En una etapa de transición de retirada del fenómeno de La Niña y la eventual llegada de El Niño para fines del invierno en Chile, es la actual situación climática que enfrenta la cuenca sudamericana del Océano Pacífico.

Si bien se evalúan aumentos de las temperaturas en el mar, especialmente al norte de Ecuador y en las costas del Perú, en nuestro país la situación aún no permite un pronóstico positivo en materia de precipitaciones.

Luego del XXII Foro Regional de Perspectivas Climáticas del Oeste de Sudamérica que reunió a especialistas de Bolivia, Chile, Colombia, Ecuador, Perú y Venezuela, se dieron a conocer algunas conclusiones, como por ejemplo el déficit de lluvias para el periodo que alcanza al 100 por ciento en la zona central chilena.

Catalina Cortés, encargada de la oficina de Servicios Climáticos de la Dirección Meteorológica de Chile agregó que las mediciones en otras zonas, como las regiones del Maule y de La Araucanía, muestran déficit que llegan al 80 y al 50 por ciento, respectivamente.

Además, marzo se posicionó una vez más con altas temperaturas en gran parte del territorio nacional. En el caso de Santiago, esta es la segunda vez en la historia desde 1950 que se registra un mes tan caluroso. Lo mismo ocurrió con las ciudades de Curicó y Chillán donde marzo fue el mes con más alta temperatura en los últimos 64 años.

La especialista precisó que “la única ciudad del país que tiene un superávit es la de Coyhaique con un 45 por ciento más de lluvias”.

Cortés precisó que en este periodo de transición hacia El Niño, tampoco se pueden esperar precipitaciones importantes que permitan salir de la condición de “mega sequía” en la que estamos.

“Para los próximos meses se debiese esperar una condición con una tendencia por a las lluvias sobre lo normal en la Región de Coquimbo, mientras que desde la Región de Valparaíso a la de Los Lagos, la tendencia de la precipitación es a una condición bajo lo normal, menos lluvia”, indicó.

De todas formas, subrayó que “esto no implica que las precipitaciones no se registren, sino que sólo la suma de éstas durante el trimestre debiera estar por debajo de los valores normales”.

Mientras, las regiones de Aysén y Magallanes tendrían superávit, a la vez que adelantó que se esperan temperaturas por sobre lo normal para este periodo.

Cortés recordó que la última vez que hubo un fenómeno de El Niño en la zona, en 2015, no se reunieron las condiciones necesarias para generar mayor cantidad de precipitaciones en nuestro país, ya que si bien se registró un aumento del nivel de temperatura del mar, la atmósfera no reaccionó de manera favorable para la formación de la nubosidad que genera las lluvias.

Por eso indicó que esta vez “no podemos adelantarnos y decir que sí, efectivamente la atmósfera va a responder a este calentamiento y tengamos las lluvias que necesitamos para tener un respiro dentro de esta época conocida como mega sequía”.

Aún así, comentó que “los inviernos de condiciones neutras tienden a ser altamente variables, pero sí puede haber mayor posibilidad de tener registros por lo menos sobre lo que fue el año pasado o mayor de lo que fue el año pasado”.

Mientras, Juan José Nieto, director del Centro Internacional para la Investigación del Fenómeno del Niño, ratificó que el fenómeno de La Niña va en retirada y que se están consolidando las variables para prever el ingreso de El Niño.

“Las condiciones en el Pacífico son de un calentamiento en las costas junto a Perú y al norte de Ecuador. Ese calentamiento anómalo está provocando lluvias y temperaturas más allá de los valores o de las condiciones normales en estos países, provocando impactos severos”, comentó.

“De acuerdo a las proyecciones de los próximos meses según los modelos climáticos y de las condiciones que se están observando tanto en el océano como en la atmósfera, un evento como El Niño es probable que se desarrolle a partir del segundo semestre de este año”, subrayó, para luego afirmar que se estima que la intensidad del fenómeno sería moderada.