Roser Bru, la maestra de una obra sin fronteras

La artista chileno-española falleció este miércoles a los 98 años, dejando una rica colección en la que confluyen pinturas, dibujos, textiles y grabados. Este acervo devela una visión de mundo en donde la mujer y los derechos humanos fueron temas recurrentes.

La artista chileno-española falleció este miércoles a los 98 años, dejando una rica colección en la que confluyen pinturas, dibujos, textiles y grabados. Este acervo devela una visión de mundo en donde la mujer y los derechos humanos fueron temas recurrentes.

En enero de este año, la artista visual Roser Bru (98) comenzó a despedirse de quienes la cuidaban en su hogar. Sólo en ese momento abandonó su taller para guardar reposo y dejar atrás una labor artística marcada por la pintura, el dibujo, el grabado y el arte textil. 

Los meses que vinieron, posteriormente, fueron tranquilos, sin embargo, la artista, Premio Nacional de Artes Plásticas 2015, no logró sobreponerse, falleciendo este miércoles en su domicilio.

“Tenía 98 años, por lo tanto, fue una muerte natural. No fue debido a ningún tipo de enfermedad, sino que, simplemente, producto de la vida (…). Desde enero ya estaba en cama, preparándose en cuerpo y alma para fallecer. Llevaba varios meses en estado de agonía, por así decirlo”, comentó Amalá Saint-Pierre, actriz y nieta de la pintora. 

“Ahora, va a ser tarea de la Fundación Roser Bru continuar con su legado a través de la divulgación y preservación de su obra, pero, claramente, esto va a ser posible siempre y cuando el Estado de Chile se haga eco del legado de Roser para apoyar a la Fundación. Esto es un llamado, tanto a los públicos como a los privados, para que entiendan el valor del legado de Roser Bru y quieran participar de la preservación de su trabajo”, señaló. 

roser bru

La muerte de Roser Bru fue, rápidamente, lamentada por distintas instituciones. Así, la ministra de las Culturas, Consuelo Valdés, sostuvo que “pensar en Roser Bru es pensar en una luchadora de la libertad a través del arte”. 

“Son muchas las vivencias que dejaron una huella profunda en ella y, de paso, a partir de sus creaciones, en todos nosotros. Hoy despedimos a una de nuestras grandes mujeres creadoras, pero al mismo tiempo atesoramos el ejemplo de temple y talento que en 2015 la hicieron merecedora del Premio Nacional de Artes Plásticas”, dijo la secretaria de Estado.

Mientras, desde la Universidad de Chile se sumaron a las condolencias y, a través de la plataforma Tantaku, liberaron un microdocumental que fue desarrollado por el equipo del Museo de Arte Contemporáneo (MAC) con el objetivo de destacar la trayectoria de la Premio Nacional. 

“Hoy lamentamos profundamente el fallecimiento de Roser Bru, quien sostuvo, a lo largo de su trayectoria como artista visual, un fuerte vínculo con el MAC. En el museo conservamos casi una treintena de sus obras, en su mayoría grabados, que dan cuenta de su estrecha relación con Nemesio Antúnez durante el período del Taller 99 y, posteriormente, cuando Antúnez dirigió nuestro museo”, señaló Daniel Cruz, director del MAC. 

La huella de una obra fronteras

Roser Bru nació en Barcelona el 15 de febrero de 1923, pero, producto de la guerra civil española, su familia debió abandonar su país de origen, exiliándose en Francia. Esa fue la primera frontera que debió cruzar la joven artista quien, más tarde, iniciaría un viaje mucho más largo en el barco Winnipeg, llegando a Chile en 1939 junto a otros dos mil refugiados.  

Ese primer exilio dejaría huella en la memoria de la artista, quien, a principios de los años 40, ingresaría a la Escuela de Bellas Artes de la Universidad de Chile. Allí se uniría al Grupo de Estudiantes Plásticos (GEP), tomando contacto con artistas como Gracia Barrios, José Balmes y Guillermo Núñez, entre otros. Posteriormente, formaría parte del Taller 99, fundado por Nemesio Antúnez.

En ese ambiente, Bru no sólo fue testigo de cómo la organización política ingresó a las universidades, sino que también, presenció cómo el arte se fue bifurcando entre concepciones modernistas y miradas mucho más críticas de su tiempo. En ese devenir, ella se instaló en un margen propio, una frontera donde la mujer y la defensa de los derechos humanos fueron temas fundamentales. 

retrato de una desaparecida. roser bru

Obra Retrato de una desaparecida. Créditos: Fundación Roser Bru.

“Ella participó en todas las exposiciones o acciones que tuvieron que ver con una resistencia a la dictadura. Ella fue muy consecuente con haber sido víctima de la dictadura franquista. Eso no lo olvidó jamás”, dijo el artista Francisco Brugnoli, quien coincidió en más de una oportunidad con Bru.  

“En su caso hay una mirada sobre nuestra realidad en otra posibilidad de ser, como una mirada encantada, una mirada crítica, muchas veces crítica y dolorosa. Esa adaptabilidad al mundo, ese trabajo con el mundo es una cosa que tenemos que recordar de ella”, agregó el artista visual. 

Para la investigadora del Museo Nacional de Bellas Artes, Gloria Cortés, la obra de Bru tiene que ver con “poner el cuerpo en la obra”, en el sentido de que el cuerpo femenino se torna un sujeto esencial de la producción. “Ella misma actúa como una sujeta política”, dijo la historiadora del arte. 

“Ese cuerpo femenino que pone en su obra también es un cuerpo político en tanto asumen posiciones políticas de denuncia en tiempo de dictadura, pero también en situaciones como de accionamiento político, incluso en la Unidad Popular de mujeres que tienen una voz y que participan de una vida pública que no les estaba tan permitido”, explicó la investigadora. 

Para Gloria Cortés también es relevante abordar la obra textil de Bru, perspectiva que, en su opinión, no ha sido puesta en valor del todo. Así, precisó que es importante destacar a las mujeres artistas en sus vejez: “Habría que preguntarse cómo generamos espacios de cuidados para estas mujeres y para las vejeces femeninas en general”. 

“Roser nos pone en esa situación, nos coloca, sobre la cara, qué hacemos en el ámbito de la cultura y desde nuestras instituciones con las vejeces femeninas, qué nos tienen que decir estas mujeres con su producción artística hoy, con los años y experiencias que cargan. Esa también es la deuda con Roser y otras artistas que han traspasado ciertas barreras etarias”, añadió.   

La obra de Roser Bru ha sido reconocida en todo el mundo, siendo considerada como una de las artistas más importantes del siglo XX en Latinoamérica. Hoy, su trabajo ha superado cualquier frontera a la vez que algunas de sus obras son resguardadas por entidades como el Museo de Arte Moderno de Nueva York y los Museos Estatales de Berlín.

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Despedida 

Roser Bru será velada este jueves 27 de mayo entre las 10:00 y las 15:00 horas en el Museo Nacional de Bellas Artes. Posteriormente, sus restos serán cremados a las 16:00 horas en el Parque del Recuerdo.





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