Desde que el Gobierno comunicó su decisión de acudir al Tribunal Constitucional para frenar el proyecto de tercer retiro de fondos previsionales, se han registrado cacerolazos y manifestaciones a lo largo de todo el país. Este miércoles se dio inicio a un paro de los trabajadores portuarios agrupados en la Unión Portuaria de Chile, a la que se sumó el Consejo Internacional de Estibadores, y también la Federación de Trabajadores del Cobre, con un llamado a sus adherentes a mantenerse alerta frente a eventuales movilizaciones.
Y es que el llamado de los portuarios caló hondo en el mundo sindical, y el potente mensaje de los estibadores ya ha generado una respuesta desde otros gremios. Es el caso de la Central Unitaria de Trabajadores (CUT), desde donde han hecho un llamado a una huelga general para este viernes 30 de abril. Así lo explicó, en conversación con Radioanálisis, el secretario general de la CUT, Nolberto Díaz.
¿Cómo ve la CUT la situación actual de los trabajadores en Chile y cuáles serían sus propuestas?
Señalar con absoluta claridad que la situación de los trabajadores chilenos es muy mala, está muy deteriorada. Ya estaba deteriorada para el 18 de octubre de 2019, la respuesta al alza de la tarifa del Metro, de los 30 pesos, que terminó desatando una protesta contra 30 años de un modelo que ha privatizado la salud, la educación, las pensiones, y que ha obligado a los chilenos a endeudarse para tener una calidad de vida decente.
Una situación laboral que ha empeorado también por la pandemia. Chile ya tenía mucha miseria y pobreza, millones de trabajadores sin sindicatos, sin poderse afiliar a una organización y negociar colectivamente, con sueldos miserables pagados por años. Es evidente que, frente a las declaraciones del presidente de la Cámara Chilena de la Construcción o frente a las groserías e insultos a los trabajadores que ha hecho el señor Ariztía, sin lugar a dudas lo que hace es comprobar que en Chile se pagan sueldos miserables y que los ricos han amasado fortunas sobre la base de nuestros fondos de pensiones, usando nuestros ahorros previsionales para las inversiones de sus empresas, para que después nos devuelvan la misma plata o menos. Por años le hemos prestado nuestros fondos de pensiones a los empresarios chilenos para que ellos se hagan más ricos. El Estado tenía el deber, las AFP tenían el deber, de darnos pensiones más dignas, de darnos mejor calidad de vida. Al contrario, han ofrecido pensiones miserables, han financiado y corrompido la política, y han construido un país en donde ningún trabajador puede vivir solamente con su sueldo.
Sobre todo luego del estallido social se ha hablado mucho de la ignorancia de las personas que ostentan el poder político y económico, respecto de cómo se vive en Chile. A la luz de las últimas declaraciones, del presidente de la Sociedad Nacional de Agricultura y el presidente de la Cámara Chilena de la Construcción, pareciera ser que más que ignorancia es indolencia…
Yo diría que es indolencia, yo creo que es egoísmo, es avaricia. Yo creo que en Chile hay gente que no se cansa de ganar plata y de acumular riqueza, con un egoísmo que no permite ver que la mayoría de los trabajadores chilenos viven en una mala condición. En este país vivimos 17 millones de chilenos, Chile no es un país pobre, Chile tiene reservas en energías renovables no convencionales, reservas alimenticias con 4 mil kilómetros de costa, reservas en materia de litio, en materia de gas al final de la Patagonia. Tenemos reservas que las quisieran cualquier otro tipo de país. Pero lo que tenemos al frente es un empresariado que se une para estar detrás del plan laboral, para no permitir modificaciones a la ley, para tratar de que no se cambie la Constitución y que las reglas económicas sigan iguales, para que los trabajadores no tengan leyes laborales que los protejan.
Entonces, lo que tenemos al frente es avaricia. Estos mismos empresarios salen reclamando que porque el gobierno da bonos ellos van a tener que subir los sueldos y, bueno, queda demostrado que han pagado sueldos miserables y que a ellos los mueve la avaricia, el egoísmo y una indolencia que es impresionante, porque ellos no son capaces de reconocer que la gente que les hace sus jardines, que les limpia sus casas y les cuida a sus hijos -por no decir que se los educa-, son trabajadores y trabajadoras chilenas. Los mismos que levantan la patria, levantan sus casonas y residencias, se las cuidan cuando salen a vacaciones a Miami. Lo que ha hecho el empresariado, junto con el Presidente, es echarle bencina a este país para que se llene de barricadas, siga el conflicto, se detenga el proceso constituyente y, sin lugar a dudas, para que Sebastián Piñera y sus ministros eludan las responsabilidades sobre las cuales van a tener que responder. Porque en Chile se violaron los derechos humanos, murió gente durante las protestas, hubo gente que perdió un ojo y dos de ellos, como Gustavo y Fabiola, quedaron ciegos. Y ahora, miles y miles de chilenos que están en la cesantía, que no tienen cómo alimentar a sus familias ni pagar sus cuentas, al frente tienen un gobierno que lo único que sabe hacer es negar incluso el tercer retiro, que es plata de los trabajadores para que ellos puedan pasar por esta pandemia.
¿Cuáles serían las medidas que estaría la CUT propiciando? Se habla de un llamado a huelga general sanitaria para este 30 de abril…
Es evidente que nosotros no tenemos otra alternativa. Como dijera algún viejo afiche de una vieja película de los ’60: ya no basta con rezar. Ya no sirve rezar, ya no sirve esperar a la oposición. La oposición ha sido incapaz de detener a un gobierno que desató una represión como locos durante el año 2019 en contra de los trabajadores y estudiantes que protestaron contra el modelo. Pero también estamos en una situación en donde con esta pandemia tenemos que cuidarnos, este no es el tiempo de marchas, de protestas o de barricadas. Queremos hacer una huelga general pacífica, bajo la instrucción de los sindicatos. Cada organización sindical vera con su libertad, con autodeterminación, con disciplina, en forma pacífica, la forma cómo va adherir. Pero este 30 de abril no se puede mover una hoja en Chile.
Hay que dejar que los trabajadores de la salud puedan atender y trabajar de forma tranquila para seguir enfrentando esta pandemia; pero el resto de los trabajadores chilenos se tiene que desconectar, tiene que paralizar, hacerlo en forma pacífica, y tienen que encontrar todos distintas formas para poder protestar y manifestar nuestro rechazo categórico a un gobierno indolente, irresponsable y criminal. Porque un gobierno que no es capaz de responder frente a la hambruna de la gente, frente a la hambruna de sus compatriotas, no solamente es un gobierno insensible, sino que es un gobierno criminal.
Entonces, nadie va a actuar con irresponsabilidad ni arriesgar a nadie, menos el movimiento sindical. Pero nadie se puede restar de una jornada nacional de protesta y de huelga que vamos a llevar el día viernes 30 de abril, un día antes del 1 de mayo, no solo para recordar a los dirigentes sindicales que han muerto en la defensa de sus compañeros, sino que particularmente vamos a protestar porque hay miles y millones de trabajadoras y trabajadores chilenos que son víctimas de violación a sus derechos laborales.
Foto en portada: Agencia UNO.