Patrice Lumumba, el regreso del héroe de la independencia

La peregrinación de nueve días por los lugares que marcaron la vida del héroe nacional congoleño concluyó esta semana en Kinshasa, donde el féretro fue depositado en un mausoleo, coincidiendo con el 62º aniversario de la independencia del país.
  • RFI
  • 02-07-2022

La peregrinación de nueve días por los lugares que marcaron la vida del héroe nacional congoleño concluyó esta semana en Kinshasa, donde el féretro fue depositado en un mausoleo, coincidiendo con el 62º aniversario de la independencia del país.

Texto de Orlando Torricelli

Derrocado en septiembre de 1960, Patrice Lumumba  fue hecho prisionero por los separatistas de la región sur de Katanga y mercenarios belgas, quienes lo ejecutaron junto a sus colaboradores Maurice Mpolo y Joseph Okito, el 17 de enero de 1961. Sus cuerpos nunca fueron hallados pues fueron colocados en ácido para que se disolvieran. A principios de junio, el rey Felipe de Bélgica, de visita por primera vez en RDC, reiteró en Kinshasa su “profundo pesar por las heridas” infligidas durante la colonización El gobierno belga entregó el 20 de junio a familiares del héroe independentista, una pequeña caja azul brillante que contenía un diente, el único resto conservador del héroe de la independencia.

RFI conversó con Germain Ngoie Tshibambe, profesor de Relaciones Internacionales  de Universidad de Lubumbashi en la RDC:

“Para entender la trama de los eventos de hoy, hay que volver a los años 1960-1961. El 30 de junio de 1960 nuestro país accede a la independencia y se forma un gobierno, cuyo primer ministro era Patrice Emery Lumumba, de quien cabe recordar un discurso que dio lugar a diversas interpretaciones. Para algunos poco cortés y poco diplomático que tensó la situación, 11 días después, la provincia de Katanga que tenía grandes riquezas mineras, entra en secesión. Lumumba se ve enfrentado a esa crisis, acude a la ONU, se dice que incluso intenta recurrir a la Unión Soviética  —aunque no existen pruebas—, pero rápidamente lo obligan a dimitir y en enero es enviado a Katanga. Donde las autoridades secesionistas se hicieron responsables de lo que podemos calificar de su asesinato. En ese contexto, cuando intentamos reconstituir lo ocurrido, vemos que la mano de los belgas está directamente implicada en ese asesinato. Hay un suboficial de la gendarmería belga llamado Gérard Soete, que habría disuelto su cuerpo en ácido, pero previamente recuperado un diente de Lumumba, y esa esa reliquia que hoy es restituida y regresa a su país”.

RFI; ¿Es posible imaginar relaciones apaciguadas entre la RDC y Bélgica?

Ngoie Tshibambe: “Creo que imaginar relaciones napaciguadas entre el Congo y la antigua potencia es sin duda una perspectiva interesante. Hay dos, partes el Congo y Bélgica, seria necesario que algún momento se pueda analizar para saber que quieren los congoleños y hasta donde Bélgica puede asumir  y reconocer su responsabilidad en los hechos ocurridos.

“Creo que para que la relación se normalice seria necesario que Bélgica ayude a reconstituir toda la verdad y asuma sus responsabilidades en este acto eminentemente político que se cometió, y que podemos considerar como una intrusión en la autodeterminación del pueblo congoleño. Porque la violencia con la cual fue asesinado Lumumba, marca —yo no soy psicólogo— el grado de odio que los actores implicados en Bélgica en esa época, tenían hacia la persona de Patrice Lumumba. Un diálogo franco sobre este aspecto, el reconocimiento de la responsabilidad, permitiría entrever una relación apacguada, pero me parece que por parte de Bélgica hay una mirada condescendiente y altanera; como si ese pasado no debiera remontar a la superficie. Bélgica debe asumir su responsabilidad en la masacre de un hombre, que a su vez participa de la masacre de la autodeterminación y de un estado”.

Extracto del discurso pronunciado por Patrice Lumumba, en la sede del parlamento después de los del rey Balduino y el presidente Joseph Kasa-vubu, el día de la proclamación de la independencia de la República Democrática del Congo el 30 de junio de 1960.

¿Quién olvidará que a un negro se le trataba de “tú” no porque era un amigo sino porque el honorable «usted» estaba reservado solamente a los blancos?

“Hemos visto que nuestras tierras fueron espoliadas en nombre de textos pretendidamente legales que solo reconocían el derecho del más fuerte. Hemos visto que la ley no era jamás la misma según se tratara de un Blanco o de un Negro: acomodaticia para unos, cruel para los otros. Hemos visto los atroces sufrimientos de quienes eran relegados por sus opiniones políticas o sus creencias religiosas; exiliados en su propia patria, con un destino verdaderamente peor que la misma muerte”





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