No han sido tiempos fáciles para las artes escénicas. Según comentó Cristian Keim, actor y director del Teatro Nacional Chileno (TNCH), el panorama ha sido “rudo” para los espacios independientes que, producto de las restricciones de la pandemia, apenas han logrado sobreponerse al momento.
En esa línea, en entrevista con Antonella Estévez en el programa Semáforo, el director señaló que el Teatro Nacional Chileno, que este martes 22 celebra 80 años, ha tenido mejor suerte: “Dentro de todo, también es un teatro bien privilegiado, porque somos un grupo de artistas, funcionarios y técnicos que funcionamos al alero de la universidad y la universidad es uno de los pocos lugares en este país que sostiene la cultura sistemáticamente”.
Según comentó, en esta etapa la sala de Morandé #25 inició un proceso de reflexiones con el objetivo de reordenar la labor que ya se venía desarrollando. La idea principal era evaluar el trabajo realizado y definir nuevas direcciones al calor de la contingencia. “Entonces, a pesar de que parezca contradictorio, hemos estado bastante ocupados trabajando, haciendo análisis, levantando proyectos y esperando el momento en que se alce el telón y volvamos a estar presencialmente con nuestro público”, dijo el director teatral.
“En un principio se pensó que las plataformas digitales podrían ser una salida, que han sido de alguna manera, pero ya a estas alturas existe un agotamiento de los públicos respecto a las funciones digitales”, añadió el actor.
Por otra parte, Cristian Keim indicó que el aniversario del Teatro Nacional Chileno no sólo es relevante para la Universidad de Chile, sino que para el teatro en general. Esto, ya que, de cierta manera, la creación del Teatro Experimental influyó en el modo de operar hasta ese momento.
“El teatro se profesionaliza al punto de que el desarrollo de la disciplina teatral empieza a ocurrir al interior de las universidades. Recordar que es otra época. En el 41 teníamos un profesor como Presidente de la República, cuyo lema decía ‘gobernar es educar’ y en esa línea se comprendía el teatro”, comentó.
“Hay una mirada sobre el teatro en esa época que queremos rescatar. Eventualmente, en estos 80 años hemos cometido errores, quizás hemos perdido el rumbo en algún momento, pero también, en el mundo del teatro, sabemos que el error es fundamental”, agregó el director teatral.
Frente a eventuales cambios, Keim manifestó que es muy probable que el Teatro Nacional retome aquella misión que le dio vida, vale decir, ser un espacio experimental. “En el transcurso de 80 años, quizás se volvió un lugar que abandonó esa línea y empezó a funcionar un poco más conservadoramente si se quiere y creo que nosotros vamos a volver a ser experimentales”.
“Vamos a empujar ese tipo de trabajos de gente joven, de dramaturgia contemporánea. Estos grandes nombres que uno tiene como referente, Alejandro Sieveking y estas obras que uno las ve como una especie de realismo chileno tradicional campesino si uno quiere, son obras que cuando fueron ejecutadas, eran obras de gente muy joven que estaba en una experimentación de los lenguajes teatrales, que coincide con una búsqueda de identidad cultural en la que estaba el país completo en los años 60”, explicó.
La celebración de los 80 años del Teatro Nacional Chileno se realizará virtualmente por medio de una ceremonia que será transmitida a las 20:00 horas a través de las plataformas del teatro y de la Universidad de Chile. Ese mismo día, a las 11:00 horas, también se rendirá un homenaje digital que contará con la participación de Annie Murath, Gabriel Cañas. Esta actividad incluye la exhibición de una investigación sobre las mujeres del Teatro Experimental Chileno. Mientras el lunes 21 y miércoles 23 de junio se realizará un streaming de la obra El automóvil amarillo, producción del TNCH estrenada en 2017.
Durante el segundo semestre, el teatro también se preparará para poner en marcha su programación presencial. Uno de los primeros montajes en agenda es Paren la música, pieza dirigida por Cristián Plana con textos de Nona Fernández, cuya idea original es de Alejandro Sieveking.