Una hora más para dormir. Muchos y muchas despertaron más descansados este domingo 3 de abril, dado que nuestros relojes debieron retrasarse en 60 minutos durante la noche del día anterior. Así comenzó el horario de invierno, modificación que también traerá días con menor cantidad de luz diurna y noches más largas. De esta forma, los chilenos y chilenas -exceptuando a los habitantes de la Región de Magallanes y la Antártica- debieron modificar sus relojes una hora.
Lo primero que explica el doctor Pablo Salinas, neurólogo de la Clínica Universidad de Chile Quilin, es que el hecho de levantarnos en la noche con un cambio de hora “nos altera toda la rutina de sueño, por lo tanto, nuestro cuerpo va a estar acostumbrado aun a conciliar el sueño y dormir con las horas reparadoras de sueño que son las últimas del sueño nocturno con el horario antiguo”.
El especialista dice que también “nos va a interferir el despertar en la mitad de la noche con una hora que debería ser diurna, eso cuesta varios días de acostumbramiento, y -generalmente- repercute en nuestra energía diaria, en el rendimiento que tenemos en las actividades diarias”. Por lo mismo, advierte que en este período de adaptación se pueden producir cefaleas, sensación de fatiga, agotamiento durante el día e incluso episodios de irritabilidad”.
Por su parte, la psiquiatra del Hospital Clínico de la U. de Chile, Rosemarie Ftitsh, señala que este cambio -a diferencia de lo que se podría pensar- “es muy beneficioso para el organismo”. La experta en trastornos del sueño y patologías mentales dice que “la mayoría de las personas toleran muy bien este cambio de horario, (invierno) les beneficia tremendamente por el hecho de tener en el fondo una noche que dura una hora más y que se acerca mucho más a lo que son nuestros ritmos endógenos”.
En la misma línea Margarita Bórquez, académica del Departamento de Psicología de la Facultad de Ciencias Sociales de la U. de Chile, quien plantea que este cambio de hora “es el más favorecedor para nuestro bienestar, a pesar que es impopular porque hay menos horas de luz en las tardes”. Explica la especialista que “el tener luz matutina ayuda a sincronizar nuestros ritmos biológicos y disminuye la somnolencia diurna. Se ha estudiado el impacto de despertar y comenzar el día con más luz y los resultados son bastante contundentes al respecto, y es especialmente importante en la población que estudia y trabaja, que por lo general comienza el día temprano. Sin embargo, esos beneficios vendrán luego que podamos adaptarnos al nuevo horario“.
Además, sobre el proceso de adaptación señala que “puede variar de días a semanas, el sueño propiamente tal puede demorar algunos días, pero ritmos de secreción de algunas hormonas pueden demorar varias semanas y es justamente por esa razón que lo más recomendado sería no tener cambios de horario durante el año”.
Consejos y recomendaciones
Dentro de los consejos que entregan los especialistas destaca el de mantener las rutinas, principalmente los horarios para iniciar el día y para descansar. El doctor Pablo Salinas señala que “al momento de conciliar el sueño es necesario evitar pantallas con mucha luz, hacerlo en un ambiente confortable, sin exceso de frío ni calor, sin ruido, sin luz, sin ningún otro estímulo. También, se aconseja -sobre todo con los niños- ir haciendo un despertar progresivo a medida que se acerque la nueva hora”.
La psiquiatra Rosemarie Ftitsch señala que más allá del cambio de hora, el consejo es tratar de mantener las rutinas, los horarios al comenzar el día, a la hora de alimentarse y también de dormir en el actual contexto de pandemia. “Es súper importante, no solamente para mejorar la calidad del sueño, sino que además para mantenerse saludable, no deprimirse y disminuir la angustia que puede causar esta situación de tanta incertidumbre. Hay que mantener los horarios, los horarios de comida, de actividades”, afirma.
Finalmente, la profesora Margarita Bórquez, plantea que se debe “establecer un horario fijo de ir a dormir y despertar, estos patrones estables de reposo y actividad son fundamentales para mejorar el sueño. Se recomienda irse a dormir antes de las 11 de la noche”.