el Gobierno y me hubiese tocado lidiar con el tema, habría creado un comité de seguimiento para apoyar en esa área. Hay que entender que de ésta hay que salir juntos, porque o perdemos todos o ganamos todos. Falta confianza en que podemos cooperar y eso pasa porque ha habido cierta improvisación o apuro en materia de las políticas públicas, porque no se han pensado ni estudiado con la profundidad requerida”.
“Hay algo que me impresionó mucho en abril, que fue un documento de las principales universidades de Australia para el Primer Ministro, con una propuesta de estrategia sanitaria donde, además, descartan la inmunidad de rebaño. En Chile nunca se pasó por la mente tener que hacer eso, convocar a las universidades para hacer una propuesta de plan. De hecho los rectores de la Católica y la Chile, por iniciativa propia, formaron un grupo para hacer una propuesta que acompañó a la del Colmed y es gracias a estas dos iniciativas que surge el acuerdo nacional”.
Consultado sobre el manejo comunicacional del Ejecutivo, el académico criticó la falta de información y transparencia en los datos. “Eso ya no debería ser problema, los datos deben ser públicos”, sentenció. Además señaló que el acceder a la información es fundamental, por lo que la idea de retener los datos implica actuar “de una manera tercermundista que esperaba hubiésemos superado, pues esa forma de conducir no sirve y solo genera desconfianza”.
“Hay un asunto histórico de este Gobierno, que es la mentalidad winner y cuando se tiene esa mentalidad cuesta mucho aceptar que otros puedan acompañar. Esa estrategia y manera de ver la política es un desastre”, reflexionó.
De Gregorio también tuvo críticas para los sectores que decidieron restarse de las conversaciones para llegar a un acuerdo económico nacional. “Eso genera desconfianza por parte de la gente en el sistema político en general. Es importante que el país entienda que vamos a tener un problema fiscal serio y es muy probable que los impuestos suban de aquí a dos años y que sea necesario ajustar gastos. Hace diez años teníamos deuda de 5 por ciento, ahora estamos en 30 y en el marco de una situación de vulnerabilidad mayor. La propuesta de 12 mil millones a 24 meses y en tres fases, de contención, de apertura gradual y de reactivación, que son inciertas, se da sobre la base de la flexibilidad. Por eso, que haya gente que formó parte del acuerdo y que ahora esté planteando sacar plata de las AFP contra un bono de reconocimiento, implica una política con un grado de des-focalización sorprendente. Hay que buscar seriedad”, aseveró.
Finalmente, el decano de nuestra casa de estudios reflexionó sobre el futuro de nuestro sistema socioeconómico y evidenció sus inquietudes al respecto. “Estoy preocupado por el futuro del país, por el futuro institucional. En general, tiendo a ser bastante optimista, pues creo que la gente en general es de buena voluntad y trata de hacer las cosas, pero cuando uno ve que desde el estallido social hemos demostrado una incapacidad como país de resolver y que muchos políticos viven en una desubicación permanente, me preocupo. Hoy se necesita convicción, saber y pensar lo que uno quiere. Es lamentable que los cargos de elección popular y la manera de llegar al poder sea con tanta liviandad, con tanta falta de discusión seria y tanta falta de convicción. Eso genera desconfianza en la gente y por eso las instituciones están tan desprestigiadas. Si no se le da un giro a esto, habrá un retroceso institucional”, concluyó.