Ecuador: Expertos pronostican complejo escenario en los meses previos a las elecciones

La decisión del Presidente Guillermo Lasso de disolver el Congreso dará inicio a un período transicional. En lo que queda de su mandato, Lasso tendrá que gobernar por decreto y sin el contrapeso de la Asamblea Nacional.

La decisión del Presidente Guillermo Lasso de disolver el Congreso dará inicio a un período transicional. En lo que queda de su mandato, Lasso tendrá que gobernar por decreto y sin el contrapeso de la Asamblea Nacional.

La mañana de este miércoles, el presidente de Ecuador, Guillermo Lasso, decretó la “muerte cruzada”, un mecanismo constitucional que disuelve el Congreso y que al mismo tiempo convoca a elecciones anticipadas tanto del poder legislativo como del ejecutivo.

Lo anterior, en el contexto de un juicio político en contra del mandatario, en el cual parlamentarios opositores lo acusaron, entre otras cosas, de malversación de fondos públicos.

Para profundizar en este tema, Radio y Diario Universidad de Chile conversó con dos analistas, quienes explicaron el trasfondo de los hechos y plantearon los posibles escenarios que se abren en Ecuador.

Paz Milet, académica del Instituto de Estudios Internacionales (IEI) de la Universidad de Chile, señaló que la decisión del presidente ecuatoriano responde “a una crisis enquistada, que ha dado cuenta de la incapacidad de gobernar durante su gestión”.

“No hay que olvidar que Lasso llegó sorpresivamente a la presidencia, en un escenario particularmente difícil, porque tiene una minoría en el Congreso, entonces, era bastante factible que él perdiera frente a la opción de la acusación constitucional”, afirmó.

Milet además se refirió a la pertinencia de usar el mecanismo de la muerte cruzada. Pese a que considera que siempre tiene que preponderar el diálogo, la académica aseguró que, efectivamente, el escenario político en Ecuador es bastante complejo.

“Yo creo que esto es una herramienta extraordinaria y que siempre hay espacio para el diálogo, pero desde la posición de Lasso, él sintió que no era así y argumentó que hay justificación para haberla esgrimido. Cuando se plantean estas herramientas extraordinarias se genera mucha controversia, porque, insisto, frente a todo hay que privilegiar el diálogo y los espacios de articulación que da el sistema democrático, pero, sin duda, el escenario que hoy enfrenta Ecuador es particularmente difícil”, dijo.

El politólogo y académico de la Universidad Mayor, Alejandro Olivares, coincidió con Milet y aseguró que la muerte cruzada está bien aplicada en el actual contexto de Ecuador.

“Lo que reconoce la Constitución del 2008, es que ante grave conmoción interna y política, se puede utilizar la muerte cruzada para llamar a elecciones. Tener un presidente ad portas de ser destituido, con un poder legislativo que no tiene mucha legitimidad tampoco, efectivamente, creo yo, que configura la causal de fuerte conmoción”, indicó.

Consultados respecto a lo que pasará durante los próximos meses en Ecuador, ambos analistas señalaron que la decisión de Lasso abre un complejo escenario. A partir de ahora, el Ejecutivo gobernará sin el contrapeso de la Asamblea Nacional.

“Sin duda la muerte cruzada le da al Presidente un espacio para salir del cargo de una manera distinta, pero también es muy importante considerar qué es lo que va a ocurrir durante este tiempo antes de las elecciones. Hoy Lasso enfrenta un desafío muy claro, que es la gobernabilidad durante un período transicional, en donde claramente pueden incrementarse las tensiones incluso en las calles”, estimó Paz Milet.

Por su parte, Alejandro Olivares planteó que en los próximos meses, se podría generar una tensión importante entre el Ejecutivo y los ciudadanos.

“Lo más probable es que efectivamente el Gobierno se mantenga firme en la idea de la muerte cruzada y esto, ¿Qué va a provocar? Que el Gobierno gobierne por decreto y que por lo tanto eso, eventualmente, se generen bastantes molestias en algunos sectores de la población”.

“Podría ser que vaya escalando un conflicto por las decisiones que comience a tomar el Ejecutivo de aquí a seis meses más. Me imagino, por ejemplo, alguna decisión económica que la tome por decreto, que podría generar algún malestar muy grande y que nuevamente Quito sea sitiado por comunidades indígenas y que se genere una conmoción. Pero, en realidad, todo eso aún es ficción”, concluyó.





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