En el país la Dirección Meteorológica de Chile (DMC) clasifica como olas de calor aquellos eventos en que la temperatura máxima supera un valor crítico por al menos tres días. Éstos en verano son los que producen más impactos, entre ellos, amenazas a la salud y bienestar humanos, propagación de incendios forestales y afectación de actividades agropecuarias.
Las tendencias del periodo 1961-2017 según el organismo que procesa la información, muestran que han aumentado su frecuencia en las últimas décadas. Ante este escenario, no es sorpresa que la transición entre 2022 y 2023 registre eventos cálidos conforme al pronóstico estacional.
Tendencias del número de olas de calor en el periodo 1961-2017. Fuente: Dirección Meteorológica de Chile (2018)
La académica del Departamento de Ciencias Ambientales y Recursos Naturales Renovables de la Facultad de Ciencias Agronómicas U. de Chile e investigadora del Centro de Ciencia del Clima y la Resiliencia CR2, Paulina Aldunce, explicó que el cambio climático propicia sucesos extremos más frecuentes como ha sucedido con las olas de calor ahora último.
“Es como si tuvieras una chispa que puede producir un incendio mayor o menor. En las condiciones de cambio climático producirá uno más severo porque se hace una combinación de más de 30° de temperatura, menos de un 30 por ciento de humedad relativa y más de 30 nudos de velocidad del viento” advirtió.
La especialista del CR2 sostuvo en entrevista con Radio y Diario Universidad de Chile, que para contener este tipo de urgencias es importante que los Estados se fijen en las diferencias que se están profundizando en cuanto a las poblaciones, es decir, las de menos ingresos sufren y sufrirán más los efectos ya que suelen vivir en zonas de mayor riesgo.
“El Panel Intergubernamental en Cambio Climático (IPCC, Intergovernmental Panel on Climate Change) del Grupo 2, se basó en más de 34 mil artículos científicos y se concluye que en las medidas de adaptación en general hay mucha brecha, necesitamos una cantidad tremenda de medidas y estamos haciendo mucho menos de lo que se necesita” aseveró.
Aldunce añadió que hay un tema del que se habla poco y en su opinión, se tiene que comenzar a hablar más, que es el de las necesidades de transformación de la sociedad. “No podemos seguir respondiendo a los cambios en el medio ambiente y del clima de la misma manera en que hemos respondido hasta ahora porque no es suficiente, se tiene que complementar con procesos y acciones donde empecemos a hacer las cosas de manera distinta”.
Para la especialista, entre las modificaciones posibles, se anotan las distintas maneras de distribuir el agua frente a la sequía y que este recurso sea más valorado por los habitantes.
Al respecto, hace unos días el ministro de Agricultura, Esteban Valenzuela, destacó los avances de la indicación sustitutiva de modificación y prórroga de la ley de Riego, que falta por ser revisada por las dos cámaras del Congreso. La autoridad gubernamental indicó que es un proyecto histórico con “una reforma focalizadora en dos aspectos fundamentales: favorecer más a pequeños y medianos actores e incorporar en la nueva ley el cambio climático, además del mayor cuidado y convivencia con la naturaleza”.
*** Análisis CR2 ¡Ola de Calor! https://www.cr2.cl/analisis-cr2-ola-calor/
