En conversación con Radio Universidad de Chile, el epidemiólogo de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Chile, Gabriel Cavada, abordó la nueva variante del Covid-19 denominada Ómicron, cepa que se desarrolló en la zona sur del continente Africano y de la cual aún se sabe muy poco, sostuvo el profesional, razón por la cual consideró necesario observar en el marco de dos a tres semanas los estudios que emane la Organización Mundial de la Salud (OMS) al respecto, en términos de saber “cuál es la velocidad de expansión que tiene la epidemia producida por esta variante”.
Si bien el profesional afirmó que de manera preliminar, Ómicron resultó ser menos letal que otras cepas como la que inauguró la pandemia en Chile, consideró necesario adoptar resguardos en la medida que puede manifestarse agresivamente tal como lo hizo la variante de Manao. En ese sentido, señaló que “parece prudente que Chile vuelva a resguardar sus fronteras y sobre todo sobre viajeros que vienen justamente de esta región”.
“Lo que sí es un hecho cierto es que la cepa ya entró a Europa y ya entró a Canadá entonces nuestro problema, yo entendería, es que la frecuencia de viaje desde el sur de África a Chile es bastante menor que la que si se produce desde Europa o desde América del Norte en general hacia nuestro país y en ese sentido parece completamente prudente haber postergado la apertura de fronteras terrestres al menos y por otro lado seguir manteniendo o incluso aumentando las medidas de prevención para aquellos pasajeros que vengan del extranjero entiéndase pedirle su Green Pass, su carnet de vacunación internacional y por otro lado que exijan, como es ahora, un PCR reciente negativo o algún examen de antígeno que nos dé cierto sentido de seguridad de que ese paciente no esté infectado“, señaló.
Consultado por al dinámica detrás de la aparición de estas variantes, el epidemiólogo explicó que las cepas se producen como una “fotocopia dañada que no es fiel a la original” en regiones donde existe una mayor densidad poblacional, lugares donde el virus tiene mayores condiciones de transmitirse.
“Por eso apareció cepa en la India, mil quinientos millones de personas; apareció la cepa de Manao en Brasil, doscientos cincuenta millones de personas y por lo tanto el sur de África debe ser una de las partes más pobladas de ese continente”, explicó, agregando el factor de la vacunación como segundo elemento sustantivo en términos de la replicación del virus.
En lo relativo al escenario nacional, Cavada sostuvo que no hay garantías de que la ciudadanía no se vaya a infectar con la nueva variante. No obstante, aseguró que existe la experiencia sobre la capacidad de respuesta de las vacunas Sinovac frente a otras cepas, donde la inoculación ha resultado ser lo suficientemente efectiva para contrarrestar las variantes.
“La experiencia es que Chile vacunó en términos basales las dos primeras dosis con la vacuna Sinovac cuya tecnología se basa en un virus inerte y la gracia de haber inoculado virus inerte es que se tiene toda la información genética del virus y no parte de ella como podría ocurrir con la Vacuna cuya base es el RNA mensajero con las cuales se está haciendo dosis de refuerzo. Esta vacuna Sinovac fue tremendamente efectiva con la cepa delta, también lo fue en una cepa que apareció el año pasado en Magallanes, entonces tenemos evidencia que estas vacunas son efectivas para protegernos frente a variantes del virus”, aseguró.
Por este motivo es que el epidemiólogo consideró sustancial continuar con la campaña de vacunación, en términos de incentivo y propaganda, y para aquellas personas que presenten dificultades para asistir a los centros de vacunación. En eso, evaluó positivamente el hecho de que el pase de movilidad esté sujeto a las dosis de refuerzo. “Me imagino que para el año que se nos aproxima vamos a tener planes de vacunación bastante parecidos sino iguales al plan de vacunación del año 2021, probablemente vamos a tener dos dosis Sinovac y una dosis de refuerzo a final de año“, indicó.
Haciendo una proyección de la pandemia en el mundo, el académico de la Universidad de Chile afirmó que el virus puede permanecer durante años al igual que la gripe española y la H1N1, que si bien no se tradujo en la mortalidad que provocó el Coronavirus, duró diez años en el país.
“No hay ninguna razón para que esta dure menos. Lo que va a ocurrir con el tiempo es que en la medida que nosotros tengamos una gran población vacunada y ya a un mediano plazo, probablemente a mediados del 2022 hayan terminado las pruebas clínicas y los desarrollos para los antivirales específicos para el SARS-CoV-2. Lo que vamos a tener es otra vía de control más terapéutica de la enfermedad y por lo tanto de aquí a un mediano plazo, probablemente de aquí a unos tres años vamos a tener una enfermedad que va a convivir con nosotros“.
En esa perspectiva, Cavada consideró que en ese tiempo el Covid-19 no tendrá la letalidad del tres por ciento como se está viendo ahora ni tampoco generará enfermedades graves que vayan a estresar la capacidad de respuesta de los sistemas de salud. Sin embargo para lo anterior es necesario aumentar los niveles vacunales, recalcó.
“Ya fue una buena noticia que se vayan a empezar a vacunar a los niños sobre los tres años. Mi apuesta es que ojalá prontamente se puedan vacunar a los niños sobre un año, mantener ese plan de vacunación por lo menos unos tres años y es que, de alguna forma ya se habla incluso que esta vacuna se va a combinar con las clásicas de influenza”.
La efectividad del proceso de inoculación que se desarrolla en el país ha evidenciado su efectividad en cuando es posible observar en la curva de camas UCI un curso de enfermedad grave más pequeño y una afección que no solo repercute a la población adulto mayor, señaló.
“Si usted mira actualmente estas curvas por rango etario se encuentra con la novedad de que las camas complejas y las muertes están a la baja, sobre todo las muertes, pero las camas complejas por rango etario se parecen mucho, eso quiere decir que a la UCI ya no entran solo viejos sino que también gente más joven y eso podría tener una cierta mirada optimista porque obviamente la gente está sobreviviendo más a la UCI”, explicó.