En conversación con la primera edición de Radioanálisis, la activista y víctima de violaciones a los derechos humanos durante la dictadura cívico-militar, Haydee Oberreuter, se refirió a la polémica respecto del levantamiento del secreto de 50 años que pesa sobre los antecedentes presentados en la Comisión Valech que fue puesto en la agenda durante la discusión que se dio al interior de la Convención Constitucional.
Consultada por el director de Radio Universidad de Chile, Patricio López, respecto de este tema, la dirigente social afirmó que “se habla por nosotros con una soltura de cuerpo como si fuera el equivalente a que no hubiésemos sobrevivido y que somos personas que requieren de otras personas para expresar lo que nos ocurre, sentimos o cuál es nuestro bien”.
En esa línea agrega que “es una falta de respeto por decir lo menos y esto tiene su origen en la forma en que nos han visto históricamente. Quince años han pasado desde que se nos impusiera el secreto que se ha conocido como el secreto Valech. En esos quince años no ha pasado un solo día en que no hayamos acudido a todas las Cortes, a todos los espacios nacionales e internacionales para pedir que se baje ese secreto. Hemos escrito proyectos de ley, hemos hecho todas las gestiones posibles y, sin embargo, lo que ocurre cuando la Convención se hace cargo de nuestra demanda histórica es que se abren nuevamente los espacios para los portavoces de la iniciativa de los 50 años de silencio, que no son otra cosa que 50 años de impunidad“.
“Nosotros jamás firmamos un papel, Ricardo Lagos no solo miente, sino que miente descaradamente, no sabemos pero podemos deducir cómo se conecta este silencio impuesto a los sobrevivientes con los pactos de silencio que ya venía acarreando la posdictadura, es como un nexo que hay a lo largo de la historia y de la memoria”, añadió Oberreuter.
Respecto de los argumentos que se han esgrimido en contra de la posibilidad de levantar el secreto, como la protección de las víctimas, Haydee Oberreuter sostuvo que “por nuestro bien, nunca, ni oficial ni extraoficialmente, hemos pedido semejante cosa, a no ser que esa petición hubiese ocurrido en alguna cocina, o en algún lugar de muy difícil constatación para quien no tuvo acceso jamás al Palacio de La Moneda a conversar con dicho Presidente”.
Por lo mismo, la directora de la Corporación de Familiares de exPrisioneros Políticos Fallecidos de Chile, recalcó que “Ricardo Lagos jamás recibió a los sobrevivientes de prisión política y torturas y teníamos propuestas que hacerle y le solicitamos en reiteradas oportunidades que nos recibiera. No existe ninguna razón para suponer que por nuestro bien sea necesario el secreto y si así fuera, entonces debiera existir el documento en el cual la persona que presta testimonio dice: ‘por mí bien, por mí estabilidad yo prefiero entregar este testimonio pero que no lo conozcan los tribunales o archivo público alguno'”.
La dirigenta social aclaró que “tampoco nunca hemos pedido que nuestros testimonios estén puestos en los kioscos. Lo que hemos pedido es simplemente verdad y justicia, que los Tribunales accedan a esa información, que no tenga uno y otra vez a concurrir a declarar, no estamos reportando el choque de un auto, estamos reportando lo que fue la transgresión brutal de la que fuimos objeto y por ello es fundamental que se haga con todos los resguardos posibles”.
Respecto del rol que ha jugado los expresidente de la Concertación en este tema, Haydee Oberreuter sostuvo que “nunca han tenido la entereza moral para decir concretamente qué es lo que acordaron y qué no para ese necesario transito hacia la democracia y que al final la única constatación que tenemos es que se despejó el camino para seguir administrando el modelo”.
En ese sentido recalcó que “nunca salimos de la democracia tutelada que nos regaló Guzmán, nunca salimos de la constitución del 80 que afincó el sistema que ahora estamos viendo caer por trocitos su estructura, simplemente que lejos de dejar fluir las fuerzas de la historia aquí lo que ha pasado es un encajonamiento de esas energías, en fin de un propósito que, evidentemente, no era el propósito por el cual luchamos quienes resistimos a la dictadura”.