La revista Punto Final nació en 1965 y estuvo vigente por más de 40 años. En sus páginas plasmó hitos como la candidatura de Allende, el levantamiento zapatista de 1994, la revolución bolivariana, el surgimiento de Evo Morales como líder indígena, las demandas del pueblo mapuche y las ansias por una nueva Constitución en Chile.
Pero, en ese camino, la publicación fundada por Mario Díaz y Manuel Cabieses también reunió una serie de registros como fotografías, afiches, postales y cintas de VHS, entre otros. Ese archivo se conformó apenas nació la revista, pero, luego de su cierre, en 2018, el equipo detrás del proyecto periodístico inició un trabajo para que todas esas materialidades fueran puestas en valor.
Con ese propósito, el periodista Manuel Cabieses tomó contacto con distintas instituciones con el objetivo de donar parte de los documentos reunidos al alero de Punto Final. Uno de estos organismos fue el sitio de memorias Londres 38, que recibió dos paquetes que, en su totalidad, contenían más de 600 registros.
“Este archivo comenzó a construirse por distintas vías. Había gente que donaba fotografías como la familia Enríquez y luego se hacían copias. Con las fotografías más modernas, se hacían tres o cuatro copias con tal de poder elegir para la publicación. Así se fue formando esto. La fotografía era muy importante para el papel”, explicó Francisca Cabieses, hija de Manuel Cabieses, quien además en los años 90 se sumó al equipo de Punto Final.
“Siempre tuvimos mucho material. Estaba establecido que cada vez que hubiera una elección de Presidente de la FeCh o la Feuc había que entrevistar al compañero o compañera que salía. Antes había casi puros hombres, después empezaron a aparecer las mujeres en esos cargos. Así comenzaron a aparecer un sinfín de temas”, dijo respecto de este proceso.
Colección Punto Final
Una vez transferido el material, Londres 38 inició un largo proceso de trabajo para organizar y digitalizar los documentos, labor que dio origen a la Colección Punto Final. Esta serie cuenta más de 650 registros entre boletines, afiches y grabaciones VHS, aunque el grueso de la donación correspondió a fotografías.
Estos registros transitan, principalmente, por la segunda mitad del siglo XX, abordando temas como el Movimiento de Izquierda Revolucionario (MIR), la Unidad Popular, las vulneraciones a los derechos humanos en dictadura y los movimientos de organización popular. Revuelta y persecución son parte del relato presente en este archivo que, en general, se encontraba en muy buenas condiciones a la hora de ser donado.
“Hay una colección súper importante con algunos afiches de denuncias del MIR en el extranjero que corresponden al periodo 70-80. También hay algunas postales de movilizaciones que se hicieron fuera de Chile, un grupo de documentos que corresponden a distintos medios de comunicación del MIR, algunas fotografías de la familia Enríquez y algunas fotografías que corresponden a momentos represivos. También hay unas imágenes más recientes que corresponden a la familia Vergara-Toledo”, señaló Leslie Araneda, encargada del archivo de Londres 38.
“Hay un conjunto que tiene que ver con muchos rostros de compañeros y compañeras detenidos desaparecidos y ejecutados políticos. Algo interesante es que esta colección da cuenta de las movilizaciones, de la organización popular. Hablan de un periodo de extrema politización de nuestra sociedad chilena. Para el archivo de Londres 38 tiene mucha importancia, porque esta colección nos permite relevar la vigencia de estas memorias y abre posibilidades para mirar la historia de forma crítica. Permite vincular esta sociedad movilizada de ayer con las demandas de hoy”, dijo la investigadora.
Según detalló Leslie Araneda, esta colección busca llegar a un público amplio. No sólo a investigadores o interesados en temas vinculados a los derechos humanos. Por ello, Londres 38 integrará estos materiales al archivo digital existente en su plataforma. Esto se concretará durante las próximas semanas, lo que será acompañado de un proceso de socialización de los contenidos.
Punto Final
La historia de la revista Punto Final está marcada por distintas etapas. El 11 de septiembre de 1973, el proyecto fue clausurado, mientras que sus oficinas, ubicadas en el centro de Santiago, fueron allanadas. El mismo Manuel Cabieses fue detenido pocos días después del Golpe de Estado. Su exilio inició en 1978.
En total, la revista se mantuvo inactiva por 16 años, entrando en circulación en agosto de 1989. Pero los tiempos de la posdictadura no fueron más fáciles. En 2018, producto de un importante déficit financiero, la publicación suspendió definitivamente su labor.
“No fue una decisión fácil, pero no teníamos dinero para seguir funcionando. Siempre mantuvimos la política de no tener deudas, porque no teníamos como respaldarlas. Fue lamentable, porque podríamos haber dado mucho más desde el punto de vista de la información”, sostuvo Francisca Cabieses.
Actualmente, la mayoría de los números de Punto Final se encuentran digitalizados. Estas páginas son testimonio de una historia con enfoque crítico y latinoamericano. En definitiva, un relato que es complementado con su archivo, el que podrá ser revisitado una vez que Londres 38 presente su nueva colección digital.