En una imponente cápsula de seguridad con vehículos blindados y agentes del servicio secreto de los Estados Unidos, el expresidente norteamericano Donald Trump llegó y luego se retiró del tribunal de Miami donde se debían leer los 37 cargos que le imputa la Fiscalía Federal por la apropiación de documentos de alta sensibilidad nacional.

Luego de la comparecencia donde se declaró “no culpable” de las acusaciones en su contra, Trump salió del edificio judicial levantando su dedo pulgar y sonriendo a las cámaras. Luego, hizo una pequeña parada en el restaurante Versailles, en el barrio conocido como “Pequeña Habana”, donde los dirigentes del Partido Republicano acuden a discutir el camino que debe tener las campañas de la colectividad.

En el lugar y fiel a su estilo, Trump señaló que “tenemos un país corrupto, un país que no tiene fronteras, un país que solo tiene problemas”, sostuvo. Aún así, algunos medios recogen que el exmandatario pidió comida para todos los que estaban en el recinto al momento de su llegada.

Trump es acusado de 37 cargos que sus abogados dijeron no era necesario que fueran leídos ya que estaban en conocimiento de ellos y que apuntan a la responsabilidad del expresidente por llevarse cajas con información clasificada, entre ellas sobre armas nucleares que dispone la potencia y de la planificación de ataques contra otros países.

En 31 de las acusaciones, la Fiscalía señala que Trump mantuvo retenidos de manera intencionada información de defensa nacional contenida igual número de documentos. Mientras, en otras tres se señala que guardó y ocultó documentos a las investigaciones federales a los que se suman dos por falsedad y el último por conspiración para obstruir a la justicia con uno de sus empleados.

Los documentos estaban contenidos en cajas que el exmandatario norteamericano mantenía en su complejo de Mar-a-Lago en Palm Beach, Miami, donde agentes del FBI debieron llegar en agosto de 2022 con una orden de allanamiento para recuperarlos desde una caja fuerte.