En agosto recién pasado, distintas voces se alzaron advirtiendo que el presupuesto de cultura para 2021 debería crecer de un 0,4 por ciento a un uno por ciento. Por ello, cuando el pasado 30 de septiembre el Ejecutivo ingresó al Parlamento el proyecto que fijaría el erario nacional para el próximo año, se encendieron las alarmas en el sector de las artes.
La principal preocupación surgió cuando, una vez analizado en detalle el documento, se evidenciaron recortes en instituciones como el Centro de Extensión de la Universidad de Chile, el Teatro Municipal de Santiago, el Parque Cultural de Valparaíso, el Centro Cultural La Moneda, Balmaceda 1215, Matucana 100 y el Teatro Regional del Biobío, entre otros.
El recorte también generó incertidumbre, sobre todo porque, pese a las observaciones sobre las mermas, desde la Dirección de Presupuestos de Chile (Dipres) y el mismo Ministerio de las Culturas defendieron la idea de que el presupuesto del sector artístico se robustecía en contraste con otros años: “La partida del Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio tiene un crecimiento de 11,2%”, destacó un documento emitido por la Dipres.
En ese sentido, en el sector se instaló la pregunta respecto de por qué se habló de un crecimiento en los recursos, si se recortaron los presupuestos para un sinnúmero de instituciones colaboradoras.
Para Julieta Brodsky, Coordinadora de investigación del Observatorio de Políticas Culturales (OPC), esta situación se explica por el enroque que efectuó la cartera al interior de sus partidas, beneficiando ciertos programas, pero debilitando a otros: “Para nosotros el crecimiento real es del 4,2 por ciento. Pero, nosotros hablamos de crecimiento artificial, porque se hacen una serie de movimientos al interior de los presupuestos para incorporar mayores recursos a cultura, pero, finalmente, son recursos que sólo van a pasar por cultura y que van a ir directo a otras instituciones”, explicó la investigadora.
“Por ejemplo, los recursos del fondo de apoyo a programas culturales del CNTV, que estaban en el presupuesto del CNCA y que se habían sacado de ahí por una demanda histórica, volvieron a incorporarse. Ahí hay un aumento de 4 mil millones de pesos que finalmente no son del Ministerio, sino del CNTV. También se incorporan recursos que luego se pasan al Ministerio de Educación y que van a la Fundación Tiempos Nuevos. Ahí ya tenemos más de 8 mil millones de pesos que se añaden a cultura este año”, comentó.
La investigadora también indicó que, en este contexto, se fortalecen las asignaciones de instituciones como la Subsecretaría del Patrimonio, el Servicio Nacional del Patrimonio y el Consejo de Monumentos, pero que realmente no hay un apoyo real para el sector. En ese sentido, manifestó que el presupuesto de cultura para 2021 se reduce de un 0,4 por ciento a un 0,3 por ciento.
“El Fondart disminuye su presupuesto en un 20 por ciento por este traspaso de fondo de recursos al Fondo de Artes Escénicas. El Fondo Audiovisual también crece en un 12 por ciento, pero es porque se traspasan recursos desde Corfo”, dijo.
“Creemos que de alguna forma se está intentando disimular el recorte presupuestario que se está haciendo(…). Entonces, en el análisis en general uno debería estar hablando de un recorte importante en el presupuesto de cultura”, añadió.
Finalmente, en términos globales, el #PresupuestoCultura representaba el 0,4% del Gasto público (la Unesco recomienda al menos el 2%) sin embargo, este año el porcentaje baja aún más: 0,3%. Desde hace, al menos 10 años que no se registraba una baja así. pic.twitter.com/ooQpD5gZUo
— OPC (@OPCulturales) October 7, 2020
Loreto Bravo, directora ejecutiva de Balmaceda Arte Joven (BAJ), lamentó el recorte, indicando que las instituciones culturales requieren “presupuestos estables” para su funcionamiento y que, frente a la pandemia, la disminución no puede sino agudizar la crisis que vive el sector.
“El mayor impacto se produce en los beneficios que aportamos a la ciudadanía. Es decir, recortas un 8 por ciento y bajamos de 400 actividades a poco más de 200. Estoy hablando de talleres y certámenes que apoyan a los artistas emergentes. Cada una de estas actividades es significativa para mucha gente. Casi 2 mil jóvenes no tendrán acceso a nuestra oferta que es, principalmente, formativa. Es un impacto en la empleabilidad”, dijo la gestora cultural.
“Este año, pensamos que no íbamos a experimentar recortes, entendiendo que una prioridad sería el trabajo. Por otro lado, estaba la dimensión sicológica, emocional y de cohesión que tiene la cultura”, añadió.
Para Loreto Bravo la situación es grave, ya que en la partida de cultura no existen grandes incentivos para el sector, por el contrario, se recorta para reforzar ejes concursables: “Pareciera que ha habido un cierto cuidado de repartir la carga entre muchas instituciones, pero entonces el problema es todavía mayor. Significa que lo que hacemos es, tal como fue el Fondo de Emergencia, redistribuciones de la carencia que tiene la política cultural”, apuntó.
“De este presupuesto, hay que saber leer cuáles son las prioridades de política que se están dando, porque se incrementan fondos concursables y aparece un Fondo de Emergencia que, probablemente, va a hacer concursable. De alguna manera, estamos frente a un problema que requiere una conversación”, manifestó Bravo.
El Parque Cultural de Valparaíso también fue una de las organizaciones que se vio perjudicada respecto de su presupuesto para 2021. Aquí los montos evidenciaron una merma de un 13 por ciento, lo que según Nélida Pozo, directora ejecutiva de la entidad, podría perjudicar el desarrollo de programas que, al final del día, terminan siendo una fuente de ingreso para los artistas y gestores de la región.
“Somos una institución que está en una ciudad que tiene altos niveles de pobreza y donde el mundo de la cultura está muy afectado. Por lo tanto, para nosotros era muy importante contar con un presupuesto adecuado o, al menos, con un presupuesto de continuidad para generar fuentes de empleo. Nosotros somos instituciones que generamos empleo decente y eso es importante, conociendo la precariedad y la informalidad que existe entre los artistas y los creadores”, dijo.
“Nos afecta muchísimo y no solo en nuestra institución sino que a todo el ecosistema. No estamos en un momento para hacer este recorte. Hago un llamado a todos quienes toman decisiones en este ámbito, a la Dipres, a Hacienda, al propio Ministerio de las Culturas, porque el presupuesto de cultura es un menor considerando todo el presupuesto nacional de nuestro país. Me parece que es un error grave de este Gobierno”, destacó Pozo.
Durante octubre el proyecto deberá ser analizado por la Comisión Mixta de Presupuestos para, en noviembre, pasar a una instancia especial en donde se zanjen los montos asignados para cada una de las partidas. Sin embargo, en materia cultural, el debate no será fácil, puesto que desde el gremio ya se encuentran organizados con el fin de defender, lo que para ellos sería un piso mínimo, es decir, que el presupuesto de cultura alcanzara, de una buena vez, un uno por ciento del total del erario.