¿Qué ocurre si dejamos de pensar la naturaleza como un escenario pasivo del drama humano y le otorgamos también capacidad de acción? ¿Por qué los desastres naturales se convierten en catástrofes humanas? Son parte de los cuestionamientos que removieron al director Nicolás Espinoza y el dramaturgo Juan Pablo Troncoso durante el proceso de investigación escénica de su nuevo montaje “En toda alma hay una marca oscura que es necesario ocultar”, que se estrena el próximo 5 de noviembre en Matucana 100.
A partir de la exploración de la presencia de fuerzas no humanas en la obra “Los pilares de la sociedad”, de Henrik Ibsen, esta nueva propuesta teatral indaga en cómo los desastres naturales, específicamente los tsunamis, cuestionan la soberanía humana sobre el planeta y cómo esta mirada puede transformar la manera de habitar la Tierra.
“En este contexto de cambio climático creemos que no podemos seguir viendo las relaciones de poder como algo que es competente únicamente a los seres humanos. Sumamos a la investigación a diversos autores que estudian nuevos realismos, realismos ecológicos, que cuestionan la soberanía del ser humano y relatos antropocéntricos como los de Ibsen. Es un cambio de paradigma en torno a las narrativas”, comentó Juan Pablo Troncoso.
El director y el dramaturgo de la obra, quienes trabajaron juntos desde los inicios de Colectivo Zoológico (“Dark”, “No tenemos que sacrificarnos por los que vendrán”, “NIMBY”), investigaron la dramaturgia de Ibsen desde hace casi una década en montajes como “Un enemigo del pueblo” en 2014 y “Casa de muñecas” en 2019, también de Colectivo Zoo. Esta es la primera vez que trabajarán de manera independiente y en esta ocasión con un elenco conformado por María Paz Grandjean, Verónica Medel y Rafael Contreras.
“Esta vez nos centramos en las preguntas que están por debajo de la obra, sumergidas en la dramaturgia. Por eso pusimos a la naturaleza en primer plano, para activar otros lugares en nosotros y desplazarnos de lo que hemos hecho antes; qué más se esconde en la obra de Ibsen, qué temas removerían su escritura hoy”, explicó Nicolás Espinoza. “La obra es el resultado de una investigación escénica más que de un trabajo de puesta en escena tradicional”, agregó.
“En toda alma hay una marca oscura que es necesario ocultar” es una obra coral, tectónica, friccionada, cíclica, como olas que cabalgan hacia la costa. Sus protagonistas, vecinos de un pueblo costero, narran fragmentos de una catástrofe causada por un tsunami, réplicas especulativas sobre cómo las fuerzas de la naturaleza transforman los proyectos sociales y políticos del alcalde del pueblo.
La obra es una de las ganadoras del Ibsen Scope Grant 2021, beca internacional entregada por el Ministerio de Cultura de Noruega que financia creaciones innovadoras que promuevan discursos críticos basados en obras del connotado dramaturgo noruego. “Ellos tienen una larga tradición de financiar el trabajo de los artistas, respetando sus lógicas y formas de crear. Esta beca les permite conectarse con lo que está pasando en otros países y dialogar con un mundo marcado por la crisis climática, política y social por el que atraviesa la humanidad.
Así, las preguntas generadas desde aquel contexto y a partir de Ibsen, les hacen sentido, según contó el directot luego de viajar en mayo pasado a Skien al Ibsen Scope Festival para recibir el premio. Después de su estreno en Chile, el montaje se presentará en Noruega en la versión 2023 del Festival.
La obra estará en cartelera entre el 5 y el 20 de noviembre en el Espacio Patricio Bunster de Matucana 100. De miércoles a sábado, las funciones son a las 20 horas y el día domingo a las 19. La entrada general tiene un costo de 6 mil pesos; estudiantes y tercera edad 3 mil. Miércoles y jueves populares entrada general a 3 mil.