Voceras y voceros adolescentes del Colectivo Sin Fronteras, que representaron a Chile en la Conferencia Internacional del Campus Global de Derechos Humanos realizada recientemente en Nepal, defendieron el derecho a la salud mental de los niños, niñas y adolescentes. El evento se realizó entre el 31 de enero y el 1 de febrero pasado tuvo como tema “Salud mental: perspectivas de los niños y niñas sobre los desafíos y los caminos a seguir”, y fue organizado por la Facultad de Derecho de Katmandú, en colaboración con el National Child Rights Council (NCRC) y la National Child Protection Alliance (NCPA), ambos organismos de Nepal.
La Conferencia, diseñada y dirigida por niños y niñas, contó con la preparación y participación de representantes de Brasil, Ecuador, Italia, Líbano, Armenia, Sudáfrica, India, Nepal y Chile. Sahory Vera, Anthony Izquierdo y Mía Cárdenas participaron desde Chile, luego de un intenso trabajo de preparación junto con los diferentes equipos de niñeces y adolescencias, quienes definieron que sería la salud mental el tema prioritario a tratar.
Durante los dos días de conferencia, las niñas, niños y adolescentes expusieron sus preocupaciones y plantearon sus demandas respecto a la salud mental, indicando que es uno de los temas más olvidados en la política pública de los países.
“La salud mental es un derecho de todo niño y niña, como lo es para los adultos”, “Los maestros, los padres, los gobiernos y los propios niños y niñas deben actuar sobre los desafíos de salud mental que enfrentan los niños y niñas”, señalaron en sus intervenciones y pidieron que sus opiniones y aportes sean tomados en cuenta.
Entre los puntos destacados de la conferencia, las y los participantes indicaron que la escuela ha ejercido presión sobre los niños, niñas y adolescentes, principalmente en tiempos de COVID y esto les ha provocado un estrés que no fue detectado ni tratado a tiempo, por falta de recursos económicos y de personal que esté preparado para atender la salud mental de los niños y niñas en las escuelas y en centros médicos. Estas situaciones también tienen que ver con sus derechos reproductivos y su desarrollo físico y mental, que no es atendido como se requiere.
También hablaron sobre el impacto de la violencia en la salud mental de niños, niñas y adolescentes, incluyendo el delito cibernético, la degradación ambiental, los matrimonios infantiles, el trabajo infantil, el acoso sexual, la brutalidad policial, la mutilación genital femenina, el terrorismo y la radicalización, la violencia entre pares, el castigo corporal, la discriminación, la exclusión, los cambios en la continuidad de la protección de los niños y niñas y la privación de libertad en la niñez.
Advirtieron que la violencia digital o ciberviolencia está provocando numerosas muertes en muchos países. En estos casos hay ausencia de servicios de protección para niños y niñas, protección de los derechos de privacidad, capacitación de expertos, lucha contra la impunidad y enjuiciamiento de los perpetradores, e incorporación de las preocupaciones relacionadas con los niños y niñas en los planes económicos y sociales gubernamentales.
Las y los participantes indicaron la necesidad de acceder a buenas prácticas en prevención de la violencia contra los niños y niñas. Destacaron la ausencia de clubes sociales y de salud para ellos y ellas donde se les pueda enseñar a identificar y luchar contra la violencia.
Otro tema abordado fue cómo la competencia afecta la salud mental. Reconocieron que hay una disparidad entre el desempeño y el resultado esperado, y que las desigualdades sociales provocan una competencia desleal. Señalaron que las madres, padres y maestros comparan a los niños y niñas de manera patológica, sin permitirles cometer errores o mejorar. Propusieron que es necesario involucrar a todos los sectores y a los niños y niñas en la toma de decisiones sobre cómo encontrar soluciones a sus problemas.
“Los niños y niñas enfrentan mucha presión sobre cómo viven y cómo logran el éxito en la vida” manifestaron.
Para Sahory, Mía y Anthony, la pandemia afectó más la salud mental de niños, niñas y adolescentes. La soledad, la violencia en el entorno familiar, la competencia, la doble labor de resolver las demandas académicas y los trabajos de cuidados en el hogar y la baja tolerancia a la frustración impactaron fuertemente en la salud mental de niños, niñas y adolescentes. Muchos y muchas se refugiaron en las redes sociales pero encontraron violencia.
Para el Colectivo Sin Fronteras, una corporación que trabaja hace 18 años promoviendo la interculturalidad y los derechos humanos de niños, niñas, adolescentes y familias en situación de migración, ha sido muy importante la intervención de sus voceras y vocero en este evento internacional y destaca el aporte de esta instancia en promover una participación efectiva de las niñeces y adolescencias, tema que es una tarea pendiente en Chile.
Para Sahory Vera (16 años), “el conversatorio, las preguntas, los temas fueron de mucho interés para nosotros porque en parte ya lo veníamos trabajando”.
“Para mí fue una gran experiencia, recalco mucho el trabajo en equipo que hubo. Es una bonita experiencia, la oportunidad que se nos brindó para dar a conocer la situación que está pasando en Chile. Quien más que nosotros, que vivimos el día a día, que somos estudiantes, que somos adolescentes, que estamos pasando por una etapa de desarrollo que afecta nuestro crecer, buscar nuestra identidad” señaló Anthony Izquierdo (15 años).
Según Mía Cárdenas (14 años), “fue una posibilidad de que los adultos nos escucharan y que puedan hacer algo al respecto con lo que dijimos”. “Queremos que se escuche nuestra voz, que cumplan con lo que propusimos” concluye.
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