“En Turquía, el número total de niños que viven en las diez provincias sacudidas por el terremoto asciende a 4,6 millones. En Siria, hay 2,5 millones de niños afectados”, dijo James Elder, portavoz del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), en una rueda de prensa en Ginebra.
“Unicef teme que varios miles de niños hayan muerto”, dijo Elder, advirtiendo que “incluso sin cifras verificadas, está claro que los números seguirán creciendo”.
Según Unicef, decenas de miles de familias que viven a la intemperie tras el sismo están expuestas al frío.
“Todos los días se informa de un número cada vez mayor de niños que sufren hipotermia e infecciones respiratorias”, afirmó Elder, señalando que las familias duermen con sus hijos en la calle, centros comerciales, escuelas, mezquitas, estaciones de autobuses y bajo los puentes.
En Turquía, Unicef, en coordinación con el ministerio de la Familia y los servicios sociales, desplegó trabajadores sociales en los hospitales para ayudar a identificar a los niños separados de sus familias.
Paralelamente a estos esfuerzos, Unicef trabaja para proporcionar apoyo psicosocial a los niños afectados.
En la vecina Siria, dijo Elder, “cada niño menor de 12 años sólo ha vivido el conflicto, la violencia o el desplazamiento. Algunos niños han sido desplazados seis o siete veces”, aseguró.