Sin público. Sin inauguraciones abiertas. Sin festejos multitudinarios. De esa manera, el Museo Histórico Nacional (MHN) deberá celebrar, este domingo 2 de mayo, su aniversario número 110.  

El festejo será inédito. En medio de la crisis sanitaria, la institución deberá conmemorar la fecha con sus puertas cerradas, pero a través de un amplio programa digital en el que destacan conversaciones virtuales, el lanzamiento de una campaña destinada a diversificar el acervo de la entidad y la presentación de una muestra sobre soldados mutilados en la Guerra del Pacífico. 

Pero eso no será todo. En esta ocasión, el ex edificio de la Real Audiencia presentará su nueva imagen. El cambio incluirá un logotipo, una tipografía inspirada en la colección del Museo y un sistema gráfico coherente con las transformaciones museográficas de la institución. 

“Lo más importante es comenzar a mostrar los avances que tenemos ya bien palpables en cuanto al cambio de guion. Hace tiempo que estamos trabajando en un cambio integral del Museo”, explicó Macarena Ponce de León, directora de la institución. 

En la imagen, construcción del logotipo.

¿Cuál es la principal dificultad a la que el Museo se ha visto enfrentado en este contexto de pandemia? 

Lo más difícil ha sido estar cerrados y no poder tener una relación directa y presencial con el público, porque los museos hacen muchas cosas: investigan, documentan las colecciones, las conservan, crean sus propios contenidos. Hoy estamos casi en un 100 por ciento trabajando de forma virtual, lo que, obviamente, crea nuevas oportunidades, pero eso no quita que el Museo sea un espacio físico, en el que se producen nuevos contenidos, relaciones, vínculos con las personas y de las personas con los objetos y eso es presencial. 

¿Cómo fue el paso del Museo a la virtualidad?

No ha sido difícil, en el sentido de que nuestro Museo contaba con un par de herramientas que han sido realmente de mucha utilidad y muy bien valoradas por el público: el Tour 360, que tenía varias de las colecciones digitalizadas, y la muestra permanente, a la que se puede acceder de manera virtual. El Tour 360 ha sido una herramienta que ha servido muchísimo para hacer visitas virtuales. Eso ha sido muy interesante para el Museo, porque si bien estamos cerrados presencialmente, la virtualidad es una ventana exponencial respecto a los públicos que no acceden al Museo. El año pasado el Museo hizo una labor bien intensa de proponerle a los colegios una visita virtual. Eso ha sido muy bien recibido. Hemos tenido muchísimas visitas de ese tipo. 

En el marco del aniversario, el Museo vivirá una transformación gráfica. ¿De qué se trata este cambio?

El Museo ha cambiado varias veces su guion y esta vez el encargo es actualizarlo, no solamente en términos cronológicos para llegar hasta años más recientes, sino que actualizarlo en cuanto a su museología, museografía, su propuesta y el tipo de historia que quiere contar. Si es verdad que estamos pensando en construir un nuevo Museo, porque queremos presentar la historia de una forma distinta, más actual, más abierta, con otros actores o con nuevos actores, con nuevos temas, incorporando otros espacios sociales, no solamente los espacios de la élite o del Estado, eso tenía que tener obviamente una nueva forma de comunicarse, un nuevo lenguaje visual. Vamos a celebrar estos 110 años, lanzando este cambio de imagen junto con una campaña de donaciones a propósito de este nuevo guion. Esto surge a partir de un diagnóstico sobre los vacíos que tenemos en las colecciones y lo primero que le pediremos a la gente es que nos hagan llegar cosas a partir del concepto de juventud, porque nos remite a la historia reciente en los cuales el Museo cuenta con menos colecciones. 

Campaña de donación.

¿Este nuevo guion considera temas como la insurrección popular de 2019, la pandemia o el debate sobre una nueva Constitución? 

Lo tenemos incluido. De hecho, estamos trabajando en las cosas que nombraste, pero no como parte de la muestra permanente, sino que como exposiciones temporales. Lo que estamos haciendo, inicialmente, es armar un archivo digital con testimonios sobre el confinamiento. Eso es algo que vamos a lanzar también en esta conmemoración. Lo primero que tiene que hacer el Museo es registrar la experiencia sobre nuestra historia y partimos con el tema de la pandemia.

¿En qué está hoy el tema de la ampliación del Museo hacia Correos de Chile y la licitación del nuevo edificio? 

El edificio norte está suspendido, básicamente, por un problema financiero. El año pasado o en 2019, la estrategia que se decidió fue hacer esta ampliación, que es tremenda y que duplica el número de metros cuadrados para exhibición y otros espacios. Es realmente una renovación gigantesca, un salto en términos de infraestructura. Entonces, la estrategia fue hacerlo por etapas para que no tuviéramos que cerrar el Museo. Ahora, hemos cerrado por la pandemia, pero hasta marzo estábamos atendiendo durante todo el verano y con una afluencia bien alta. Entonces, el proyecto hacia Correos sigue vigente. Se están revisando los planos de arquitectura y especialidades. En eso estamos hoy. Esa es la situación del proyecto. 

¿Cómo proyecta el rol del Museo una vez superada la pandemia y frente al debate de la nueva Constitución?

Estamos en un momento muy activo. A todas las instituciones culturales del Ministerio, a todos los museos, probablemente, les ha pasado eso. Estamos trabajando muchísimo, pero aspiramos a volver a abrir las puertas lo más pronto posible. Tenemos montada una nueva exposición temporal que trabaja a partir de un álbum de soldados heridos en batalla durante la Guerra del Pacífico. También tenemos otros proyectos que van a lanzarse durante los próximos días y seguimos con los conservatorios online. En la medida que podamos hacerlos, vamos a seguir una metodología mixta. Si me preguntas por cuál debería ser el aporte del Museo en este momento de pandemia y crisis, creo que todo nuestro quehacer debería apuntar a levantar la vista y no sólo mirar la coyuntura, sino que mirar desde arriba hacia un lago plazo para poder pensar cómo queremos ser en el futuro, qué es lo que se viene y cómo enfrentarlo con un poco más de perspectiva y profundidad. Para poder entender mejor el presente y hacerse mejores preguntas hacia el futuro, el Museo tiene que tener esta misión de levantar la vista.