En conversación con la primera edición de Radioanálisis, la psiquiatra infantil y adolescente y académica de la Universidad de Chile, Vania Martínez, se refirió al impacto de la pandemia en la niñez y adolescencia de nuestro país, a propósito de los reiterados hechos de violencia que se han producido con el retorno a clases presenciales.
Consultada por el director de Radio Universidad de Chile, Patricio López, respecto de la situación actual del país en materia de salud mental en niños, niñas y adolescentes, la especialista sostuvo que “este es un problema complejo, es difícil simplificar y ver cuáles son los datos que vamos a analizar. Quizás debiéramos hablar de las violencias y, dentro de eso, las muertes por suicidio son algo diferente. Uno es hablar de violencia escolar y otro de riesgo suicida”.
En ese sentido, la también directora del Núcleo Milenio para mejorar la Salud Mental de Adolescentes y Jóvenes (Imhay) agregó que “creo que es importante tener un enfoque que sea intersectorial, en el caso de adolescentes tenemos que tener una respuesta desde Salud, Educación, quizás el ministerio de Desarrollo Social, distintos ministerios, municipalidades y de forma multidisciplinaria”, por lo mismo, la psiquiatra recalcó que “si queremos abordar el problema de violencia escolar, necesitamos la voz de estudiantes, apoderados, directivos, profesores, etc.”.
Sobre los efectos de la pandemia en este grupo etario, la doctora Vania Martínez explicó que “estas alertas se fueron haciendo, se constituyeron mesas de trabajo, pero no ha sido suficiente. Esto tiene que ser más participativo, en contacto con las comunidades y más basado en la evidencia. Muchas veces se toman opciones porque es la que se tiene más a mano pero no son decisiones pensadas y analizadas en conjunto y en la evidencia”.
Respecto de cómo esta evidencia es aprovechada por las autoridades a la hora de elaborar políticas públicas, la académica de nuestra casa de estudios sostuvo que “en nuestro Núcleo Milenio hacemos una investigación que es aplicada a las políticas públicas y esa conexión cuesta bastante, los tomadores de decisiones van cambiando, de repente habíamos hecho un avance con ciertas autoridades, luego las autoridades cambian, entonces el camino que estaba recorrido hay que volver a recorrerlo“.
La profesional se refirió también a la forma en la que se deben abordar sucesos como las amenazas que han recibido algunas comunidades escolares, en ese sentido, la doctora Martínez señaló que “es algo que puede ocurrir y, por lo tanto, se requiere establecer protocolos para enfrentarlo. En este caso está bien tomar en serio este tipo de amenazas, haber hecho una pausa e investigar de dónde provienen estas amenazas”.
Otro aspecto analizado en la entrevista fue la falta de profesionales capacitados para enfrentar este tipo de hechos en los colegios, sobre ese punto, la directora del Núcleo Milenio Imhay afirmó que “lo que estamos viviendo ahora refuerza la importancia del sistema escolar en la socialización de los jóvenes, aprender a resolver conflictos de manera adecuada, en habilidades sociales y los profesores es difícil que estén preparados con todas las herramientas”.
Por lo mismo, la académica sostuvo que “hay profesionales de salud mental pero, muchas veces, están orientados a un foco muy específico. Pero aún así, podemos trabajar con los recursos que hay y pensar que podemos manejar esos recursos y la conexión que tiene el sistema de educación con el sistema de salud”.
Asimismo, la psiquiatra agregó que “en las mallas de pedagogía debieran incorporarse elementos que tengan que ver con una educación socio-emocional, debiéramos preparar a los profesores para eso. No es sobrecargarlo con roles, sino que vean la importancia que ellos tienen como referentes, si ellos son un modelo, ya sea de cómo ellos resuelven conflictos al interior de su aula o de cómo destacan en sus materias, es muy útil”.
La especialista recalcó que “espero que ahora sí haya un aumento sustantivo del presupuesto destinado a salud mental, la inversión no supera el 2,5% de todo el presupuesto de salud cuando lo óptimo sería llegar a un 6%. En este gobierno, su programa propuso aumentar este presupuesto, hay cuatro años para hacerlo y si llegáramos al cuarto año con un 5% sería un avance”.
En ese sentido, la doctora Martínez apuntó a que “cómo se utiliza ese presupuesto también es importante porque a lo mejor podríamos invertirlo en construir hospitales psiquiátricos, comprar más fármacos, cuando en realidad necesitamos que gran parte de ese presupuesto se invierta en promoción de una mejor salud mental y prevención y en el caso de adolescentes y jóvenes, creemos que los establecimientos educacionales son una buena oportunidad porque son una comunidad que puede favorecer una mejor salud mental”.