A continuación reproducimos un comunicado suscrito por más de 70 personas y organizaciones respecto al anunciado cierre de Mina Inverno.
Hoy, Chile vive un hito en su desafío por abandonar los combustibles fósiles, lo que podría implicar un avance sustancial en la necesaria descarbonización del país y del mundo. El pasado 10 de noviembre 2020, Guillermo Hernández, gerente general de Mina Invierno, afirmó que se encontraban en un punto de no retorno del cierre definitivo de sus operaciones mineras y portuarias en Isla Riesco. Con esto, la mina de carbón a cielo abierto más grande en la historia de Chile dejará de poner a disposición en el mercado eléctrico más de 70 millones de toneladas de carbón para abastecer a las termoeléctricas del centro y norte de Chile y exportar hacia el extranjero. Este anuncio, se hizo en el marco del proceso de cierre paulatino implementado por la empresa tras la decisión del 3er Tribunal Ambiental el 2019, después de que la Comisión Regional de Medio Ambiente de Magallanes, rechazara la Declaración de Impacto Ambiental que presentó la empresa para el uso de explosivos -tronaduras- en la extracción del carbón.
La decisión de Mina Invierno -de propiedad de los grupos Angelini y Von Appen- de terminar con sus operaciones, es una noticia positiva y necesaria en distintos ámbitos. Sin embargo, en las últimas semanas se ha observado una importante arremetida mediática de los lobistas del carbón, por lo que se hace necesario volver a recordar e insistir por qué realmente cierra Mina Invierno y las oportunidades que eso podría generar.
- En el contexto de los esfuerzos que se están implementando a nivel mundial para terminar el uso del carbón, tener menos carbón a disposición del mercado es, sin duda, una buena noticia para no seguir profundizando las graves consecuencias que el cambio climático implica para la subsistencia del planeta y que impactan con mayor fuerza a las comunidades más vulnerables. Las y los habitantes de las zonas de sacrificio de Chile, en donde la concentración de termoeléctricas instaladas al amparo del Estado han generado graves vulneraciones de los derechos fundamentales de sus comunidades, tal como lo ha sancionado la Corte Suprema, no pueden seguir esperando.
- Para los esfuerzos que se están haciendo en avanzar en la descarbonización del país, a través de adelantar el cierre de termoeléctricas al menos en una década. Esto considerando que Chile hoy tiene una oferta eléctrica que duplica la demanda y que según informe realizado por KAS Ingeniería y Chile Sustentable demuestra la factibilidad técnico-económica de acelerar el proceso de descarbonización, por lo que cerrar los yacimientos de este combustible es un paso coherente con la necesidad del que el país invierta en nuevas formas de desarrollo basadas en energías limpias. Por supuesto, esto debe hacerse de forma responsable, con una transición justa para las comunidades y los trabajadores, cuestión que no ha sido el caso de Mina Invierno, donde tanto la seguridad laboral como la de las comunidades, ha sido puesta en jaque debido a la irresponsabilidad de la empresa y de los gobiernos.
- Para Isla Riesco, sobre todo considerando que el proyecto original contemplaba materializar un total de cinco minas de carbón de similar envergadura con un horizonte de extracción de más de 240 millones de toneladas de este combustible fósil. Mina Invierno significó un impacto directo de 1.500 has; tala de 400 hectáreas de bosque nativo de lenga, coigüe y ñirre; modificación de cuencas hídricas, secado de una laguna y sus ecosistemas, afectación de fauna nativa, y la peligrosa operación naviera al trasladar miles de toneladas de carbón a través del Área Protegida Francisco Coloane – donde se ubica el 1er parque marino de Chile-. Además, solo en sus cinco primeros años de operación, Mina Invierno recibió 20 cargos por contaminación e incumplimientos por parte de la Superintendencia del Medio Ambiente, sumado a otras sanciones por no pago de patentes comerciales y uso indebido de recursos públicos.
- Para las economías locales y regionales, puesto que la transición a una economía de cero emisiones de carbono podría crear en América Latina y el Caribe 15 millones de nuevos empleos netos para 2030,según un estudio realizado por la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID). De hecho, la propia Región de Magallanes ya comienza a ser foco de nuevos proyectos de generación de energías limpias -como podría ser el hidrógeno verde en caso de demostrar ser socio-ambientalmente sustentable- con la posibilidad de generar miles de nuevos empleos en industrias que van en un acelerado ascenso a nivel mundial.
En suma, el anuncio de cierre definitivo de Mina Invierno es un avance en el sentido correcto para un desarrollo sostenible. Sin embargo, esto sólo se hará realidad cuando la empresa renuncie a su Resolución de Calificación Ambiental (RCA), lo que daría cuenta de una decisión que, aunque se toma por razones económicas de la compañía, iría en la dirección correcta respecto a la sustentabilidad planetaria. En este punto, las organizaciones abajo firmantes, esperamos que el cierre definitivo de Mina Invierno se haga efectivo con la implementación de un plan de cierre y hacemos un llamado al Estado de Chile a detener las licitaciones de yacimientos de carbón, entendiendo que la lucha contra el cambio climático es un tema de justicia social e intergeneracional que traspasa fronteras.