En conversación con la primera edición de Radioanálisis, el Doctor en ciencias atmosféricas y subdirector del Centro de Ciencia del Clima y la Resiliencia (CR2), René Garreaud, se refirió al último sistema frontal que afectó a la zona centro-sur del país y los efectos del cambio climático en nuestro territorio.
Consultado por los periodistas Juanita Rojas y Claudio Medrano respecto de las lluvias de las últimas horas, el profesor Garreaud afirmó que “fue un frente moderado, había algunas expectativas de que causara un poco más de precipitación, pero también nosotros somos bien ‘santiagocéntricos’ porque si bien acá llovió de forma moderada, yendo un poco más hacia el sur hubo precipitación bastante intensa”.
En ese sentido agregó que “de todas maneras estamos hablando de un evento moderado, que usualmente no era noticia, pero un contexto de un año hiper seco es bien recibida y generó toda esta expectativa y la posibilidad, con estas ciudades cada vez más grandes y expuestas, de tener algún tipo de desplazamiento de tierra o inundación”.
Respecto del déficit de lluvias que existe en la actualidad y lo que se proyecta hacia el futuro, el profesor de la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas de la Universidad de Chile sostuvo que “el déficit hasta el día de ayer era cercano al 70% y esta lluvia de 15mm. lo puede aliviar un poco, pero seguiremos en un escenario de déficit y nos queda poco tiempo para que se produzcan nuevas lluvias. Nosotros nos jugamos nuestra precipitación anual en los meses de invierno”.
“Lamentablemente estamos ya, a estas alturas, muy claros de que este va a ser el doceavo año de lo que llamamos la mega sequía, en una buena parte del Chile central. Ahora, esto no significa que pasemos a un escenario de racionamiento tanto eléctrico, como de agua, porque se han hecho trabajos importantes para evitar esa situación”, agregó René Garreaud.
El Subdirector del CR2 se refirió además a la posibilidad de que el escenario de sequía pase a ser normal en el Chile central, al respecto afirmó que “en clima, normalmente se consideran promedios de 30 años y hasta hace poco estábamos considerando el periodo de 1980 a 2010 y eso te daba una cierta cantidad de precipitación para Santiago de aproximadamente 320 mm., cuando ya están cambiando el periodo y se considera de 1990 a 2020 ya bajó la normalidad y ahora el promedio está en 290 mm.”.
De todas formas, el experto aclaró que “en este escenario se superponen varias cosas y hay un aspecto que se llama variabilidad natural, porque hay décadas que por sí son más secas y efectivamente hay un factor natural que está haciendo que ésta década tenga estas características de sequía. Ahora, esta sequía ha sido particularmente riguroso porque aparte de esta variabilidad natural tenemos la señal del cambio climático“.
En esa línea el especialista agregó que “tenemos que aprender a adaptarnos, pero también quiere decir que no necesariamente el futuro llegó y es probable que en los próximos años tengamos décadas lluviosas por este factor de la variabilidad natural, lo que sí no se podrá revertir es la parte relacionada al cambio climático y para eso tenemos que adaptarnos y mitigar”.
Respecto de este proceso de adaptación al cambio climático, el profesor Garreaud sostuvo que “debe ser en todos los niveles, uno tiene que adaptarse como ser humano y en general ser respetuoso con el medio ambiente y eso significa cuidar los recursos. Eso tiene beneficio en el corto plazo en escala local y tributa en esta tarea que tenemos como humanidad, pero tenemos que ser sinceros, estos cambios 1 a 1 son importantes pero esas acciones individuales por sí solas no bastan y deben ir acompañadas por grandes acciones a nivel de los países tanto en mitigación como en adaptación“.
Finalmente, respecto de la proyección para los meses de verano, el académico de nuestra casa de estudios afirmó que “el clima acá en la zona central es super mediterráneo y la estacionalidad es muy marcada y el problema es que los veranos son super secos. Hemos constatado un aumento de las olas de calor, nosotros hemos tenido la suerte de que gracias al océano no hemos visto esas temperaturas sobre los 40 grados, pero igual tenemos olas de calor que tienen efectos sobre las personas y la vegetación y si bien no es posible proyectar números, sí estamos ante una tendencia y deberíamos prepararnos a tener temperaturas extremas de calor en los meses de verano”.