La Asociación Chilena de Seguridad y el Centro UC de Encuestas y Estudios Longitudinales publicaron la quinta edición del “Termómetro de la Salud Mental en Chile ACHS-UC”, que mostró- entre sus múltiples conclusiones- que un 21,1% de los encuestados exhibió probable presencia o sospecha de problemas de salud mental, el número más bajo desde que se creó el estudio, en julio de 2020.

El sondeo -desarrollado entre el 2 y 31 de mayo de 2022, con una muestra representativa de 3 mil 600 personas mayores de 18 años- mostró una reducción en el nivel global de malestar psicológico de la población con respecto al inicio de la pandemia; sin embargo, destacó un aumento en temas relativos a la seguridad como mayores fuentes de estrés.

El documento apuntó que la caída más grande la registró el “miedo a contagiarse de Covid-19”, llegando a un 25% (en comparación al 61% de abril de 2021 y 43% en agosto), siendo el factor menos estresante de los consultados.

Sin embargo, subieron en comparación con agosto de 2021 la preocupación por la situación económica (54,4% vs 49,6%) y el temor a ser víctima de la delincuencia (70% vs 63,8%). Además, esta nueva versión preguntó por nuevo factor de estrés: los cambios socio-políticos del país. El resultado arrojó que el 59,5% lo situó como un factor de alto estrés, siendo el segundo de mayor preponderancia en la medición.

Otro dato que llamó la atención fue el aumento en el porcentaje de personas que ha consultado con algún profesional de la salud desde el inicio de la pandemia a raíz de problemas emocionales o de salud mental. Si en agosto de 2021 un 16,7% respondió que lo había hecho al menos una vez, en mayo de este año la cifra subió más del doble, a un 34,1%. La mayoría de la gente que consultó indicó estar afiliada a una Isapre (43,1%) mientras que cerca de un tercio a Fonasa (31,1%).

Disminuye el malestar psicológico y la depresión, pero aumenta la ansiedad

Por otra parte, la encuesta reveló que los problemas de salud mental y la depresión disminuyeron 2,5 puntos porcentuales respecto de agosto de 2021. Asimismo, la proporción de personas que dijo sentirse “peor” o “mucho peor” que antes de la pandemia, cayó en 8 puntos en comparación con la última medición.

Mientras, en el caso de la soledad el nivel se mantuvo en un 21% y ha sido uno de los temas que no ha presentado cambios sustanciales durante todas las ediciones del estudio. La cifra fue impulsada por las mujeres, que incluso tuvieron una subida respecto de la última medición, alcanzando un 26% en mayo de 2022, en contraste con un 22,9% en agosto de 2021.

No obstante, el único problema que aumentó desde la última medición fueron los niveles de ansiedad (que se incrementaron en 2,5 puntos porcentuales, de un 25% a un 27,5%). Las mujeres también cargaron con la subida, al tener un incremento de 6 puntos en relación con el año pasado. Además, la ansiedad fue el componente más problemático para personas con enfermedades crónicas, deuda o con precariedad laboral.

Por otra parte, los resultados del estudio desprendieron que contar con trabajo es un elemento protector, ya que quienes están desempleados o bien se encuentran inactivos (voluntariamente fuera de la fuerza de trabajo), presentan peores indicadores de salud mental que quienes tienen un empleo. Por ejemplo, entre las personas ocupadas la prevalencia de trastornos de ánimo (22%), síntomas de depresión (15%), ansiedad (25%) e insomnio (11%) es inferior a la que se observa entre las inactivas con prevalencias de 29%; 21%; 33%; y 18%, respectivamente.

Puedes revisar el estudio en el siguiente link: