Uno de los los artefactos dejó caer su carga explosiva a la altura del número 17 de la céntrica avenida Komsomolski, que se encuentra a tan sólo 500 metros del centro neurálgico militar ruso antes de ser neutralizado y derribado por el escudo  defensivo antiaéreo que protege a los moscovitas. Además, el edificio del ministerio de Defensa está dotado de sistemas antiaéreos Pantsyr sobre su techumbre. 

El otro dron, en tanto, avanzó algunos kilómetros más hacia el Este impactando contra un edificio de oficinas en la avenida Lijashov, donde causó daños estructurales en los pisos superiores, así como un incendio y rotura de cristales en las viviendas de los alrededores. Este tercer bombardeo con drones sobre esa zona de la capital rusa sucedió apenas a unos dos kilómetros del Kremlin. 

En un primer momento no estaba claro si la aeronave manejada a distancia pretendía atacar el Ministerio de Defensa, o estaba teledirigida hacia otro objetivo en el centro de Moscú. Por razones de seguridad y prevención, el intenso tráfico capitalino debió ser interrumpido en las avenidas Lijashov y Komsomolski, situada justo detrás del Ministerio de Defensa, en el malecón Frúnzenskaya y en varias calles adyacentes.  

Según fuentes anónimas de los servicios de emergencia citados por la agencia TASS, en el centro de negocios de la avenida Lijachov se produjo una explosión como consecuencia del incidente y de acuerdo a esa información preliminar, éste ha sido el impacto más visible que han dejado hasta ahora los ataques con drones sobre la capital rusa.

Muy pronto, a través de las redes sociales comenzaron a ser difundidos  diversos videos en los que se podía ver uno de los drones sobrevolando el cielo nocturno de Moscú, así como la torre de oficinas en la avenida Lijachov mostrando su parte superior en escombros, quemada y humeante. El Ministerio de Defensa ruso acusó casi de inmediato responsabilizó al gobierno de Ucrania de llevar a cabo esta tercera incursión contra Moscú. 

Pero no fue el único ataque de Ucrania sobre territorio ruso, porque en la noche entre el lunes y el martes, lanzó 11 drones sobre la península de Crimea. Pero sólo uno de ellos alcanzó concretamente un almacén militar, los demás fueron derribados o desviados, según el gobernador de Crimea, Serguéi Axiónov. 

Por razones de seguridad, añadió, fue suspendido el servicio ferroviario en el distrito de Dzhankoe y el tráfico por carretera hacia Simferópol, la capital de Crimea, así como en el puente de Kerch, cortado por Ucrania hace 10 días. También está siendo evacuada la población en un radio de cinco kilómetros alrededor de la zona siniestrada.

Esta ha sido la segunda vez en dos días que un ingenio volante no tripulado golpea un depósito militar en Crimea. Axiónov informó que, como resultado de un ataque con drones el sábado, en el distrito de Krasnogvardeiski se produjo una gran deflagración al volar por los aires un depósito de municiones. Un aeródromo en la misma zona, según la prensa ucraniana, esta noche también fue bombardeado. 

Las fuerzas rusas, por su parte, atacaron este lunes por la mañana infraestructura portuaria en el río Danubio -en el sur de Ucrania- con drones explosivos, destruyendo almacenes de grano y otras mercancías, e hiriendo a siete personas, según las autoridades en Kiev. Estas agregaron que sus fuerzas habrían derribado tres de los artefactos.

En la última semana, Rusia ha golpeado infraestructura crítica portuaria en el sur de Ucrania. El Kremlin describe la operación como una represalia por el ataque ucraniano de la semana pasada contra el crucial puente Kerch que conecta Rusia con Crimea.