Finlandia pierde su valorada neutralidad incorporándose a la OTAN

Inusual historia la de Finlandia y Rusia: fue parte autónoma del imperio zarista, después luchó junto a la Alemania nazi contra las potencias aliadas, principalmente contra la Unión Soviética y, al ser derrotada por ésta, debió luchar contra Hitler.

Inusual historia la de Finlandia y Rusia: fue parte autónoma del imperio zarista, después luchó junto a la Alemania nazi contra las potencias aliadas, principalmente contra la Unión Soviética y, al ser derrotada por ésta, debió luchar contra Hitler.

Este martes 4 de abril Finlandia volvió a hacer historia. Así lo proclamó el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, pues coincidiendo con su 74° aniversario, la organización acogía  oficial y formalmente a Helsinki como miembro de pleno derecho, sumando así en su seno a 31 naciones occidentales. Un giro dramático en la tradicional y siempre bien ponderada política de neutralidad del país nórdico, el que sus ahora socios justifican con la guerra en Ucrania.

Pero la geopolítica del siglo XXI. dice otra cosa. Con la incorporación de Finlandia, la OTAN duplica su frontera terrestre para estrechar el cerco sobre Rusia, pues ésta pasa de unos ya largos 1.200 kilómetros a un total de 2.500. Sin embargo, la ceremonia en la sede de la OTAN, en Bruselas, no estuvo completa: Suecia, país que había pedido unirse al conglomerado bélico occidental al mismo tiempo que Finlandia, no pudo ser parte de ella este martes. La razón es que para ser miembro de la OTAN se requiere la ratificación unánime de todas las naciones miembro y, en el caso de Suecia, dos países -aunque por razones diferentes- no lo han hecho hasta ahora: Turquía y Hungría.

“Nos gustaría entrar a la OTAN también, no es ningún secreto. Pero que Finlandia se convierta en miembro de pleno derecho será beneficioso tanto para la propia Finlandia como para Suecia”, señaló por su parte el ministro de Relaciones Exteriores sueco, Tobias Billström. Asimismo, dijo abrigar la esperanza de que Suecia podrá dar los mismos pasos que Finlandia antes de la próxima cumbre de la OTAN que se celebrará el próximo mes de julio en Vilna, la capital lituana, una vez que hayan pasado las elecciones en Turquía.

De su lado, el presidente turco Recep Tayipp Erdogan ha bloqueado la candidatura sueca con el argumento de que el país nórdico da cobijo a activistas kurdos que Ankara considera como terroristas. Su ministro de Relaciones Exteriores, Mevlüt Cavusoglu, explica que Ankara ha cumplido con todo lo que fue pactado al respecto en la cumbre de Madrid el año pasado y recodó que las extradiciones dependen de los tribunales.

Tampoco el canciller finlandés, Antti Kaikkonen, ha aclarado hasta ahora si su país tiene previsto albergar bases aliadas y se ha limitado a señalar que “Finlandia desempeñará un papel activo en la OTAN en el futuro”. Ello, ante las declaraciones de Jens Stoltenberg que afirmó que corresponde a Helsinki decidir si quiere o no albergar fuerzas militares de la Alianza Atlántica en su territorio. “No habrá tropas de la OTAN en Finlandia sin el consentimiento de Finlandia. En muchos países hacemos ejercicios o mantenemos presencia naval y aérea, pero no bases permanentes -ha dicho el secretario general del pacto noratlántico- y esto no se ha planteado hasta ahora en nuestras conversaciones con Finlandia”, señaló.

La adhesión de Finlandia al pacto bélico de Occidente se produce en pleno cambio de Gobierno en Helsinki, tras la derrota electoral de la primera ministra que solicitara la la incorporación al pacto, la socialdemócrata Sanna Marin. El vencedor en los comicios, Petteri Orpo, líder del Partido de Coalición Nacional (de  centroderecha), también está a favor de la OTAN y de mantener la ayuda a Ucrania.

Para el irreductible Stoltenberg, la era del no alineamiento militar en la historia actual  ha llegado a su fin. “Comienza una nueva era”, ha proclamado. Algo que corroboró el presidente de Finlandia, Sauli Niinistö, durante la ceremonia de izado de la bandera finlandesa en el cuartel general de la OTAN. “La adhesión de Finlandia (a la OTAN) no está dirigida contra nadie. Tampoco cambia los fundamentos ni los objetivos de la política exterior y de seguridad de Finlandia. Somos un país nórdico estable y predecible que busca la resolución pacífica de las disputas”, asegura Niinistö, que también ha expresado su deseo de que Suecia pueda ingresar en el club cuanto antes.

Por su parte, Moscú ya comunicó que la adhesión de Finlandia a la OTAN le obligará a adoptar “contramedidas” (sin decir cuáles). De hecho, el portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, dijo este martes que la ampliación de la OTAN constituye “una intrusión en nuestra seguridad y en los intereses nacionales de Rusia”. Las autoridades rusas han amenazado también con aumentar la presencia militar cerca de la frontera finlandesa y todo indica que el ingreso de Helsinki a la OTAN aumentaría, lamentablemente, la posibilidad de que el conflicto en Ucrania se agrave aún más.





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