En una entrevista de dos páginas y media publicada hoy por el matutino La Tercera, el actual gerente legal de Quiñenco, perteneciente al grupo Luksic, Rodrigo Hinzpeter, analizó la situación política y económica del país. El exministro de Sebastián Piñera señaló que Chile “no está tan mal” y criticó el excesivo pesimismo, del cual responsabilizó a sectores que definió como de “extrema izquierda”. A su juicio, “hemos instalado a partir de esa visión la sensación que tenemos que hacer cambios que son prácticamente refundacionales. Y eso es un grave error. Entrar con ese aroma a una discusión constituyente es un piso enormemente resbaladizo en el cual la posibilidad de una caída es muy grande”.
Para Hinzpeter, “es muy importante dejar claro que un análisis tranquilo permite advertir que en 2019 el país estaba bien y avanzando bien. No quiere decir eso que yo crea que el 2019 no había problemas, precariedades, sufrimiento e injusticias. Pero para corregirlas es importante posicionarse en la verdad en la que estábamos”. Por el contrario, “si vamos a partir de una visión desdeñosa, exagerada, sobredramatizada del penumbroso estado de nuestra nación y vamos a creer que, además, por escribir una Constitución en prosa linda vamos a resolver el problema en una semana, entonces mi visión es pesimista“.
El ex ministro también se refirió a las dificultades que ha tenido la actual administración, responsabilizando de ello a la calidad de la política y a algunos dirigentes opositores. “Al Presidente Piñera le ha tocado gobernar en tiempos muy difíciles, porque la calidad de la política está muy deteriorada. Hemos visto a una presidenta del Senado confesando que no tendría problemas en violar la Constitución, a un diputado llamando a rodear la futura asamblea constituyente, a parlamentarios promoviendo leyes fuera de la competencia que les asigna la Constitución. Si no se entra en cordura, si los políticos no atribuyen a su trabajo la dignidad y seriedad que tal función merece y demanda, es muy difícil el ejercicio de cualquier liderazgo”.
El ejecutivo también desdeñó el impuesto a los súper ricos: “es un muy mal impuesto. Donde ha existido o existe, ha demostrado que recauda poco, es difícil valorar los activos, grava rentas que ya han tributado”. Al respecto, atribuyó su promoción al ejercicio de la política “sin evidencia” y a un intento divisionista del Partido Comunista. “La gracia del impuesto al patrimonio es que nos divide entre buenos y malos. Entonces, al Partido Comunista le interesa que la sociedad esté dividida y tensionada entre buenos y malos, mucho más que recaudar impuestos”.
En su opinión “aquí ha habido una intención deliberada de la extrema izquierda, encabezada por el PC, y es lamentable que otros actores políticos, tanto del centro como de la derecha, pisen ese palito en vez de ponerse a pensar si se está planteando una buena solución. Para recaudar más, antes que instalar nuevos impuestos, cabe eliminar exenciones existentes”.
Finalmente, sobre el royalty a la minería afirmó que “hay que tener una discusión bien planteada y la iniciativa hoy es inconstitucional”. Y agregó: “estoy hablando a título personal, no de Antofagasta PLC”.