El supuesto caso de corrupción ha destapado presuntos sobornos de Catar a eurodiputados y personal del Parlamento Europeo, todo con el propósito de ganar peso político y económico, un caso en el que se ha visto afectada la vicepresidenta de la Eurocámara, Eva Kaili, suspendida este martes del cargo.

Los diversos grupos políticos de la Eurocámara denuncian, además, los intentos de Catar de influir en los diputados, exdiputados y personal del Parlamento Europeo, y han subrayado la necesidad de ampliar el registro de transparencia de la Unión Europea a representantes de terceros países, además de reforzar el mecanismo, en términos de presupuesto y personal, para que la información proporcionada por los solicitantes de registro pueda verificarse más exhaustivamente.

El texto de la moción, que se votará este jueves y ha sido pactado por todo el arco parlamentario, pide derechamente la suspensión del acceso al Parlamento Europeo a representantes cataríes y agrega que se debe paralizar todo el trabajo sobre expedientes legislativos relacionados con Catar, en particular en relación con la liberalización de visados y las visitas previstas a su sede, en Estrasburgo, Francia.

En tanto, este miércoles, los detenidos por el Catargate comenzaron a declarar ante los jueces belgas. El juez ha interrogado durante esta jornada a la destituida vicepresidenta socialdemócrata Eva Kaili, que lleva ya cinco días en una celda y junto con ella, declararon otros tres detenidos. Hasta ahora, lo que ha trascendido es que a la eurodiputada, al menos, le han incautado millón y medio de euros en efectivo.

A Kaili rápidamente la Eurocámara le quitó su alto cargo y su fuero legislativo apenas se conoció la acusación de corrupción, blanqueo de dinero y participación criminal al haber aceptado sobornos de Catar para influir en la posición parlamentaria acerca del emirato y favorecer su imagen del Emirato. Por su parte, la presidenta de los europarlamentarios, Roberta Metsola, ya le había retirado durante el pasado fin de semana las responsabilidades asociadas a su puesto de vicepresidenta, entre las que figuraban las relaciones con Oriente Medio. Pero aquello no fue todo porque, además, el grupo parlamentario socialdemócrata al que pertenecía y que la había colocado en la expectante posición que ocupaba, también la expulsó.

No obstante, entre académicos y expertos europeos hay consenso en afirmar que “el ataque a los valores que sustentan a la democracia como ella se concibe en Europa, es muy anterior al revuelo que ahora se produce en el viejo continente. Y es que en Catar se violan contundentemente muchos Derechos Humanos, especialmente entre los migrantes, mujeres y miembros del colectivo LGBTQ+”, afirman.

Casi como una ironía, el mismo día en que se conocía que Eva Kailí había duplicado con creces, en apenas dos años, sus depósitos bancarios -según su declaración anual  de bienes personales disponible en la página del Parlamento heleno-, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, pedía que las instituciones europeas se rijan por “altos estándares de independencia e integridad”. En rueda de prensa, Von der Leyen recordó que la Comisión Europea ha propuesto la creación de un órgano que vigile el cumplimiento de buenas prácticas en las instituciones europeas.

Por su parte, Roberta Metsola, ha asegurado en el inicio del pleno de esta semana en Estrasburgo. que los planes de quienes han intentado interferir en los procesos de la Eurocámara “han fracasado” y anunció una batería de medidas para mejorar la transparencia e investigar el alcance total del escándalo. “Los enemigos de la democracia, para los que la existencia de este Parlamento es una amenaza, no se detendrán ante nada. Sus planes maliciosos han fracasado. Nuestros servicios, de los que estoy tremendamente orgullosa, han trabajado con las autoridades belgas relevantes para desvelar esta supuesta red criminal”, ha dicho Metsola

Finalmente, y a raíz del escándalo, la ONG Transparencia Internacional calificó lo revelado el viernes como un “escándalo de sobornos y corrupción de proporciones épicas” y pidió acometer con urgencia una completa reforma de los sistemas de ética e integridad de las instituciones de la Unión Europea. “Se necesita con urgencia una supervisión ética independiente para poner fin a un sistema de autorregulación que claramente no está funcionando” afirmó Transparencia.