Yerko Ljubetic y nuevo proceso constituyente: "Es un espacio en el cual nadie con responsabilidad política podría eximirse"

El candidato a la constituyente consideró que el proceso en curso es una oportunidad para erigir un nuevo marco institucional que responda a las causas de la crisis social, para lo cual apeló al sentido de responsabilidad histórica de la derecha.

El candidato a la constituyente consideró que el proceso en curso es una oportunidad para erigir un nuevo marco institucional que responda a las causas de la crisis social, para lo cual apeló al sentido de responsabilidad histórica de la derecha.

En conversación con Radioanálisis, el jurista, ex ministro de Trabajo, consejero del INDH y candidato a consejero constituyente por la Región Metropolitana, Yerko Ljubetic (CS) abordó el proceso constituyente en curso y las definiciones con las que encara el nuevo período de redacción de una propuesta constitucional.

Si bien el candidato de Convergencia Social reconoció una “comprensible” desafección de parte de la ciudadanía hacia el proceso, consideró que “hay una pelea que dar, una discusión que hacer que no está cerrada desde el punto de vista de los bordes que el diseño contempla, sino que va a estar dada por el debate político que las personas que sean electas vayan a dar”. 

“Se asocia como algo positivo del proceso que se entienda que va a haber un grupo de personas electas y que nada más tiene que ocurrir. Eso es lamentable porque yo creo que los procesos constituyentes son momentos particularmente idóneos para involucrar a la ciudadanía y para apuntar al cierre de esta brecha que hay entre el ciudadano común y corriente y el sistema político“, afirmó.

Y añadió que “el conjunto de amarres le hacen pensar a la gente que no hay mucho que debatir, que las cosas están resueltas y que las mujeres y hombres que son electos tienen un margen bastante reducido de debate”.

Pese a que reconoció que esa premisa es razonable y cierta “desde el punto de vista de su fundamento”, advirtió que “es en esta cancha donde se va a jugar, nos guste o no, gran parte de lo que va a ser el contorno institucional de Chile en el próximo tiempo y por lo tanto, es un espacio en el cual nadie con responsabilidad política podría eximirse“.

Por tanto, afirmó que el proceso “tiene que plantearnos a nosotros el desafío de llevar la discusión a la mayor cantidad de ámbitos posibles, no obstante el diseño que hemos comentado, de tal manera que podamos vencer esta imagen de desafección o escepticismo que hay“.

Por lo demás, adujo que “no hay que perder de vista que, independiente de las voluntades que haya detrás del diseño, aquí van a haber 50 mujeres y hombres electos por la ciudadanía y ahí va a estar el centro del debate. Creo que hay que pensar en la clara distinción de lo que es el debate político y las decisiones de quienes han sido elegidos por el pueblo de los aportes técnicos o los aportes expertos que tienen que alimentar este proceso”.

En ese contexto, señaló que “quienes sean electos y electas tienen que empoderarse de la condición de haber sido generados por la vía del pronunciamiento popular y dejar claro que el debate efectivo y las decisiones efectivas de la constituyente se van a dar en ese espacio”. 

Rol del Estado

En cuanto a la definición sobre el Estado social y democrático de derechos, Ljubetic afirmó que “tenemos la convicción de que efectivamente la actividad privada va a seguir siendo un motor relevante del desarrollo económico del país, pero hay ámbitos de la vida en sociedad en la cuales el motor de la actividad privada, que es legítimamente el interés de la ganancia, es un criterio que es difícilmente es compatible con el interés público”.

“Me refiero a sectores donde esto es muy evidente como la salud y la seguridad social. Son aspectos en los cuales la Constitución tiene que dejar muy bien establecida la responsabilidad del Estado en la provisión de estos bienes de los que tienen que disfrutar todos los habitantes del territorio y son sectores en los cuales la participación de privados tiene que estar condicionada, si es que lo hubiera, a dos elementos: que no implique que el Estado se desligue de estas obligaciones y si es que eventualmente recurre al sector privado para proveer algunos de estos bienes, tiene que hacerlo sobre la base de su absoluta y evidente subordinación al interés público, por lo tanto, sometido a regulaciones, diseños y procesos que garanticen que lo que va a primar en el desarrollo de esa actividad no es el interés privado, sino el interés público”, sostuvo.

Aproximaciones con Todo por Chile

En otra arista, el abogado descartó que existan diferencias de fondo con la lista conformada por el PPD, el PR y la DC. “Creo que hay, en lo esencial, una comprensión común de cuestiones que son bien relevantes que a mi me dejan bastante esperanzado a la hora de que esto sea importante, a la hora que haya candidatos y candidatas que sean electos para la comisión”.

No me cabe duda de que vamos a tener un amplio grado de acuerdo y al menos, tanto ellos como nosotros hemos manifestado nuestra voluntad de que tenemos que hacer un frente común en esta discusión contra la derecha que naturalmente levanta modelos muy distintos y contradictorios con aquello que estamos planteando”, añadió. 

Ahora bien, acotó que “no basta el acuerdo de estas fuerzas políticas, esto es un diseño que va a requerir un nivel de acuerdo importante con nuestros adversarios” dado que “los quórums de definición y las tareas que tenemos que asumir, lo que hablamos sobre cómo interpretamos y ampliamos el margen de discusión en torno a las bases y otros amarres el proceso, va a requerir un acuerdo importante con estos sectores y ahí creo que ahí hay que apelar a que un sector relevante de la derecha tenga un sentido de responsabilidad histórica”.

Aludiendo a ello, el consejero del INDH relevó que “tenemos la oportunidad de concordar un marco institucional futuro democrático y que se haga cargo de los factores que estuvieron en la génesis de la crisis social”.

“La crisis social fue un momento de manifestación de las demandas más urgentes de las mayorías del país, de una sensación de frustración, de desesperanza respecto a lo que el sistema político podría ofrecer, de rebelión frente al abuso y de apelación a la dignidad. Esas cuestiones siguen estando absolutamente vigentes en el país y hoy día tenemos oportunidad de darle a esas demandas, no una solución inmediata, pero sí al menos un cauce político institucional”, cerró.





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