“Este es un triunfo no solamente político, sino también de saneamiento moral de los espacios públicos y culturales de nuestro país, ya que no era posible en condiciones de democracia, seguir teniendo un homenaje de este tipo respecto de un violador sistemático de los derechos humanos”. Así lo expresó el historiador y académico de la Universidad de Chile, Sergio Grez, luego que el jueves se hizo efectiva la remoción de la estatua del almirante José Toribio Merino, ubicada en el frontis del Museo Marítimo de Valparaíso.
Grez añadió que “ahora hay que seguir con los otros símbolos de la dictadura y signos de glorificación de violaciones de los derechos humanos, que por desgracia subsisten aún muy numerosos en nuestro país”.
Recordemos que la semana pasada, la Corte de Apelaciones de Santiago determinó que la Armada contaba con cinco días para retirar el monumento a uno de los jefes de la dictadura de Pinochet, lo que generó el malestar de los sectores más conservadores del país.
El fallo del tribunal señala que como ex comandante en Jefe de la Armada, Merino “participó y dirigió las fuerzas navales en contra del gobierno de la época, legítimamente constituido y que, a contar del 11 de septiembre de 1973, se instauró en el país un régimen de facto”. Frente a esta resolución, la institución reemplazó la polémica estatura por la de Arturo Prat, en su época de cadete.
El historiador afirmó que hecho efectivo el retiro de la estatua de Merino, sin dudas “constituye un gran triunfo de numerosas personas y colectivos, como nuestro Ciudadanos por la Memoria y Cine Fórum de Valparaíso, que durante años nos movilizamos para para lograr este objetivo. Como es sabido, Merino no solamente fue miembro de la Junta Militar de gobierno, sino además uno de los instigadores o precursores del golpe de Estado y responsable de numerosas violaciones a los derechos humanos. Este hecho ignominioso hizo que muchas voluntades se unieran durante muchos años, fue una lucha muy dura, muy obstinada debido a la resistencia que opuso la Armada y de sectores políticos conservadores para tratar de impedir el retiro del estatua”
Grez recordó que como colectivo, se movilizaron sistemáticamente durante el segundo gobierno de Michelle Bachelet y el segundo gobierno de Sebastián Piñera para lograr este objetivo. “Durante el gobierno de Bachelet se juntaron casi 6.000 firmas a través de una plataforma virtual y se entregaron en el palacio de La Moneda, nos entrevistamos con el gabinete en pleno del entonces ministro Burgos y posteriormente hicimos una serie de trámites y gestiones ante el Ministerio de Defensa en particular, en del segundo gobierno Sebastián Piñera”, precisó.
El académico agregó que también se movilizaron junto a los integrantes de Cine Fórum y ex prisioneros políticos, quienes “todos los 11 de cada mes se reunían frente a la entrada del Museo Marítimo de Valparaíso para ejercer una presión moral que finalmente ha dado un resultado. Hay que entender que éste no es el triunfo sólo de un recurso judicial, sino que es producto de una acumulación de muchas acciones de muchas personas a través del tiempo”.
Finalmente, el historiador felicitó a “todas las personas y las organizaciones que lograron lograron este gran triunfo democrático”. Y, por ello, llamó a seguir luchando para terminar con otros símbolos que glorifican a la dictadura y a los violadores de DD.HH.