En una tendencia que ha marcado esta semana, hoy se volvieron a registrar una de las peores cifras de la pandemia desde los últimos seis meses.
Esta situación se suma a la propagación de la variante Ómicron que hace un mes fue detectada en el país y por la que especialistas resaltan su alta contagiosidad a diferencia de otras variantes del coronavirus.
De hecho, la subsecretaria de Salud Pública, María Teresa Valenzuela informó en el balance del jueves que desde la detección del primer contagio por Ómicron, “contamos con un total de 698 casos confirmados, de los cuales 95% son viajeros y 18 casos son comunitarios”. Por otra parte, el titular de la cartera, Enrique Paris, recomendó a la población a evitar los viajes a países donde tienen una alta circulación de la variante como, por ejemplo, Estados Unidos, y en cambio preferir hacer turismo nacional como medida de autocuidado.
La directora del Centro de Epidemiología y Políticas de Salud de la UDD y miembro del Consejo Asesor Covid-19, Ximena Aguilera, sostuvo que “todo el Cono Sur está viendo el aumento de los casos y por supuesto que está el tema de tener una frontera más segura, la capacidad de detectar los casos y de aislarlos, pero también hay que considerar que ya tenemos transmisión comunitaria y que eso no va a impedir que aquí siga creciendo”.
Por ello, consideró que “lo que nos va a ayudar más es tener la población mejor inmunizada y que las personas tomen consciencia de la situación en la que estamos, que reduzcan el aforo de sus reuniones, eviten aglomeraciones, fiestas, en un recuerdo de que estamos en una pandemia y que con esto pueden aumentar sus posibilidades de contagio”.
Además, enfatizó en la contagiosidad de la nueva variante, señalando que esta “logra reinfectar a las personas que se infectaron anteriormente e incluso a las que están vacunadas, a pesar de que se espera que tengan un curso menos grave. No se debe bajar la guardia porque aunque sea un curso menos grave, al tener muchos enfermos al mismo tiempo puede producir estrés al sistema asistencial, que en sí mismo va a estar afectado por el ausentismo del personal sanitario que también va a caer con el cuadro”.
por su parte, el infectólogo de la Clínica Las Condes, Rodrigo Blamey, destacó que pese a que este aumento en los casos por Ómicron no implicaría un escenario “tan catastrófico” como en otros países, la mayor preocupación radica en la población que aún no está vacunada y el relajamiento de las medidas sanitarias en el contexto de vacaciones.
Asimismo, planteó que respecto a la sintomatología de la variante Ómicron que “uno no puede decir tan a priori que es tanto más leve cuando lo que se está comparando son los vacunados y los no vacunados”, añadiendo que en estos últimos “la tasa de contagio es muy alta, muy rápida y lo que se ha visto en otros países es que aumenta las hospitalizaciones en camas medias. Hay que reforzar que la pandemia no se va a ir todavía, a pesar de la amplia disponibilidad de vacunas y creo que hay que extremar un poco las medidas de contacto interpersonal”.
En tanto, la infectóloga y académica de la Universidad de Chile, Claudia Cortés, planteó como esencial la mantención de medidas de autocuidado, tales como el uso de la mascarilla, la ventilación y la vacunación, pero también al fortalecimiento de la fiscalización de las iniciativas que ya ha impulsado el Gobierno para el control de los contagios.
En ese sentido, destacó por ejemplo el pase de movilidad y el control de los viajeros que ingresan por los distintos pasos fronterizos habilitados, como el de Los Libertadores o el aeropuerto. “Se ha adoptado un protocolo de trazabilidad que es bastante óptimo siempre y cuando se cumpla, porque sabemos que el pase de movilidad no está siendo solicitado en todos los lugares que debiera ser requerido. Por lo tanto, si bien es una medida que en la teoría es muy buena, si no se cumple eficazmente no sirve de nada”, aseveró.
Además, Cortés sostuvo que “la comunicación de riesgo ha sido uno de los grandes problemas en esta pandemia y hay que hacerle entender a la gente que esta variante ha reportado tener menor agresividad en quienes tienen al menos una dosis de refuerzo. Hay cerca de tres millones de personas que no se han puesto una dosis de refuerzo, que la necesitan o no estarán bien protegidos, y un millón 250 mil que no han recibido ninguna dosis de vacuna. Entonces, es fundamental que antes de ir a buscar una cuarta dosis es que al menos se inocule toda la población susceptible y que reciba la primera vacuna de refuerzo”.