Someterían a juicio a combatientes de Azovstal

Los últimos combatientes de Azovstal, en Mariúpol, finalizaron su resistencia de semanas, entregándose a las tropas rusas entre el 16 y el 20 de mayo. Ahora podrían ser juzgados por un tribunal que se planea crear en la República Popular de Donetsk.

Los últimos combatientes de Azovstal, en Mariúpol, finalizaron su resistencia de semanas, entregándose a las tropas rusas entre el 16 y el 20 de mayo. Ahora podrían ser juzgados por un tribunal que se planea crear en la República Popular de Donetsk.

Denis Pushilin, líder prorruso de la autoproclamada República Popular de Donetsk (RPD), aseguró este lunes a la agencia rusa Interfax que “se planea instalar un tribunal internacional en el territorio de la república” de Donetsk para juzgar a los militares ucranianos de Azovstal. Agregó que los 2 mil 439 hombres se encuentran en ese territorio y no en Rusia, como había divulgado el medio Meduza.io, que la semana pasada publicó que 83 de ellos habían sido trasladados a Taganrog, en el óblast (terrirorio) ruso de Rostov del Don.

Las declaraciones de Pushilin se produjeron el mismo día que en Kiev, un tribunal ucraniano condenaba al soldado ruso Vadim Shishimarin, de 21 años, a cadena perpetua por crímenes de guerra. Éste se había declarado culpable de matar a un civil de 62 años, el 28 de febrero, en la población ucraniana de Chupajivka tras recibir la orden de dispararle.

Según informó el Ministerio de Defensa ruso, desde el lunes 16 de mayo se entregaron un total de 2 mil 439 combatientes ucranianos que durante semanas habían resistido el asedio ruso en la acería Azovstal. El ministro de Defensa de Rusia, Serguéi Shoigú, aseguró que los últimos 531 se rindieron el viernes 20 de mayo recién pasado.

Las declaraciones de Denis Pushilin se producen en un momento en el que todavía no se sabe con certeza la suerte que correrán los militares ucranianos. Andréi Rudenko, viceministro de Exteriores de Rusia, no descartó un intercambio de prisioneros, pero tampoco lo confirmó. “Es probable que todo ello se esté discutiendo. Admito cualquier posibilidad que tenga sentido común”, dijo.

Por su parte, el vicepresidente de la Comisión de Defensa de la Duma (Cámara Baja del parlamento ruso), Yuri Shvitkin, declaró a Tass que era “absolutamente correcto”, juzgar a los defensores del regimiento ultranacionalista Azov, a cuyas filas pertenecen una parte de los defensores de la acería.

De acuerdo con analistas internacionales, con la rendición del batallón Azov en la acería de Azovstal, se produjo uno de los postulados de Vladimir Putin con la denominada “operación especial” en Ucrania: extirpar a los “neonazis drogadictos, violadores y sanguinarios”, como les llamó. Según Putin y los altos mandos militares en Moscú, el batallón Azov, compuesto por unos 850 “criminales que llevaban practicando un auténtico genocidio durante años contra la población ucraniana pro rusa” constituían parte de un plan de exterminio apoyado por el propio Zelenski. El batallón Azov, afirmaron, bombardeó el Donbas y otras ciudades del Este de Ucrania durante dos años antes de la invasión del ejército ruso. Con base en Kiev, el batallón Azov era la mano alargada, cual SS hitleriana, del gobierno ultranacionalista de Zelenski, a quien Rusia considera asimismo como un criminal de guerra y que, apoyado por EEUU debido a intereses mercantiles e ideológicos, han creado el actual “desorden de las cosas”.

Bajo el título de “La caída del batallón Azov”, José Aranda, escritor y corresponsal de guerra afirma, en el medio español “Ultima Hora”, que dicho cuerpo de paramilitares utilizó a civiles como escudos humanos mientras intentaban resistir las cargas del ejército ruso, el que, a diferencia de los ultranacionalistas ucranianos -asegura-  los ha tratado como prisioneros de guerra según las normas de la Convención de Ginebra, como se ha podido apreciar después de la caída de la acería. De hecho, recuerda, los presos ucranianos han sido transportados en autobuses y se ha proporcionado cuidados médicos a los heridos más graves. Por el contrario, reitera Aranda, este batallón neonazi habría cometido distintas barbaridades con militares rusos prisioneros, torturándoles, hiriéndoles con machetes en sus genitales y disparándoles a las rodillas para que no pudieran huir, incluso dejándoles morir tras larga agonía. “Existen videos de tal crueldad que ninguna televisión ofrece en sus informativos, pero que aún pueden buscarse en algunas redes sociales como Twitter” afirma. Y concluye con un lapidario “espero tengan, un día, su propio juicio de Núremberg”.

(Imagen de portada: Captura de pantalla de integrante del batallón Azov hecho prisionero por tropas rusas en la acería de Azovstal en Mariupol).





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