La Comisión Nacional de Derechos Humanos de México (CNDH) exigió a la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (COMAR) establecida por el gobierno de Andrés Manuel López Obrador, así como a las autoridades federales y del estado de Chiapas, fronterizo con Guatemala, que garanticen la atención humanitaria de urgencia a las 3.700 personas migrantes que se han propuesto transitar en caravana a través del territorio mexicano hacia la frontera con Estados Unidos para exigir de ese país respuesta a sus pedidos de refugio y asilo.
Entre éstos hay niñas, niños y mujeres embarazadas, muchos de ellos aún rezagados en el municipio de Tapachula “ante la falta de atención de las autoridades del Instituto Nacional de Migración y la Comisión Mexicana de Ayuda a los Refugiados (COMAR)”, según ha indicado el organismo. De acuerdo a lo declarado por los propios integrantes de las caravanas, la travesía es en denuncia por haber tenido que esperar dos semanas por permisos temporales para transitar por el territorio mexicano. Pero los documentos hasta ahora no han llegado.
El vasto grupo de migrantes -originarios de Haití, República Dominicana, Cuba, Panamá, Ecuador, Venezuela, Guatemala, Nicaragua, Paraguay y también de Asia- ha esperado entre tres y cuatro meses la resolución de trámites migratorios con el propósito de que se les entreguen los documentos que certifiquen sus solicitudes de reconocimiento de la condición de refugiados por parte de la COMAR o bien, que el Instituto Nacional de Migración les expida visas por razones humanitarias.
Asimismo, la CNDH pide a los responsable de conducir la política mexicana en materia de refugiados y protección complementaria, que a estos migrantes “se les proporcione agua, suero hidratante, alimentación higiénica y adecuada, atención por parte de personal médico especializado y de primeros auxilios, medicamentos, insumos de aseo personal, entre otros, privilegiando a aquellas personas que se encuentran en especial situación de vulnerabilidad”.
El objetivo de estas caravanas de migrantes -que se van sumando unas a otras a lo largo del camino, es llegar al municipio de Huixtla, unos 40 kilómetros al norte de Tapachula, donde esperan que las autoridades de migración les otorguen esta vez los permisos temporales para poder abandonar el estado de Chiapas. “Solo queremos llegar a Huixtla para que nos den esos permisos”, ha recalcado la portavoz de los migrantes, quien sólo se identifica como Alexa, según el diario “El Universal”. “Solamente queremos llegar a esa ciudad pacíficamente; no queremos problemas ni gritos, sólo estamos pidiendo que se nos respeten nuestros derechos humanos”, ha sentenciado Alexa.
Los miles de migrantes pudieron cruzar libremente el área de inspección Viva México, a las afueras de Tapachula, ante la mirada de decenas de agentes de la Guardia Nacional que fueron destinados a esos puntos, aunque éstos no han hecho ningún intento por intervenir para detenerlos. Los migrantes han planteado un corredor humanitario para llegar a la frontera mexicana norte, porque incluso con documentos en la mano, algunos han sido detenidos y devueltos a la frontera sur o deportados cuando intentaban trasladarse en autobuses. Insisten en que su único objetivo es obtener el permiso que les permita viajar a la frontera norte de México y luego cruzar a Estados Unidos.
Las condiciones del desplazamiento son brutales: los migrantes caminan en medio de temperaturas de 35 grados Celsius, lo que provoca que el pavimento esté ardiente. Por esta razón, antes de salir lanzaron un llamado para recabar ayuda humanitaria de parte de organizaciones no gubernamentales y de derechos humanos, en especial para apoyar a personas vulnerables que forman parte de esta decimosexta caravana, ayuda que puede traducirse fundamentalmente en agua y víveres para los 600 niños y 1.200 mujeres que han decidido caminar por los ansiados documentos y, más allá de ellos, tras la esperanza de alcanzar algún día una merecida vida mejor.