El diagnóstico “Voces de la Educación artística en Chile. Análisis de un proceso participativo” publicado recientemente por el Foro Nacional de Educación Artística, realizado por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) con el apoyo del Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio de Chile, reflejó una serie de brechas de la educación artística que afecta a la población más vulnerable del país.
Específicamente, en el informe se detallan cuatro brechas que deben subsanarse para potenciar esta especialidad y se refieren, en primer lugar, a la existencia de problemas de acceso desigual a la cultura y a la educación artística; seguido por un sesgo centralista en la toma de decisiones que afectan, principalmente, a las regiones del país; un tercer aspecto aborda las brechas disciplinarias de las artes; y, en cuarto lugar, el hecho de que el sistema educativo en Chile presenta debilidades estructurales para el desarrollo de esta materia artística.
En conversación con Diario y Radio Universidad de Chile, el Coordinador para Chile de Cultura de la UNESCO, Nicolás del Valle, explicó que este Foro se cultiva en el marco de esta colaboración entre la Unesco y el Estado chileno a través de sus Ministerios de Educación y Cultura, luego de un proceso de más de una década destinado a promover la educación artística en el sistema educativo formal, pero también en los ámbitos de educación no formal asociados a los espacios culturales como museos, bibliotecas, archivos, centros culturales, festivales del tipo culturales, entre otros casos.
“Este trabajo de más de diez años coincide con el llamado de la Unesco, a nivel global, para conmemorar la Semana Internacional de la Educación Artística en todos los países. En este contexto, el Estado chileno liderado, en ese entonces, por el Ministerio de Educación y el Consejo Nacional de las Culturas y de las Artes tomó esa convocatoria de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, y comenzó a celebrar la Semana de la Educación Artística en mayo de cada año. Y eso termina en que, este año 2022, se cumplen diez años de esa conmemoración”, detalla del Valle.
Nicolás del Valle.
Y señala que otro ámbito que se abordó en el Foro “radica en los severos impactos socioeconómicos de la pandemia del Covid-19 sobre el sector educativo y el sector cultural en específico”. Además, el Coordinador para Cultura agrega que “la Unesco ya ha constatado, primero a nivel global pero también a nivel nacional, que los impactos han sido muy severos. En ese sentido, era necesario revisar y diagnosticar de manera colaborativa con las personas, las comunidades y los agentes interesados cuál era la situación de la educación artística en concreto luego del impacto de esta pandemia”.
Además, Nicolás del Valle menciona que un tercer antecedente para elaborar este informe “es que, justamente, el 2022 pierde la vigencia el documento de Política Nacional de Cultura, que es entre 2017 y 2022. Al mismo tiempo, las políticas sectoriales relacionado con lo audiovisual, libros, fomento al lector, entre otras, también tienen que ser reformuladas para los próximos años”.
En ese sentido, sostiene que estos hechos presentan “una ventana de oportunidad para proveer algunas orientaciones de política pública y toma de decisiones en el marco de esta reformulación de las políticas nacionales, para poder concebir y poner de relieve el rol y el papel que cumple la educación artística”.
Y en cuanto a las brechas disciplinares de las artes, el documento señala que éstas también afectan la educación artística en el país. En ese sentido, profundiza sobre la valoración política y social de las artes, y sostiene que la figura del artista es inferior en Chile, si se compara con otras profesiones u oficios, lo que se refleja en la precariedad, bajos salarios, la informalidad de los contratos laborales, la ocupación intermitente y, como un resumen de lo anterior, la falta de seguridad social y laboral, a pesar de algunos avances en la materia.
En la misma línea, en el informe también se critican los bajos recursos que son destinados al financiamiento de las artes y la cultura en el país, que reflejan una asimetría en el valor de las disciplinas, situación que se agrava con el rol secundario que las artes, actualmente, tienen en el currículo, en la cultura escolar y en el diálogo con las comunidades. En ese sentido, existe un vacío el relación a los métodos de evaluación de la educación artística, y una brecha entre las disciplinas que priorizan, principalmente, las artes musicales y visuales.
Fotografía: “Voces de la Educación artística en Chile. Análisis de un proceso participativo”
En las conclusiones finales, los participantes de la investigación apuntan a que los cambios políticos y sociales que actualmente atraviesa el país son instancias que proporcionan una oportunidad única para el mejoramiento de la institucionalidad cultural y del sistema educativo, que permita el cumplimiento de sus objetivos y el desarrollo sostenible.
Asimismo, destacan que la Convención Constitucional posee las facultades que permiten reconocer a la educación artística como un derecho garantizado por el Estado de Chile, así como el carácter pluricultural de la Nación. Incluso, señalan que el Proceso Constituyente es una oportunidad para la autonomía y para que las regiones de país elaboren, de manera específica e individual, contenidos educativos que se ajusten a sus territorios e identidades locales.
En este contexto, los documentos resultantes del proyecto tienen como objetivo informar la discusión pública, y al ser consultado sobre un eventual rol del Proceso Constituyente que permita revalorizar la educación artística, Nicolás del Valle señala que “evidentemente estos documentos puedan informar la toma de decisiones al interior de la Convención Constitucional. Son insumos para la discusión pública para tomadores de decisión en diferentes ámbitos”, y agregó que esta importancia se rige “no solamente en un Gobierno central ni en los Gobiernos regionales o locales, sino también tomadores de decisiones en un espacio cultural, en un establecimiento educativo o también en la elaboración de normas en la propia Convención Constitucional”.
Incluso, el Coordinador para Chile de Cultura de la Unesco destacó que estos documentos “reconocen a la educación artística como un derecho cultural, como un elemento clave”, y aseguró que éstos no sólo reconocen el derecho a la educación como un derecho social, sino también al conjunto de derechos culturales que se encuentran en estamentos normativos a nivel internacional.
“Esto también es interesante porque, primero, se promueve a la educación artística como un derecho universal y, segundo, también se promueve como un factor necesario para poder realizar el derecho social de la educación”, subraya Nicolás del Valle, y añade que “estos documentos proveen de una visión, de un paradigma educativo en torno a la educación artística, y esta concepción de la educación artística está asociada a un enfoque de derechos. Es una concepción de la educación mucho más integral que actualmente está siendo considerada por los convencionales al interior de la Convención”.