Universidad de Chile firma convenio con familia Domeyko para generar un museo en casona de calle Cueto

En la ceremonia, participaron las y los herederos del tercer Rector de nuestro plantel y la máxima autoridad actual de la Universidad de Chile, Ennio Vivaldi, quienes destacaron el potencial del proyecto.

En la ceremonia, participaron las y los herederos del tercer Rector de nuestro plantel y la máxima autoridad actual de la Universidad de Chile, Ennio Vivaldi, quienes destacaron el potencial del proyecto.

Los siete herederos de Ignacio Domeyko Ancuta y la Universidad de Chile firmaron un convenio de colaboración que permitirá convertir la casona donde vivió el tercer Rector de la Casa de Bello, ubicada en la calle Cueto 572, en un museo para estudiar, preservar y difundir su trabajo y el trascendental legado que dejó en nuestra institución. La ceremonia que oficializó el acuerdo fue realizada en la Sala Amanda Labarca de Casa Central este lunes 13 de junio.

“Si uno puede hablar de un sello de la Universidad de Chile, que es el hecho de estar con las mangas arremangadas y metida dentro del país real, en una relación vinculante con el país entero, sin duda que en ese sello el factor de Ignacio Domeyko juega un rol fundamental”, expresó el Rector de la Universidad de Chile, Ennio Vivaldi Véjar, quien presidió la actividad. “Domeyko fue quien quiso entender, literalmente, qué terreno pisábamos en Chile, y fue quien recorrió todo el país, conociendo a los habitantes originarios y a la naturaleza. También fue quien, muy rápidamente, se dio cuenta del enorme potencial de riqueza minera”, comentó.

El Rector Vivaldi celebró la unión con la familia de su antecesor y agradeció “el gesto de hacer confianza con la Universidad de Chile y de plantear un museo y un futuro para esta casa que tan bien han sabido preservar”.  En esta línea, enfatizó que “Ignacio Domeyko le ha dado un sello único a la Universidad de Chile y este es un momento extraordinariamente feliz, emocionante y significativo”.

Por parte de la familia, José Fernando Domeyko Pérez, bisnieto del ex Rector, destacó la vocación de reflexión y creatividad que tiene para los suyos el inmueble. “Nosotros dibujamos mucho durante niños, inventamos constantemente en Cueto: inventamos países, guerras, era una casa de fantasía, jugábamos a conversar horas. Eso yo creo que fue transmitiéndose por el espíritu de la casa. Después está el misterio de los visitantes: geólogos, personajes curiosos”, contó. “Eso hay que preservar, porque es parte de su esencia. Eso es lo que yo pensaba anoche, ¿Qué me diría Cueto? ‘Guarda mi silencio, el misterio de los árboles, el sonido de los pájaros, de la brisa’. Les agradezco mucho por preocuparse de esta casa”, agregó.

“A mí me gustaría preguntarme: ¿Qué diría Ignacio Domeyko en este momento?”, comentó por su parte Pablo Domeyko Pérez. “Creo que estaría muy contento, porque en su testamento dejó dicho ‘mantengan la casa dentro de la familia por cuanto sea posible’. Actualmente, creo que nuestra generación está terminando, y posteriormente sería muy difícil que la familia pudiera seguir manteniendo la casa. Creo que él está muy contento, donde está, de que la casa pase ahora a manos del Estado, y en concreto a la Universidad de Chile”, dijo.

Domeyko

También entregó sus palabras Cristián Domeyko, de la generación siguiente, quien explicó que la casa ha sido parte de su familia por más de 170 años y que fue en ese barrio donde su tatarabuelo conoció a su esposa. “En este lugar nacieron y se criaron nuestros bisabuelos, abuelos, padres y tíos, e incluso algunos de sus hijos. Durante estos 170 años, la casa de Cueto ha acompañado y ha sido testigo de buena parte de la historia de Chile como país independiente, incluyendo guerras civiles, terremotos devastadores, ciclos económicos y políticos, pestes y pandemias, guerras mundiales, y avances tecnológicos, científicos y culturales inimaginables para la época”, dijo.

“Como herederos de este legado y como familia inserta en el Chile de hoy, tenemos la convicción que es en la nobleza, la trascendencia y la vigencia de los valores y virtudes que encarnó don Ignacio Domeyko donde se esconde verdaderamente el misterio que explica que su casa siga existiendo hasta hoy, y que se proyecte hacia el futuro como un ser vivo y vital en nuestra sociedad. Este es el ‘secreto’ que quisiéramos que el museo Casa Ignacio Domeyko pudiera compartir”, añadió.

La finalidad del convenio, explicó por su parte el director de Relaciones Internacionales de nuestro plantel y uno de los artífices del acuerdo, Eduardo Vera, es “rescatar, preservar y proyectar todo el legado histórico de Ignacio Domeyko, pero dándole un sentido de futuro”. “El acuerdo significa que la familia piensa en cómo proyectar el futuro y eso requiere institucionalizar, que es lo que deseamos hacer, con todas las capacidades que tiene la Universidad de Chile”, dijo. “El legado, no solo de los propietarios de Cueto, sino de la familia extendida, va a ser muy generoso: tienen una gran cantidad de cartas y objetos históricos, que esperamos puedan converger en lo que va a ser la Casa Museo de Ignacio Domeyko en el futuro”, apuntó.

El acuerdo se sella en el momento en que se cumplen 220 años del nacimiento de Ignacio Domeyko. “Es extraordinario que tengamos esa casa preservada. A esa casa fue donde, en el año 1889, después de su último viaje a Europa, trajo un saco de tierra de su ciudad natal para ponerla y plantar un árbol que todavía existe. Hay un valor en todo esto, y creo que merece un agradecimiento profundo a la familia por parte de la U. de Chile y el país por preservar esto durante generaciones, y hoy es una responsabilidad conjunta proyectarlo”, cerró el profesor Vera.

Imágenes: Felipe PoGa
Texto: Consuelo Ferrer y Francista Siebert




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