Pocos días antes del Plebiscito Nacional, la empresa consultora Criteria y Tenemos que Hablar de Chile —la plataforma de participación ciudadana impulsada por la U. de Chile y la UC— realizaron un sondeo para medir el clima del diálogo en el país y analizar cómo la ciudadanía conversa sobre las distintas temáticas de interés público. En la encuesta se rescata el significado y valoración que le otorgan las personas al diálogo, la disposición que se tiene hacia él, así como también los obstáculos y las condiciones que lo favorecen, y en qué espacios se desarrolla. Para eso se consultó a 1.500 personas de todas las regiones del país, 50% hombres y 50% mujeres, de todos los niveles socioeconómicos.
En esta primera entrega de la encuesta se observó que la ciudadanía valora profundamente el diálogo como mecanismo para solucionar conflictos. En esa línea, el 91% de los encuestados está de acuerdo con que “es importante llegar a acuerdos en los grandes temas del país” y el 90% de las personas está de acuerdo con que “es importante escuchar distintas opiniones para resolver los problemas”.
Pero, ¿quiénes deben generar esos acuerdos y cuál es la percepción que tiene la ciudadanía de que estos ocurran? Es este ítem, los chilenos fueron categóricos: un 67% cree que los problemas del país se deben resolver mediante un “diálogo amplio entre ciudadanos que lleve a grandes acuerdos”, frente sólo a un 7% que cree que debe ser entre políticos. De igual forma, un 47% piensa que los acuerdos generados entre ciudadanos son más probables de generar soluciones a los problemas que nos aquejan, mientras que sólo un 11% cree que estos serán resueltos de mejor manera por la clase política.
En cuanto al clima del diálogo en Chile existe una apreciación negativa sobre las condiciones en que se está dando: hay una percepción de clima de polarización y escepticismo de que podamos dialogar. En este sentido, sólo un 7% piensa que en Chile hay buena convivencia entre quienes piensan distinto, mientras que un 75% de los encuestados cree que “en Chile se ha instalado un clima de descalificación donde no se respeta la opinión de los que piensan distinto”. De igual forma, el 69% está de acuerdo o muy de acuerdo con que “las personas en Chile se preocupan más de dar su opinión que de entender la de otro”.
¿Y con quiénes prefieren dialogar los chilenos? Por un lado, las familias y los amigos son los grupos que mejor propician el diálogo con un 82% y un 78% de las preferencias; mientras que las redes sociales y los apoderados del colegio son las instancias donde es más difícil conversar con un 37% y un 20%, respectivamente. A nivel de instituciones o articulaciones sociales, las universidades y las organizaciones de vecinos fueron identificadas como las entidades que más ayudan a generar un diálogo en el país, con una valoración de un 58% y un 56%. No así los partidos políticos: un 82% piensa que ayudan poco o nada a generar un clima de diálogo.
Para Hernán Hochschild, director ejecutivo de Tenemos que Hablar de Chile, estos resultados “muestran un gran dilema. Las personas quieren diálogo en una mayoría abrumadora. Quieren acuerdos que nos complementen. Valoran y creen en el diálogo en la diversidad, pero sienten que hay un clima anti-pensar distinto en la política y en la sociedad. Todos quieren diálogo, pero no estamos dialogando”.
Esta encuesta realizada junto a Criteria es la antesala a la presentación de los resultados preliminares de Tenemos que Hablar de Chile, que serán dados a conocer a principios de diciembre. A la fecha, la plataforma —lanzada en abril de este año— ha reunido a más de 100.000 personas para conversar sobre el país a través de alguna de sus dos formas de participación —las consultas ciudadanas y las conversaciones por videollamada— con el fin de entregar insumos a las autoridades y a la opinión pública, aportando así a la creación de mejores políticas y al proceso constituyente que ya está en marcha.