En el marco del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, la directora de Igualdad de Género de la Universidad de Chile, Carmen Andrade, consideró que se trata de un tema que resulta paradojal ya que si bien está en el tapete de la opinión pública, las cifras aún son preocupantes.
En conversación con Radio y Diario Universidad de Chile junto al director Patricio López, Andrade indicó que se ha avanzado desde una sociedad que hablaba de “crímenes pasionales y no de género”, a otra en la que la violencia de género es denunciada y tratada como tal.
“Sin embargo, las cifras siguen siendo preocupantes, no podríamos decir con certeza que ha habido una baja en la violencia contra las mujeres”, precisó la académica quien agregó que “la violencia contra la mujer que es uno de los problemas más visibles en los así llamados temas de género y también es uno de los más difíciles de reducir y de erradicar”.
“El tema de denunciar, de visibilizar ha sido muy importante”, apuntó, aunque subrayó que aún que “los femicidios permanecen, la violencia intrafamiliar permanece, el acoso sexual en el trabajo permanece”.
“Nosotras desde el feminismo tenemos casi una obsesión que cuando tenemos un avance, tenemos que preocuparnos de consolidarlo. Somos bien estrictas en eso. No basta haber dado este paso, tiene que haber una ley que lo sustente, una política pública que le dé respaldo. Sabemos que nada garantiza que se sostengan los cambios. Pero por qué tenemos esa obsesión, porque sabemos que los pasos difíciles de dar y muy fáciles de desmantelar”, acotó la directora.
En ese sentido señaló que hay varias experiencias en este sentido con acusaciones como acusar una ‘ideología de género’ y la arremetida de sectores conservadores “contra avances que son civilizatorios. Tampoco estamos hablando de nada que haya cambiado profundamente la sociedad, lo estamos viendo fuertemente esto de que ‘al feminismo se le pasó la mano’”.
Respecto a aquellos sectores políticos que impulsan esas acusaciones, Andrade puntualizó que “veo con mucha preocupación, con horror a veces, cómo han ido resurgiendo”.
“Yo creo que han estado siempre, han estado más bien solapados y tienen la posibilidad de resurgir. Me parece que el tema que tengamos crisis económica, incertidumbre, da pie a mucho de estos juegos populistas, bien extremos que te aseguran que el mundo vuelve a su orden, entre comillas”, sostuvo.
Andrade manifestó además que “duele hacerse la pregunta por qué la gente los vota, porque efectivamente llegan ahí por medios democráticos. Yo creo dos cosas: Primero que hay que confrontarlos permanentemente. No soy de las que piensan que son una voz legítima y que por lo tanto que lo digan, se ganaron su espacio. Yo creo que hay que confrontarlos porque el daño que hacen es profundo, en las nuevas generaciones por ejemplo”.
Por otra parte, estimó que “hay que mostrar lo que ese tipo de posiciones significa y ha significado en la historia. No es menor de que cuando gobiernan sectores de ese nivel de fanatismo, de populismo, lo que se ha generado para las comunidades de las disidencias sexuales, para las propias mujeres. Es cosa de ver sociedades que están gobernadas por este tipo de fanáticos”.
La académica señaló que frente a estos fenómenos es necesaria “mucha pedagogía, mucha información, mucha confrontación de ideas”.
Respecto al avance de este debate al interior de las universidades y en especial en la Universidad de Chile, Andrade comentó que hoy existen pasos sustantivos, aunque hay un camino aún por recorrer.
“Nos falta mucho más, tiene que ver con meternos más en la cultura universitaria. Porque puedes tener una política de prevención, un protocolo de actuación, nosotros tenemos una fiscalía especializada, en fin, todo eso sirve. Pero no se nos puede olvidar que la demanda feminista tiene dos caras: una era enfrentar lo urgente, la violencia. Lo segundo era enfrentar el sexismo en la educación que tiene que ver con el currículum, la formación de los profesores, los contenidos, como enseñamos”, indicó.
Lo anterior porque “nadie se va a oponer a que tengamos una política de prevención de la violencia. Pero cuando nosotras decimos que no estamos en igualdad de condiciones mujeres y hombres en la universidad o que los académicos ganan más, ahí ya no somos tan bienvenidas”.
Carmen Andrade adelantó además la realización de una encuesta para conocer los alcances de acoso o violencia sexual al interior de nuestra casa de estudios.
Andrade explicó que el estudio buscará indagar “cuántas personas están afectadas o han sido afectadas por acoso o violencia sexual en la universidad, independiente de que hayan denunciado o no, porque nosotros sabemos que las denuncias siguen siendo muy pocas y que el problema es mayor”.
Agregó que “también queremos saber más sobre cómo se produce la violencia, en qué contexto. Se han ido instalando algunos mitos, por ejemplo, que son bien preocupantes, porque cuando uno piensa en violencia de género en las universidades lo que está en el imaginario es un profesor con una estudiante, en una relación jerárquica, abusiva, eso es lo que se instaló. Eso, sin duda que existe, lamentablemente todavía, pero lo más brutal que se da en las universidades en términos de violencia tiene que ver con la relación entre pares, entre estudiantes y sus compañeras”.
Carmen Andrade sostuvo que esas prácticas se dan en el marco de relaciones amistosas, de confianza. “Son estudiantes que, incluso, a veces van a tu casa (…) Acá lo que hemos visto es que tiene mucho que ver con las relaciones entre pares. Pensamos que la encuesta también nos va a mostrar eso y la idea es mirar cómo está la Universidad de Chile, pero sobre todo, sacar lecciones sobre qué hacer”.