Desde hace varias semanas, la posible participación de deportistas rusos y bielorrusos bajo una bandera neutral en los Juegos Olímpicos de París 2024 es objeto de debate. Aunque el Comité Olímpico Internacional (COI) parece ahora favorable a tal decisión, con el argumento de que “no se debe prohibir competir a ningún atleta únicamente en función de su pasaporte”, no deja de ser preocupante para muchos.
Tras una reunión a principios de mes entre los ministros de Deportes de una treintena de países, entre ellos Francia, Reino Unido, Polonia y Estados Unidos, el lunes 20 de febrero se envió una carta al COI pidiendo aclaraciones sobre sus criterios de neutralidad.
Normalmente, la bandera neutral significa que los atletas no pueden tener “un himno nacional, una bandera, ni en el podio ni en los dorsales”, señala Kevin Bernardi, consultor especializado en Juegos Olímpicos. En el caso de los Juegos Olímpicos de 2024, los 30 países desean que el COI vaya más lejos y aplique plenamente la Carta Olímpica. Así, sólo “los atletas que no se hayan posicionado a favor del conflicto” podrían participar en los Juegos, dice Kevin Bernardi, al tiempo que señala que “estamos entrando en la intimidad de cada atleta y que la medida parece más simbólica que otra cosa”.
Voces en contra
Aunque Rusia y Bielorrusia participaran bajo una bandera neutral, ya se alzan algunas voces para protestar contra la decisión del COI. Por ejemplo, el alcalde de Kiev, Vitali Klitschko, declaró que era “imposible ser neutral cuando se está matando a gente”. Sus palabras son tanto más pertinentes en el tema de los Juegos Olímpicos cuanto que es una figura del deporte y ex campeón del mundo de boxeo. El presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, durante la reunión entre los ministros de Deportes a principios de febrero, tomó la palabra por videoconferencia, diciendo, refiriéndose a Rusia, que “los representantes de este Estado terrorista no tienen cabida en las competiciones deportivas y olímpicas”.
Por su parte, la alcaldesa de París, Anne Hidalgo, se declaró “no partidaria” de la opción de una pancarta neutral. “No vamos a permitir que un país que ataca a otro desfile y haga como si esto no existiera”, declaró en la radio Franceinfo a principios de febrero, al tiempo que mencionaba que si el COI les permitía venir, ella tomaría posición. “Sin embargo, en los hechos, el COI sigue siendo el único propietario de su evento y es, por tanto, quien decide sobre los participantes y tendrá siempre la última palabra”, señala Lukas Aubin, director de investigación del Instituto de Investigación Internacional y Estratégica (IRIS) y especialista en geopolítica de Rusia y deporte.
El COI, bajo presión
La cuestión de la participación de rusos y bielorrusos también pone bajo presión al Comité Olímpico Internacional. Hace un año, justo después del inicio de la guerra en Ucrania, el COI recomendó sin ambages que las federaciones internacionales y los organizadores de competiciones no invitaran ni permitieran la participación de atletas rusos y bielorrusos.
“Hace un año, el COI salió de su apolitismo al posicionarse en contra de Rusia“, señala Lukas Aubin. “Hoy, con esta bandera neutral, el COI intenta de nuevo despolitizarse, pero es demasiado tarde, porque ha quedado claro para todos que el deporte es político y que el COI toma decisiones políticas”, concluye el autor de Geopolítica de Rusia.
Se espera que en las próximas semanas el COI tome la decisión de permitir -o no- a los atletas rusos y bielorrusos competir en los Juegos Olímpicos de 2024. Los rusos, por su parte, ya amenazan con acudir al Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS) si no participan en los Juegos. El presidente ucraniano se ha declarado dispuesto a boicotear los Juegos si participan los rusos. Una decisión que supondría una auténtica bofetada para el COI.