El departamento de prensa de los servicios de inteligencias rusos informó este jueves que “el FSB abortó las actividades ilegales del corresponsal del periódico estadounidense The Wall Street Journal, identificado como el ciudadano estadounidense Evan Gershkovich, quien fue detenido como sospechoso de trabajar en interés del Gobierno de Estados Unidos”, señaló el comunicado, agregando que el departamento de investigación del FSB abrió un caso de espionaje criminal en su contra.
La última nota enviada desde Moscú por Gershkovich para en el periódico norteamericano, publicada hace dos días, hablaba sobre el desplome de la economía rusa y se centraba en la desaceleración de la economía rusa debido a las sanciones impuestas por los países occidentales como consecuencia de la entrada de las tropas rusas a Ucrania el año pasado.
Aunque el FSB reconoció que la detención había sido en un restaurant de la capital de los Urales, Ekaterimburgo, no informó cuándo tuvo lugar la aprehensión ni tampoco a dónde habría sido conducido el estadounidense quien, según aseguró el Kremlin, había sido detenido “en flagrancia”, algo que confirmó a los medios de prensa el vocero de Vladimir Putin, el portavoz Dmitry Peskov en su diaria conferencia de prensa con los medios. El profesional contaba con una acreditación del Ministerio de Relaciones Exteriores ruso para trabajar en Ekaterinburgo, a unos 1,800 km al este de Moscú.
De llegar a ser condenado por espionaje, el reportero podría enfrentar una pena de hasta 20 años de prisión. Por ahora pasará al menos dos meses en prisión preventiva, anunció la portavoz del Ministerio de Exteriores ruso, María Zakharova, quien dijo que lo que estaba haciendo el periodista del Wall Street Journal en Ekatrinburgo no tenía “nada que ver con el periodismo”. Agregó que no era la primera vez que el individuo usaba el cargo de “corresponsal extranjero” para “cubrir actividades que no son periodismo”.
La acusación que barajan las autoridades de Moscú es gravosa: “por encargo de la parte estadounidense, el periodista intentaba recopilar informaciones secretas y clasificada sobre las actividades de una de las empresas del complejo militar-industrial ruso” (aparentemente sobre el grupo de mercenarios Wagner), afirma en su nota el departamento de comunicaciones de la policía de seguridad del Estado rusa. De hecho, profundiza diciendo que viajó a varias localidades cercanas a Ekaterimburgo donde existen industrias que fabrican tanques, de los que Rusia ha perdido en Ucrania unos 2500 hasta ahora. Eso sí, el FSB también reconoció que tenía una acreditación del Ministerio de Relaciones Exteriores para trabajar como periodista.
Antes de comenzar a trabajar para el diario estadounidense en 2022, Gershkovich había sido corresponsal de la agencia France Press en Moscú y del diario en lengua inglesa Moscow Times. Por su parte, en Nueva York, el Wall Street Journal emitió un comunicado donde expresa su “profunda preocupación por la seguridad de Gershkovich” y niega vehementemente las acusaciones de Rusia, exhortando a liberarlo lo antes posible.
La detención de Gershkovich se produjo en medio de las más agrias tensiones entre Moscú y Washington en las últimas décadas, motivadas por la guerra en Ucrania. De hecho, es el primer periodista de un medio estadounidense arrestado por cargos de espionaje en Rusia desde la Guerra Fría. La última vez que en Rusia se acusó a un periodista estadounidense de espionaje fue en 1986, cuando aún existía la Unión Soviética. En ese entonces, la KGB arrestó a Nicholas Daniloff, corresponsal de U.S. News and World Report, pero lo liberó veinte días después en un intercambio de prisioneros con Washington.