¿Derecha peruana apunta a la desestabilización?

Los partidos de la derecha peruana pidieron al parlamento unicameral la destitución del Presidente de la República, el izquierdista Pedro Castillo, quien lleva apenas cuatro meses en el poder. Los opositores alegan una supuesta "incapacidad moral permanente " de Castillo para ejercer sus funciones. Avanza País, Fuerza Popular y Renovación Popular presentaron las 28 firmas requeridas para que la moción fuera admitida en Tabla. Pero para conseguir la eventual destitución de Castillo se requieren 87 votos del total de 130 parlamentarios.

Los partidos de la derecha peruana pidieron al parlamento unicameral la destitución del Presidente de la República, el izquierdista Pedro Castillo, quien lleva apenas cuatro meses en el poder. Los opositores alegan una supuesta "incapacidad moral permanente " de Castillo para ejercer sus funciones. Avanza País, Fuerza Popular y Renovación Popular presentaron las 28 firmas requeridas para que la moción fuera admitida en Tabla. Pero para conseguir la eventual destitución de Castillo se requieren 87 votos del total de 130 parlamentarios.

La supuesta “incapacidad moral” de la que se acusa al presidente Castillo se basa en el presunto uso ilegal de fondos para su campaña electoral en representación del partido marxista Perú Libre, el haber designado “a altos funcionarios vinculados al terrorismo y acusados de apología del terrorismo” y por “tráfico de influencias” en ascensos de altos mandos de militares y civiles. La líder opositora y excandidata presidencial Keiko Fujimori no desaprovechó el momento político y ya anunció que su partido, Fuerza Popular, la segunda bancada del Congreso -con 24 votos- apoyará el pedido de destitución. “En Fuerza Popular creemos que este gobierno viene demostrando una permanente incapacidad para conducir el país”, afirmó Fujimori en Twitter.

Aunque la propuesta de moción había sido presentada la semana pasada por la congresista de Avanza País, Patricia Chirinos, tercera vicepresidenta del Congreso, sólo este jueves logró finalmente reunir las 28 firmas, dos más de las necesarias. Ahora, de acuerdo a la legislación peruana, requerirá el apoyo de un total de 52 diputados para que sea admitida a debate.

“Declárase la permanente incapacidad moral del Presidente de la República, ciudadano José Pedro Castillo Terrones, según lo establecido en el inciso 2 del artículo 113 de la Constitución política del Perú”, señala el texto de la solicitud. El documento exige que se “aplique el régimen de sucesión” establecido en la Constitución peruana, que indica que el cargo debe ser asumido por la vicepresidenta del Perú, Dina Boluarte.

En ese caso, el Congreso debe acordar fecha y hora para el debate y la votación, a la que el presidente Castillo debería acudir personalmente acompañado por un abogado. Pero no será fácil, porque para lograr su objetivo, la derecha necesita a la mayoría de las fuerzas parlamentarias. Y éstas ya han mostrado su rechazo a la destitución presidencial.

Hace un par de días, durante un acto en la región Huancavelica, Pedro Castillo criticó este enésimo intento de la oposición por desestabilizar su gestión, lamentado que mientras ellos dedican sus esfuerzos a tumbar a un presidente electo por el pueblo, el Gobierno está luchando para llevar gas a todos los hogares peruanos.

“Piden la vacancia de una persona elegida por el pueblo cuando estamos fajándonos para darle gas a todos los peruanos”, dijo. “He pasado luchas cruentas y hoy, que soy gobierno, no retrocederé”, prometió. Además, Castillo llamó a los diputados opositores  a que pidan su vacancia ante el pueblo y no, dijo, “dentro de cuatro paredes”.

Pedro Castillo asumió la presidencia el pasado 28 de julio y su mandato finaliza recién en julio de 2026, pero prácticamente desde el primer día de su gobierno ha sido objeto de críticas que apuntan a una falta de rumbo del Ejecutivo y a las constantes crisis ministeriales. En menos de 120 días de gestión ha cambiado a una docena de ministros y enfrenta divisiones en la coalición que lo respalda. Y según un sondeo de Ipsos difundido el pasado 14 de noviembre, la desaprobación presidencial llegó a 57 por ciento, algo que la derecha peruana no está dispuesta a desaprovechar, aunque el precio sea la desestabilización institucional en un país donde los militares nunca han estado lejos del poder.





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