La Orquesta Sinfónica Nacional de Chile (OSNC) clausuró la quincuagésima cuarta versión de las Semanas Musicales de Frutillar. Cinco días de actividades culturales, marcadas por los diez conciertos que se realizaron en el Teatro del Lago en Frutillar.

El jueves 27, el tradicional evento de música clásica del sur de Chile, abrió sus puertas para el retorno del público a las salas y, además, inauguró el streaming con el que transmitió en vivo los cinco conciertos vespertinos a través de su página web.

Este año, además, la Corporación Cultural fortaleció su alianza con la Radio de la Universidad de Chile, activación que permitió la transmisión en vivo de las Semanas Musicales en más de siete radios a lo largo del país.

Desde el Teatro del Lago, la presidenta de la Corporación Cultural Semanas Musicales de Frutillar, Harriet Eeles, se mostró feliz por el resultado del tradicional evento de música clásica y agradeció a la Universidad de Chile y su orquesta por toda la colaboración para la continuidad del evento. “Es una alegría tremenda el contar con un coorganizador como la Universidad de Chile. Asumieron con responsabilidad y enorme generosidad todos los desafíos que supuso esta temporada. Es una bella forma de celebrar los cuarenta años de trabajo en conjunto que cumplimos en 2021 y en la jornada de cierre celebramos”, dijo.

Orquesta Sinfónica Nacional de Chile protagonista del evento

Los músicos de la Universidad de Chile viajaron al sur sin su director titular. En reemplazo de Rodolfo Saglimbeni, asumió el desafío Juan Pablo Aguayo, flautista del elenco y director de las orquestas juveniles. A este cambio se sumó la suspensión de la participación de la Orquesta de Cámara de Valdivia, lo que significó una presentación extra para la OSNC, por lo cual el evento continuó sin suspender sus conciertos.

El Rector Ennio Vivaldi, quien asiste cada año a la iniciativa, destacó el hecho y relevó el rol del cuerpo artístico estable del plantel: “una de las cosas centrales que marca a nuestra Casa de Estudios, es la voluntad de servir, de estar siempre para ayudar y enfrentar cualquier problema. En este caso, a un proyecto tan extraordinario como son las Semanas Musicales de Frutillar. Me siento muy orgulloso como responsable de esta Universidad de lo que ha hecho la orquesta, y muy emocionados por la acogida que ha tenido”.

Por su parte, el director del Centro de Extensión Artísticas y Cultural de la U. de Chile (CEAC), Diego Matte, agregó que, como miembros del plantel, “la Sinfónica asume con solemnidad y cariño el esfuerzo de poner todo para lograr participar de este importante evento. Ante la dificultad de la Orquesta de Cámara Valdivia, las y los miembros de la OSNC no han dudado en salir a realizar una función extraordinaria a fin de asegurar el éxito de este festival”.

En su debut con una orquesta profesional, Juan Pablo Aguayo relevó los arreglos que había preparado Saglimbeni para las obras. Destacó también el estreno del Concierto para flauta y violín de Ghedini que interpretaron Alberto Dourthé y Hernán Jara, y celebró la entrega con la que el elenco y la institución decidieron apoyar en el reemplazo de Valdivia. “No lo dudamos ni cinco minutos. Este es un evento muy importante para nosotros, como Orquesta”, dijo desde el Teatro del Lago.

Fue así como el quinteto de vientos integrado por músicos de la misma Orquesta, mostró un repertorio que inició en Italia con Pequeña Ofrenda Musical de Rota, para terminar en Viña del Mar con Quinteto de vientos 88, de la mano de Junge.

Al finalizar su presentación, los intérpretes se mostraron felices por la recepción del público, después de dos años de pandemia. “Para nosotros es tremendamente emocionante estar acá. No solo por el cariño especial que muchos de nosotros tenemos por las Semanas Musicales de Frutillar, sino también por la recepción de un público. Estaban felices y querían más. Eso es lo más importante”, dijo Ricardo Aguilera, cornista del elenco.

Otro de los temas que destacaron desde el quinteto es la importancia de la interacción entre público y artista, algo en lo que venían trabajando hace tiempo, pero que con la pandemia ganó terreno.

El 31 de enero fue el último día de la fiesta frutillarina. La despedida estuvo a cargo de la Sinfónica Nacional, que se presentó con un programa que incluyó Amor brujo de Falla, Andante apassionato de Soro y la Sinfonía nº 90 de Haydn.