La vacuna de AstraZeneca ha sido autorizada por las autoridades europeas, pero sigue siendo sospechosa para los escandinavos, que siguen suspendiendo su uso.
En Noruega, se está llevando a cabo una investigación después de que cinco pacientes ingresaran en el hospital de Oslo con problemas de trombosis entre 3 y 12 días después de ser vacunados. Dos murieron. Los investigadores del mismo hospital también han relacionado la vacuna con coágulos de sangre en tres pacientes.
En Dinamarca, dos personas enfermaron gravemente tras ser vacunadas, una de las cuales murió. También se produjeron dos muertes sospechosas en Suecia.
Se trata de casos muy aislados, que no ponen en tela de juicio la relación beneficio/riesgo de la vacuna, pero que las distintas autoridades quieren examinar más detenidamente. La supervisión de los efectos farmacológicos, en Escandinavia, está muy desarrollada. Fue en estos mismos países donde se estableció una relación en 2010 entre la vacuna contra la gripe HIN1 y una oleada de narcolepsia, un trastorno del sueño que afectaba sobre todo a los jóvenes.