Con el triunfo de los candidatos presidenciales del Frente Social Cristiano, José Antonio Kast, y de Apruebo Dignidad, Gabriel Boric, con un 27,91% y un 25,83% respectivamente, una de las cosas que quedaron de manifiesto fue el fracaso de las fuerzas del centro político tras los comicios de ayer domingo.
Y es que dicho sector- que se disputó el poder durante 30 años- terminó por perder la oportunidad de pasar al balotaje, con la derrota de los candidatos de Chile Podemos Más, Sebastián Sichel, y de Nuevo Pacto Social, Yasna Provoste, siendo incluso superados en las preferencias por el abanderado “telemático” del Partido de la Gente, Franco Parisi, quien se posicionó en el tercer lugar con el 12,80% de los votos.
De esta manera, queda pendiente el desafío entre ambos extremos del espectro político responder a ese segmento de la población que se inclinó por abanderados que proponían una moderación en sus ejes programáticos.
En conversación con la primera edición de Radioanálisis, la profesora del instituto de Asuntos Públicos de la Universidad de Chile, María Cristina Escudero, señaló que “dentro de lo esperable, un escenario era que Kast fuera primero y ahora ¿Cómo lo explicamos? Porque él apuntó a un voto que no está en el radar, un voto que en realidad al cual no se ha llegado a través de otras elecciones que hemos tenido, como el plebiscito, los convencionales que es el voto rural, del sur no estaban identificados con las agendas de cambio”.
Por ello, Escudero apuntó que “ahí hay un desafío de cómo hablarle a ese sector, aunque yo creo que ya ese es un voto que está medio convencido por Kast”, agregando que de todas manera de ganar Boric “va a tener que acercarse a ese voto porque va a tener que gobernar con una agenda con la cual no está tan familiarizado”.
El analista y académico de la Facultad de Humanidades y Filosofía de la misma casa de estudios, Ernesto Águila, consideró que a la luz de estos resultados “evidentemente que la campaña de la izquierda y de Gabriel Boric tienen una gran dificultad para hablarle a las regiones en general” y que tampoco han tenido la facultad de responder a las demandas de un país “que está extenuado por la pandemia, por la vivencia más cotidiana de la violencia, la delincuencia, el narcotráfico y el tema de la migración (…) Yo creo que ahí se instaló una demanda de orden que se alcanzó a visualizar previo a la elección, pero frente a la cual no hubo respuestas suficientes. Yo creo que la campaña (de Boric) debe salir de Ñuñoa”.
El analista político vinculado a Renovación Nacional, Tomás Duval, matizó este diagnóstico y apuntó que “el proyecto que representa Gabriel Boric, de transformaciones profundas y radicales, no obtuvo el tercio de apoyo de la ciudadanía y eso es un estado de alerta para la situación en la que veníamos. Naturalmente la ciudadanía se pronunció en un sentido distinto” , realizando a continuación un paralelo entre los hechos ocurridos el 18 de octubre de 2019 y las respuestas de José Antonio Kast a partir de estas problemáticas.
“Ya han pasado dos años del proceso del estallido social y, por lo tanto, en esos dos años hay muchas cuestiones materiales que no se han resuelto. Si bien es cierto que hay un proceso constitucional que está configurado y andando en la Convención Constituyente, al mismo tiempo muchas demandas que en ese entonces se vieron postergadas. Entonces, las ofertas de las candidaturas y de Kast en este tema tienen que ver con ese reflejo y que él ha logrado captar adecuadamente”, expresó.
En cuanto a los desafíos que ambas cartas presidenciales deberán enfrentar en la segunda vuelta, Duval sostuvo que el error estratégico que podrían cometer “sería que se fueran más a sus extremos”, agregando que “debieran ser mucho más inclusivos en esta etapa, conformar equipos no tan propios, abrirse a otras visiones e ir conformando un grupo en torno a los distintos candidatos con mayor solidez que permita buscar ciertos electorados que votaron por otras candidaturas en esta elección pero, al mismo tiempo, intentar conquistar posibles nuevos votantes que puedan concurrir en esta segunda vuelta”.
Por su parte, el historiador y politólogo de la UTEM, Máximo Quitral, explicó que la victoria de José Antonio Kast dice relación con una lectura correcta del país a la que, incluso, terminaron por adherir militantes de la derecha tradicional en desmedro de la carta oficialista Sebastián Sichel y añadió que, en el caso de Gabriel Boric, el desafío está en “hacer un reacomodo de su comando, subió muy poco en su votación original, eso es una señal de que algo no anda bien en el candidato”.
Mientras que en el caso de Kast, Quitral afirmó que “tendrá que moderar un poco su discurso, porque también con la votación que obtuvo no le alcanza para ganar. Tiene que apuntar al centro, tiene que apuntar al voto de Yasna Provoste y a los de Sebastián Sichel. Por tanto, no daría muerto el centro político, sino que hoy está un poco debilitado, pero todavía sigue siendo gravitante para ganar una elección”.
En tanto, el director ejecutivo de la Fundación Chile 21, Eduardo Vergara, mostró su preocupación frente a estos resultados y consideró que “lo que está adelante para las próximas semanas tiene que ver con un momento que debe tener la épica que se requiere y la épica es del bien común y de ver que lo que está en juego es demasiado grande. Por eso, todas las fuerzas deberían estar enfocadas y dispuestas, pero por sobre todo desplegadas a apoyar la candidatura de Gabriel Boric. No me cabe la menor duda que el factor determinante en esta elección fue la matriz fue del orden y la seguridad”.
Asimismo, Vergara señaló que desde la institución “alertamos por mucho tiempo que el factor seguridad definiría la elección presidencial, porque el miedo es un arma tremendamente poderosa y ha mostrado ser especialmente rentable en los tiempos actuales” y añadió que “lo importante es que en estas cuatro semanas que restan en la amplia izquierda tiene la obligación política y el imperativo ético de poder manifestarle a la ciudadanía un compromiso claro con la seguridad y el orden, dejar de lado tabúes ideológicos, fantasmas del pasado y de una vez por todas hablar con claridad y comprometerse a restablecer la seguridad, a recuperar los barrios que están tomados por el narco, permitir que las personas puedan caminar libremente y sin miedo en las calles y recuperar también la legitimidad y credibilidad de nuestras policías para que puedan hacer su trabajo preventivo”.