Los más afectados por la pandemia del Covid-19 fueron los niños, niñas y adolescentes (NNA), lo sabe la OPS (Organización Panamericana de la Salud), lo sabe la OMS (Organización Mundial para la Salud) y lo sabe la Compañía de Teatro de Animación PERROBUFO. Es así como esta Cia. tras cinco meses de mediaciones artísticas y actividades de arteterapia en el Aula Hospitalaria Juan Francisco Fresno del Hospital Clínico Red de Salud UC Christus y la Residencia Familiar de Carlos Antúnez, crea “Pasitos”, que se estrenará el próximo 1 de agosto en la Red de Salud UC Christus.
Financiada por el Fondo de las Artes Escénicas del Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio, “Pasitos” es una obra de teatro multisensorial donde se mezcla la creación escénica de marionetas, objetos y la narración oral, junto al universo audiovisual -con proyecciones que brindan atmósfera a la historia-, además de música en vivo.
En conversación con Radio y Diario Universidad de Chile, la dramaturga y directora de la pieza teatral, Carmen Gloria Sánchez-Duque, expuso que el montaje surgió debido a lo mucho que la pandemia afectó las competencias socioemocionales de los NNA. Y cuando la compañía teatral, liderada por ella y Gonzalo Ruiz, tuvo la oportunidad de retomar su habitual labor de vincularse con los jóvenes decidieron abordar la problemática a través del arte y la educación.
“Nos dimos cuenta que la ira y la soledad era algo que estaba muy fuerte y latente en ellos y ellas, pero era muy distinto verbalizarlo a través de una marioneta de papel a la que le dieran voz, en vez de ellos mismos decirles al psicólogo o al terapeuta ocupacional”, afirmó Sánchez-Duque.
La dramaturga explicó que los objetos que utilizaron en las intervenciones empezaron a ser “como un mediador y un canal para pudieran expresarse”, lo que les permitió generar distintas actividades, volver a ser comunidad y que tuvieran un espacio para que dijeran cómo se sentían y que estaba sucediendo en ellos.
“Pasitos” narra el viaje de Sara, una niña muy contemplativa que pasa horas mirando todo lo que la rodea, teniendo gran fijación por los pájaros, asombrándose de estos, y su capacidad de venir desde el cielo a la tierra, creándose en Sara un gran deseo de volar. Tratando, incansablemente, de cumplir su sueño de ir hacia las estrellas. Hasta que un día escucha mucho ruido en su casa y comprende que ha comenzado el encierro. Entra en una gran depresión dejando todos sus anhelos de juegos y de niñez a un lado, absorta completamente en una ira y en impulsos agresivos. “Sara representa la figura de todos los niños y niñas que hemos visitado y les pasa eso. Busca ser un reflejo de lo que ocurre en estas comunidades”, dijo la directora.
Cabe destacar, que tanto en las aulas hospitalarias como en las residencias familiares las salas de clase son multigrado, es decir, que reúnen a NNA de 4 a 17 años. Es por eso que Sara a veces “puede actuar como una niña y otras veces tiene actitudes mucho más adolescentes”.
La potencia del arte para niños, niñas y adolescentes
La cofundadora de PERROBUFO, Carmen Gloria Sánchez-Duque, destacó que todos los NNA de aula hospitalaria y del Sename -actual Servicio Mejor Niñez-, se mantienen en la línea del estado de emergencia, porque están en una situación de vulnerabilidad muy potente. En ese sentido, enfatizó que en aquellos espacios “poder trabajar todo lo que tiene que ver con el aprendizaje emocional es fundamental para que ellos puedan ganar su propia batalla”.
“A estos niños tienes que impulsarlos o ayudarles a que se eduquen en una autogestión, porque muchas veces no van a tener una compañía. ¿Cómo le pides a un niño del Sename que pienses que su mamá o su papá lo van a venir a buscar, o que algún día lo van a adoptar si puede que eso jamás suceda?”, reflexionó.
De esa manera, señaló que las personas a externas a la realidad de ese niño, niña o adolescente pueden ayudar enseñándoles a usar ciertas habilidades para que él desarrolle la competencia de decir: “¡Yo puedo!”.
“Es decir, un autoconocimiento tal y empoderarlo de tal manera que él pueda decir: ‘Yo voy a salir adelante por mí mismo, por las fortalezas que yo tengo’ “, planteó. Al respecto, la dramaturga expuso que tanto en el sistema educativo tradicional, pero más todavía en estos contextos, han dejado de lado la educación socioemocional y el inculcarle a los jóvenes “lo poderosos que pueden ser, o el poder transformador de sus sueños”. Y cómo éstos pueden cumplirse “educándote, cuidándote si estás enfermo, saliendo adelante de tu enfermedad, tomándote la medicina o siendo amable con los además en la residencia familiar”.
Por ello, Sanchéz-Duque destacó que “la educación artística en sí, el vivir una experiencia plástica, visual, de danza, teatro o musical te hace descubrir emociones y sensaciones en el conocimiento”. “O sea, el rojo no solamente es el color rojo, sino que es lo que yo puedo expresar y vivir a través del rojo, quizás para un niño o niña el rojo es el corazón y para otro es la ira porque lo abandonaron, entonces va a querer rayar toda la muralla de rojo mientras el primero dibuja corazoncitos en todas partes”, ejemplificó.
“El arte siempre ha sido un mecanismo para poder expresar aquellas cosas que verbalmente no puedes expresar, por eso es una estrategía y herramienta tan potente en el siglo XXI. Por ello se está viendo cada vez cómo la educación artística de alguna manera une el universo cognitivo con el motriz y con el emotivo. Entonces, te entrega una educación y un tránsito mucho más integral, consciente. Además, es netamente colaborativa, necesita comunicarse y es fundamental compartirlo”, manifestó.
Las presentaciones de “Pasitos” incluyen actividades de arteterapia posteriores a la función que completan la experiencia de la obra. A través de los objetos y marionetas presentes en ella, se invita a los participantes a manipularlos, impulsando el poder narrativo y lúdico de los niños y niñas. Asimismo, a cada espacio se le regalará el libro ilustrado “Sara” que narra la obra, fomentando también la lectura y reflexión en los NNA.